martes, 1 de enero de 2013

Capítulo 18: Nuestros Planes


Al día siguiente Justin me llamó al teléfono, lo dejé sonar hasta que saltó el contestador. Escuché su mensaje de voz un minuto después. Se iba a ir con sus antiguos amigos a comer, seguramente les daría la gran noticia de Harvard. Me pedía que le llamase más tarde para salir … No tenía ganas, no sabía que decirle porque lo que yo quería era egoísta y no tenía derecho a intervenir en su futuro de esa manera, era su carrera y él solo decidía donde hacerla.

En lugar de llamarle salí con mi hermana y el resto del grupo a pasar la tarde.

Pasé dos días sin ver a Justin, él tampoco volvió a llamar. En ocasiones pensaba en como estaba perdiendo el tiempo del verano antes de que se fuera. Todo me parecía absurdo … si Justin se iba resultaría siendo un simple amor de verano. Aunque de simple, nada. Todo había sido único con él.

Mi padre se asomó al salón, yo estaba sentada en la ventana mientras meditaba.
  • ¿No vas a ver a tu noviecito? - dijo irónico.
  • ¡Qué te importa! - bramé irritada.
Salí de allí y me fui al jardín a columpiarme en los balancines que se conservaban desde que era pequeña. Me mecía despacio mirando al césped. Pasó menos de media hora hasta que alguien abrió la puerta del jardín que daba a la parte delantera de la casa, Justin. Se acercó a mí con paso firme y se puso en cuclillas a la distancia justo para coger mis manos, dejando una pequeña rosa de su jardín, y mirarme a los ojos desde abajo. Me llevé la flor a la nariz, tenía un dulce aroma.
  • Gracias, es hermosa – le sonreí.
  • Como tú – se sentó con las piernas estiradas y sonriendo abrió sus brazos – ¿me regalas un abrazo?
  • Son gratis – respondí bajándome del columpio para ponerme sobre él, refugiada en su cuerpo.
Pasamos unos breves minutos sin decir nada, meciéndonos y percibiendo lo que se avecinaba tras ese agradable silencio.
  • Tenemos una conversación pendiente – asentí pesadamente – ____, sé que no te gusta el tema de la universidad así que …
  • Mas bien no me gusta el tema de separarnos – le corregí.
  • Prefiero que hablemos de esto en otro momento – me suplicó – mi padre ha vuelto.
  • ¿Has conocido ya a … ?
  • No, he quedado con ellos en la cafetería del parque en media hora. Quiero que me acompañes.
  • ¿Por qué? - me extrañé.
  • Eres la persona en la que más confío y necesito tu opinión. Mis padres me han dicho tantas cosas que no sé que pensar. Por favor, ven conmigo.
  • Estás muy nervioso – acaricié su mejilla – ¿crees que yo puedo estar allí? Quiero decir, Jeremy y ella querrán hablar contigo y yo no es que pinte mucho …
  • Tanto da, si estás allí me sentiré mejor, no estaré solo. Por favor – rogó otra vez – no hace falta que digas nada. Temo quedarme en blanco y tú eres la que mejor me entiende.
  • Esta bien – me levanté y él lo hizo conmigo – espera a que me ponga ropa decente – besé su mejilla – vuelvo en nada.
Salí escopeteada a mi cuarto, puse la rosa en un lapicero y me puse unos jeans largos y ajustados a mi figura. Encima me puse una camisa roja de tirantes y de calzado unas Converse. Me metí el móvil en el bolsillo y fui al despacho de mi padre, mi madre tenía turno de tarde, así que le avisé a él de que me iba.

