Capítulo 20: Había Vuelto Mucho Más Fuerte

Habíamos estado dando paseos en su coche alrededor de la ciudad hasta que fueron las diez de la noche. Sí, habíamos estado esperando a que empezara el supuesto turno de noche de mi padre para regresar a mi casa y poder estar tranquilos.
Cuando aparcó su coche frente a mi portal miré a Jason atentamente.

– ¿Se acabó? – pregunté algo desilusionada por terminar la cita.
– ¿Quieres que acabe?
– Contestar con otra pregunta es de mala educación, ¿lo sabías? – fingí enfado – Solo quiero quedarme más tiempo contigo …

El silencio se hizo entre nosotros y las dudas me atestaron. Noté como subía y bajaba su nuez al tragar saliva.
¿Había hablado demasiado? Le había dicho que quería pasar más tiempo con él cuando por lo general era yo la que siempre ponía las limitaciones. Quizás el cambio había sido inesperado para Jase. Quizás él no estaba tan interesado en mí como yo lo estaba en él. A lo mejor el solo quería pasar un buen rato conmigo pero sin pasarse … igual yo me estaba creando falsas esperanzas e ilusiones sobre un chico que siempre había sido bastante independiente y que hacía lo que le daba la gana. Nadie le daba órdenes ni le decía donde debía estar o que hacer.

– Será mejor que entre a casa – suspiré – Gracias por este día.
– No me las des, Coops – se inclinó y besó mi mejilla – Deja la ventana abierta, ¿vale?
– ¿Vas a entrar? – quedé incrédula.
– Sí. Vuelvo en unos minutos, solo tengo que arreglar unas cosas antes.
– ¿Qué cosas? – pregunté inocentemente.
– Solo voy a hablar con mi padre. No lo he visto en todo el día – explicó – No me entretendré mucho – me guiñó un ojo.
– Vale – me encogí de hombros resignada y llevé la mano a la manilla para abrir la puerta.
– Hey – cogió mi muñeca para retenerme y con la mano libre acarició mi mejilla buscando coincidir con mis ojos – ¿No me das un beso?

Sonreí coquetamente y me llevé un dedo al labio simulando estar pensativa. Lo miré y vi de nuevo su buen humor. Tan solo se había estado preocupando de sus asuntos por unos minutos en el coche
después de haber estado todo el día pendiente de mí. Decidí pensar que era normal aquel comportamiento y sus cambios de ánimo.

– No. Te dejaré con las ganas para que vuelvas y pidas todos los que quieras – puse mi sonrisa más pícara y abrí la puerta rápidamente para escapar.

Pude escuchar una risa traviesa mientras lo dejaba atrás y me dirigía a mi casa. Cuando llegué a la puerta, Jason arrancó el coche y salió disparado de la calle. Comprobé que no había nadie en casa y subí a mi habitación.
Me quité el vestido que Jase me había regalado esa misma tarde y busqué un pijama. Me puse unos pantalones cortos y una camisa amplia que dejaba ver un poco mi cintura hasta mi ombligo.
Fui a la ventana y la abrí ligeramente para que fuera fácil de desplegar desde fuera. Mientras esperaba a Jason me tumbé en la cama para leer el diario de mi madre. De alguna manera, era como
sentir un lazo y sentirme más cercana a ella en un día como aquel.
Abrí la tapa y empecé a buscar páginas … sin embargo, pensé que en aquel día no estaría tan mal leer la última página del diario. ¿Y si madre me había dedicado algo especial antes de morir?
Aquel pensamiento hizo que tuviera más ganas de volar a la última fecha en la que el diario estaba escrito. La encontré.

