No podía pasarme el resto del día así. La noche anterior había
decidido volver a ser yo misma y continuar con mi vida normal. Para
empezar tenía que cuidar un poco más mi aspecto.
Me levanté de un salto y fui a ducharme. Mientras el agua caliente
destensaba los músculos de mi cuerpo pensé en que hacer el resto
del día.
En un fin de semana así, lo suyo era no quedarse encerrada en casa.
Salí del baño y llamé a Ally decidida a arreglar las cosas.
- ¿____? - se extrañó.
- Hola Ally – respondí tímida – ¿qué tal tu vida?
- ¿Y lo preguntas tú? ____ ¿Cómo estás?
- Bien … escucha, necesito que hablemos.
- ¿Día de chicas?
- Suena estupendo – sonreí en el auricular.
- Ven cuando quieras cielo. Te espero en mi casa.
- Gracias. Voy enseguida.
Unos jeans oscuros y una camiseta con algo de escote en pico
resultaron sentarme de maravilla. Agregué unas botas con pequeño
tacón y bajé al salón.
Mis padres desayunaban tranquilamente. Sonrieron al verme vestida.
- ¿Vas a salir?
- Sí. Voy a ver a Ally. Quizás tarde en volver.
- De acuerdo cariño. Ten cuidado y pásalo bien.
Me lancé a la calle y cogí el coche de mi madre. Sonreí. Quizás
esto enfadaría a mis padres, todo fuese por volver a la normalidad …
Sin darme cuenta empecé a reírme sola como una idiota por la idea.
Encendí el coche y lo saqué de la plaza de aparcamiento. En diez
minutos estaba en casa de Ally. Ella me esperaba sentada en los
escalones de su porche.
Salí y cerré la puerta del Mini tras de mí. Ally alzó la vista de
su móvil, al verme lo guardó en su bolsillo. Me senté a su lado en
las escaleras.
Permanecimos en silencio por varios minutos. Finalmente incliné mi
cabeza y la apoyé en su hombro.
- Necesito a mi amiga – farfullé.
- Siempre me tendrás para lo que sea ____.
- Doy pena – me reí de mí misma.
- Argh, has pasado por un mal momento pero …
- No, me refiero a mis pintas – reí sin humor – confiaba en que mi mejor amiga me ayudara a recuperar mi estilo.
- Hay que arreglar esas uñas – señaló contenta – ¿qué tal si vamos a un salón de belleza? Nos lo merecemos – declaró.
Mientras Ally seguía parloteando del tipo de vestido que quería
llevar yo seguía conduciendo, asintiendo y haciendo como que la
escuchaba. No me gustaba nada la idea del baile de graduación.
Llegamos a los distritos comerciales y entramos a nuestro salón
preferido.
Francis nos recibió con la acostumbrada sonrisa para los clientes y
nos sentó a cada una en un sillón. Quería cambiar de aspecto, pero
no tenía idea de que hacerme.
- No quiero un cambio radical, pero quiero algo distinto.
- Déjalo en mis manos chérie – dijo con perfecto acento francés.
- Confío en ti Francis – respondí no muy segura.
Manicura, pedicura, lifting … cantidad de
cosas para vernos bien.
Cuando Francis me dejó verme en el espejo mi boca formó una
perfecta “O”. No estaba mal, me había cortado y escalado un poco
el pelo, pero seguía largo. También me había puesto unos reflejos
cobrizos que desentonaban con mi pelo castaño.
- ¿Te gusta?
- Sí. Me veo rara, pero me acostumbraré – sonreí.
- Yo creo que te ves divina – matizó graciosamente.
- Gracias Francis.
Ally y yo salimos de allí renovadas. Por norma, teníamos que ver
tiendas cada vez que íbamos a Wilmington y Ally agregó “peinado
nuevo, ropa nueva”. Afortunadamente llevaba la tarjeta de crédito
que me regaló mi padre.
Comimos en un restaurante y terminamos la tarde de tiendas con varias
bolsas de ropa. Había sido un completo de día de despilfarro.
Regresamos a casa de Ally a las ocho de la noche. Para mi sorpresa,
Lucas y Johnny estaban allí, y abrazada a Johnny, Marcy. Obviamente
me había perdido muchas cosas.
Ally salió del coche feliz para dar un fogoso beso a Lucas. Sentí
mi estómago revolverse. Mis dos mejores amigas estaban emparejadas
con los dos mejores amigos de Justin, mi ex. La realidad volvió a
llamarme … el dolor seguía dentro por mucho que lo quisiera
olvidar.