Regresé al jardín, Justin se balanceaba en el columpio hasta que me vio salir. Tenía el móvil en la mano, me asomé para ver que escribía, avisaba a Jeremy de que yo iba.
  • ¿Listo? - le pregunté. Tomó mi mano.
  • Ahora sí, gracias – curvó sus labios.
  • No me lo agradezcas – le besé.
Hice a un lado el asunto de la universidad, tenía que optar por una actitud mucho más madura y ponerme al nivel de la situación. Justin me llevó hasta su coche y condujo para adentrarse en la ciudad. Llegamos con cinco minutos de adelanto al parque acordado. Cerca de la entrada estaba la cafetería y más allá estaba la zona de juego para los niños. Jeremy levantó su brazo para que le viéramos, a su lado había una mujer de un rubio cenizo, sus ojos eran azules y tenía unos labios finos. Era de unos treinta y tantos, no muy delgada, pero en general se le veía guapa. Jeremy y ella se levantaron de la silla para saludar. El padre de Justin nos presentó.
  • Chicos, ella es Emma – sonrió Jeremy.
  • Encantada de conoceros – dijo amablemente.
Justin extendió su mano y la mujer se la estrechó. Yo hice lo mismo, desde luego no quería mostrar más confianza que Justin, él quería mantener fijas las distancias. Nos sentamos juntos, Justin frente a su padre y yo frente a Emma quién estaba junto a Jeremy.
  • ¿Queréis pedir algo? - ofreció Jeremy.
  • Una cerveza – respondió Justin en tono seco.
  • Yo … una Coca-Cola – dije intimidada.
Hubo un silencio incómodo mientras esperábamos a que la camarera trajera nuestras bebidas. Jeremy y Emma aún estaban tomando un café que pidieron antes de que llegáramos.
  • Hijo, ¿quieres decir algo? - Jeremy se estaba tensando.
  • Tú me dijiste que viniera, creía que tu querrías decir algo – se mofó.
  • Los trámites de separación con Pattie ya están hechos, en unos días ya no estaremos casados – Justin apretó mi mano bajo la mesa inconscientemente – quizás regrese a vivir en Reino Unido – los ojos de Justin eran impasibles.
  • Jeremy – intervino Emma – hablale claro. Tu padre quiere regresar porque allí tiene trabajo y quiere ver a … Alan.
  • Tu hermano – especificó Jeremy. Acaricié con mi pulgar el dorso de la mano de Justin.
  • Pero … yo pensé que quizás quieras conocerle y sí todo marcha bien … - Emma no sabía como decir las cosas, la cara de Justin era neutra pero por dentro lo llevaba todo.
  • Sí quieres me mudaré aquí con ellos para que Alan crezca teniendo el ejemplo de su hermano mayor. Pero si no quieres saber nada más de nosotros me iré – dijo Jeremy.
  • Eres mi padre, ¿cómo te vas a ir así sin más?
  • Ellos son ahora también mi familia, necesito que lo aceptes.
  • ¡Lo acepto! Pero yo no quiero que esto afecte a nuestros planes … tú me ibas a ayudar en mi carrera, ¿eso también va a cambiar?
  • No, Justin, tú también eres mi familia, y sigo preocupándome por ti. 
Justin se echó hacia atrás el cabello. Se estaba estresando. Las caras de los dos adultos estaban angustiadas. No quería entrometerme pero el silencio empezaba a hacerse dueño del entorno.
  • Y … ¿dónde está el niño?
Justin me miró a mí primero, después a los dos mayores. Emma llamó desde lo lejos a su hijo y el niño vino corriendo hacia nosotros. Tenía una hermosa sonrisa. Se parecía mucho a Justin cuando tenía cinco años. Era rubio, lo único que cambiaban eran unos ojos verdes preciosos. Su cara era simpática. Alan llegó y se agarró al brazo de su mamá mirándonos a Justin y a mí con curiosidad.
  • Hola – saludó con una voz aguda alzando la manita.
Miré a Justin, su rostro se había relajado un poco pero no daba muestras de querer hacer algo, solté su mano y me giré al pequeño.
  • Hola – le devolví el saludo – ¿cómo te llamas? - el tono infantil me salió solo.
  • Alan y … tengo cinco años – sonreí al ver que alzaba todos sus deditos – ¿y tú? - dijo graciosamente.
  • Yo me llamo _____ y tengo diecisiete.
  • ¿Eso son muchos? - preguntó inclinando la cabeza. Su madre le respondió.
  • A ti te falta mucho para eso – sonrió Emma acariciando su pelo.
  • ¿Y él? - Alan señaló a Justin, él no pudo evitar sonreír.
  • Yo soy Justin – se retiró de la silla y se puso de rodillas frente a él – ¿sabes chocar esos cinco? – le dijo alzando la palma. Alan se la chocó con energía.
  • ¿Quieres jugar conmigo? - aquel pequeño era muy simpático, era para comérselo.
Justin miró a Emma y su padre sin saber que decir, era su hermano, ¿los hermanos no juegan juntos? Obvio que sí. Justin me miró a mí, y le sonreí.
  • ¿Le decimos a ____ que juegue con nosotros? - le propuso Justin.
  • Claro – alargó la “a” – sino se va a aburrir mucho – todos reímos un poco.
  • Una carrera hasta el tobogán – les propuse levantándome.
El niño empezó a correr. Antes de que Justin saliera tras él Jeremy le detuvo.
  • Justin, tú ya eres mayor, confío en que sepas valorar lo que se te está brindando.
  • Lo sé papá, voy a estar un rato con … mi hermano.
Justin cogió mi mano y fuimos rápido hasta Alan. Reía por habernos ganado en la carrera. El hermanito de Justin se tiró por el tobogán y nos pidió que nos uniéramos a él. Subí con él hasta la torre y lo senté entre mis piernas para resbalar juntos hacia abajo. Justin nos esperaba al final del tobogán sonriente. Alan cogió la mano de Justin y tiró de él hasta los columpios. Las cadenas estaban un poco altas para la estatura del niño, Justin se encargó de subirlo cogiéndolo bajo los hombros y le advirtió de que se agarrara fuerte cuando empezó a empujarle con cuidado. Alan no se cansaba de aquella atracción y cada vez quería ir más rápido, así que Justin lo levantó y lo puso sobré el mientras se sentaba en el columpio. Justin llegaba a subir bastante alto en el aire y el pequeño estaba feliz. Yo me senté frente a ellos contemplando la imagen de aquellos dos hermanos.

Cuando Justin y yo éramos pequeños siempre se quejaba de estar solo en casa, él siempre quiso un hermano, pero la decisión de Pattie y Jeremy en aquel entonces fue que estaban demasiado ocupados en su trabajo para traer un nuevo miembro a la familia.

Miré a un lado, Jeremy y Emma también los observaban desde su mesa, estaban esperanzados.

Justin paró el columpio y Alan vino conmigo con su mirada inocente a preguntarme si me aburría. Justin se sentó a mi lado en el banco y empezamos a hablar los tres.
  • ¿A qué más te gusta jugar Alan? - le pregunté.
  • ¡Fútbol! - respondió efusivo.
  • ¿Metes muchos goles? - se animó Justin – un día podemos jugar – le sonrió.
Justin empezaba a sentirse cómodo. Aquella sonrisa tan suya había vuelto a aparecer, ya no era por cordialidad ni simpatizar con un niño pequeño desconocido. Podría decirse que Alan había pasado a estar dentro del círculo de personas que le importaban a Justin. Habían tenido conexión.

6 comentarios:

  1. Cuando el siguiente o los siguientes? xd

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    1. Los dos próximos son los últimos, y no sé si los pondré mañana ... o pasado, lo siento, son cosas de estudio lo que hay de por medio :S

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  2. los ultimos? O: , porqueeeeee ):

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