Querida ____:
Falta poco para que nazcas. Me siento orgullosa de haber luchado por ti … por eso jamás debes sentirte mal cuando yo falte. Eres mi milagro. Mi esperanza. El único motivo por el que sonrío en estos momentos difíciles.
Posiblemente hayas leído todo el diario y ahora hayas llegado aquí, o quizás fuiste impaciente y curiosa para llegar al final. No importa. Solo quiero que sepas la verdad.
Greg se apartó de mi lado con el tiempo, me sentí bastante sola con él … él no es tu padre, él nunca quiso que yo tuviera un hijo por mis condiciones de salud. En el fondo me protegía, pero yo
no era feliz. Greg no es un mal hombre, bebé. Pero cuando las cosas acaban se debe admitir y seguir adelante buscando otro camino. No sé que pensarás ahora de mí, espero que no me juzgues.
Tu verdadero padre me trató como una reina, como cuando éramos adolescentes. Él y yo tuvimos un romance que no funcionó en nuestra adolescencia y que obviamente no volvería a funcionar en el caso de intentarlo, por eso se ha ido. Se ha ido sin que pudiera decirle que estaba embarazada.
Greg y yo seguimos viviendo juntos después de que pasara un par de meses en casa de los Bieber, sí, ni siquiera tus abuelos me han apoyado en el embarazo por sacrificar mi vida. Greg ha estado
muy cabreado conmigo (la mayoría de las personas a mi alrededor lo han estado) pero parece que él cree que la criatura que espero es suya y quiere mantenerse a tu lado … No quiero que crezcas sin un padre, lo conozco y lo hará bien aunque le cueste. Debes ser paciente. 
Si alguna vez tienes dudas, creo que puedes preguntarle a ____ Bieber, la esposa de Justin. Ella es mi mejor amiga ahora, por eso te llamarás como ella, y sabe muchas cosas de mi vida y de tu
verdadero padre. Quizás nunca lo conozcas, va pocas veces a Delaware, pero si lo quieres buscar, su nombre es Zayn Malik.
Es una bella persona. En el caso de que lo conozcas estoy segura de que os llevaréis bien. Pídele disculpas de mi parte por no advertirle de mi embarazo.
____, eres la mejor decisión que he tomado en mi vida. Nunca supe lo que era verdadera felicidad hasta que supe que iba a tener una niña. No seas como yo, lucha cada día por tu felicidad y no te
conformes con poco, siempre ve a por más. No importa a quién o qué tengas que desafiar, si yo en el pasado lo hubiera hecho, quizás ahora estaría casada con Zayn y no con Greg.
No tengas miedo a tomar decisiones arriesgadas, llora cuando sientas ganas de llorar. No hay nada de lo que te tengas que avergonzar. Eres una persona que puede equivocarse, te arrepentirás y aprenderás de tus errores. Esto te llevará a momentos en los que serás fuerte, te reirás de tus debilidades y serás muy feliz.
Me voy a perder cientos de momentos contigo. No puedo decírtelo todo en papel, pero espero que disfrutes de tu vida. Confío en que puedas aprovecharla.
Y aquí te dejo unas citas para cada momento significativo:

– Para Navidad: ¡Feliz Navidad, bebé! Pídele a la abuela todas mis joyas, son todas para ti.
– Para tu cumpleaños: ¡Feliz cumpleaños, amor! Cada año que pase vas a ser más hermosa.
– Para tu graduación: No sabes lo orgullosa que me siento de ti.
– Para tus noviazgos: Si su corazón es un tesoro, lucha por él. Si lo quieres confía en él, no importa lo que haga. Sea siniestro, aburrido, misterioso … si al final del día es dulce y comprensivo, no te desesperes. Apoyaros y respetaros el uno al otro.
– …
– …

No tenía fuerzas para seguir leyendo. Las lágrimas habían inundado mi rostro y caían sobre el papel. Sin darme cuenta arranqué la hoja de la encuadernación y la arrugué contra mi pecho.
En esos momentos me pregunté a mí misma, ¿quién demonios era yo? ¿Por qué Greg me trataba tan mal si había hecho las paces con mi madre? Y sobretodo, ¿dónde estaba Zayn Malik?

* * *

Regresé al departamento de mi padre. Afortunadamente, él estaba allí en compañía de Janelle y Christian. Lejos de ser el hombre duro que solía ser en la calle, cuando estaba en familia se comportaba como un gran hombre. Me alegró ver aquella escena.
Al entrar por la puerta todos me miraron y alcé la mano saludando alegremente.

– Hola Jason – me saludó el novio de Janelle.
– ¡Jase! – exclamó mi hermana levantándose de la silla para darme un beso – ¿Qué tal la cita o la fiesta o como le quieras llamar? – se enredó ella sola y sonreí.
– Bien, Janelle. Gracias.
– Vosotros dos os lleváis muy bien – señaló mi padre extrañado – ¿Qué ha pasado?
– Nada – corté aquel tema. Yo sabía bien que mi hermana y yo nos habíamos unido más desde la muerte de mi madre – Somos hermanos, ¿no? Alguna vez tendremos que dejar de pelear.
– Sí papá, además, ya no compartimos casa – rió mi hermana y asentí.
– Gracias a Dios, no quisiera volver a tener que soportarte durante todo el día – bufé.
– ¿Ves? Sigue siendo Jase – saltó Janelle hacia mi padre y éste rió.
– Papá – lo llamé – ¿Podemos hablar cuando termines?
– Claro, hijo – asintió poniéndose serio.
– Nosotros ya nos íbamos, ¿no es cierto, Janelle? – habló Christian.
– Sí. No os molestamos – sonrió fingidamente y se acercó para darle un beso a mi padre.
– No molestáis, cielo – mi padre la abrazó. Hacía tiempo que no se veían – Vuelve cuando quieras, ¿vale? Y ten cuidado por ahí fuera.
– Deja de hablarme como a un bebé, papá – rió mi hermana – Te recuerdo que cuando lo era no dejabas de llamarme bicho porque era un pequeño incordio.
– Eso no es cierto – rió mi padre – Jason es más incordio que tú y nunca lo he llamado así.
– ¡Que halagador! – bufé quitando a mi hermana de sus brazos y rodeándola yo – Me voy a poner celoso y todo, eh hermanita – ella rió devolviéndome el abrazo – Gracias por ayudarme con lo de hoy. Ella ha sido realmente feliz.
– Sabes que estoy aquí para lo que sea. Siempre me puedes pedir ayuda. Para algo soy tu hermana mayor y … podría hacerme su amiga.
– Eso estaría bien – dije soltándola.