Marcy elogió mi nuevo peinado y me dio un abrazo. Lucas y Johnny se
mantuvieron distantes, pero yo no pude evitar dirigirles la palabra.
- Creo que vuestros móviles se han estropeado – dije irónicamente – casualmente, ninguno de los dos recibís mis llamadas.
- Lo siento ____ - contestó Lucas.
- ¿Quieres hablar ahora?
- ¿Por qué no respondiste a mis llamadas?
- Porque … Justin nos pidió que nos distanciáramos. No quiere que sepas nada de él.
- ¿Cómo está?
- Creo que bien, ganándose la vida como siempre ha hecho – respondió con humor oscuro.
- ¿Lo has visto después de que se fuera?
- No, ____. Tan solo hablamos de vez en cuando por teléfono.
- ¿Está muy lejos?
- Sí – luché contra el impulso de inclinarme ante los pinchazos en el vientre.
- ¿Te ha preguntado por mí?
- No – dijo quedamente – él trata de no pensar en ti, algo que tú también deberías hacer.
- Se está olvidando de mí – mi voz sonó carrasposa, Lucas asintió – no quiere saber nada de mí – no voy a llorar, pensé – soy una idiota.
- _____, es mejor que te alejes de todo esto. De todo lo que te recuerda a él, Justin no va a volver y lo único que estás haciendo es torturarte a ti misma.
- ¡¿Crees que es fácil?! ¿Crees que a mi me gusta sufrir? Todo me recuerda a él, maldita sea – no llores, no llores – si hablas con él dile que me arruinó la vida desde el momento en que se fue, no cuando lo conocí. Eso es lo que él piensa.
- No regresará. Sabes lo testarudo que es … Creí que reharías tu vida ____. Eres fuerte, sal con gente nueva. Evita encontrarte con nosotros. Si lo haces no saldrás adelante.
- ¿Las chicas piensan lo mismo?
- Todos. A ellas les duele verte así, pero saben que lo mejor es que no estés cerca de nosotros. No has visto tu cara al vernos a los cuatro juntos.
- No hace falta, sé como me he sentido – Lucas asintió – Diles que las quiero.
- ¿Te vas?
- Sí. Estoy cansada de estar estancada – le di un abrazo – gracias Lucas.
- ¿Qué harás? - me miró sorprendido.
- Volver a ser yo – dije queriendo convencerme – Sí, lo haré – me animé.
Lucas me vio entrar al coche, arranqué y salí de aquel vecindario.
Todo había sido demasiado. A los cinco minutos paré el coche en
medio de ninguna parte, apoyé la cabeza en mis brazos sobre el
volante y empecé a desahogarme y sacar toda la frustración,
prometiéndome, que aquellas lágrimas serían las últimas que
tendría por culpa de Justin Bieber. En mi cabeza resonaban sus
palabras.
“Nena,
sabes que yo también te quiero. No te escondas.”
“No
voy a dejar que te pase nada."
- ¡Mentiroso!
“Deberías preocuparte de ti misma. Yo solo me las arreglo
bien.”
“No quiero que nada de mi asquerosa vida esté en la tuya, estoy
cansado de intentar evitarlo y protegerte.”
“Nunca has sabido como soy de verdad, te negaste a verlo.
- Jamás me quisiste como yo a ti – sollocé.
“No dejaré que vuelva a pasar algo así, te lo prometo.”
“Yo mismo no me lo podría perdonar si vuelves a correr peligro
por mi culpa.”
“No me voy a perdonar nunca que tuvieras que usar esa pistola.”
“Quería mantener la inocencia que te quedaba y mantenerte al
margen de todas mis mier*das, pero … ¡maldita sea, todo salió
mal!
- No te esforzaste lo suficiente por nosotros.
“No quería que tuvieras ninguna escusa para volver a verme.
____, me voy de aquí. No nos veremos nunca más …. voy a cualquier
sitio para empezar de cero.”
- Te odio – dije llorando – te odio – repetí. Dolía decirlo, pero a la vez era vez sentaba bien – Te odio, Justin – era como alcohol puro vertido sobre una herida abierta, quemaba, ardía, pero sanaba – Por tu culpa tendré que empezar de nuevo. Tú lo has complicado todo. ¡Te odio!
Joder tía, eres genial. Gracias... :')
ResponderEliminarOiiiiiiins que bonito. Siguiente
ResponderEliminarAISSSSSS QUE LLOOOOOROOO !!!!! pobrecittaaa jopeeeeeee espero que vuelva justin a por ella y que todo acabe bien con el y que no caiga con zayn
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