Nos despedimos de Christian chocando nuestras manos y nuestros hombros. Ambos salieron cogidos de la mano y entonces pude encarar a mi padre. Él seguía mirando la puerta por donde se habían ido. A mi padre no le gustaba que mi hermana tuviera pareja, era muy protector con ella desde muy pequeña y al faltar mi madre sus impulsos sobre-protectores se habían agudizados sobre ella y sobre mí también.

Me acerqué y le di unos golpes en el hombro con mi mano.

– Acéptalo papá. Janelle ha crecido.
– Los dos habéis crecido mucho – suspiró sentándose de nuevo en el sillón – ¿Qué has averiguado hoy? – empezó por el tema que realmente queríamos hablar.
– Nada. Lo siento – dije acercándome al frigorífico para sacara una cerveza – He estado todo el día con Coops – expliqué – ¿y tú?
– Hoy he visto a un viejo colega y me ha traído buenas noticias … aunque no es nada relevante sobre ahora. Aunque quizás sí …
– Al grano – dije bebiendo mientras me sentaba frente a él.
– Melanie Fox, la mujer que acosó a tu madre durante nuestra adolescencia ha muerto hoy después de todos sus años de sufrimiento en México.
– Nunca oí hablar de ella.
– Porque a tu madre no le gustaba hablar del momento antes de que volviera de Europa. Pero su muerte significa que ella nunca pudo alzarse de nuevo en ninguna pandilla, ni mucho menos aliarse con los Richards.
– ¿Lo sospechabas?
– Cuando una mujer como esa te amenaza, no es vano. Pero ella no tuvo la oportunidad de vengarse. Yo no se lo permití – torció su sonrisa orgulloso de lo que había conseguido.
– ¿Sabes algo de Sean y Drake?
– Tu amiguito ha salido del hospital, pero sigue sin poder caminar bien. Sean pasa de él, sigue con su trabajo … aunque realmente le jodiste destruyendo el muelle.
– No fue difícil – me encogí de hombros y me levanté del sofá – Si esa son todas las noticias, me marcho de nuevo. Hay una chica que me espera – sonreí victorioso.
– Jason – me llamó antes de que me dirigiera a la puerta – Siento haberte dicho que te alejaras de ella – suspiró resignado cuando se dio cuenta de que iba en serio con ____ – El verdadero problema es Greg Cooper, así que aléjate de él. Y si puedes alejar a la chica de su lado, también – me aconsejó.

Sin saber muy bien que decir, me limité a asentir y me fui del departamento. Mi padre había estado receloso ante la idea de que ____ fuera mi novia, quizás por los recuerdos de mi madre, quizás
porque no se fiaba de ella por su padre, quizás porque creía que mi historia con una chica iba a ser tan complicada como la que él tuvo con mi madre. Mi padre a veces podía ser tan extraño y siniestro que me resultaba imposible entenderlo y me frustraba. Otras veces, simplemente me reía.

En esta ocasión, era la primera opción. Estaba frustrado porque aquel tema rodeaba a Coops y en cuanto a ella lo quería saber todo para protegerla.

* * *

Narra Justin
Había dejado a Jason marcharse con su chica. Miré el reloj comprobando la hora … era tarde. Jason no solía salir tan tarde solo para ver a una chica, no era habitual en él encapricharse con una chica en concreto. Sin más remedio recordé aquel tiempo en el cual yo mismo había fijado mi atención por primera vez en ____ Bolton. Aquella chica traviesa que le encantaba molestarme.
Saqué la cartera de mi bolsillo y contemplé la más antiguas de mis fotografías, ella y yo juntos desde antes de todos nuestros problemas. Una foto natural, como siempre ella salía sonriente junto a mí.
Ella había sido la única especial y llegó cuando tenía justo la misma edad que Jason. Me pregunté a mí mismo si él podría vivir algo parecido a mí. Me negaba a que corriera una suerte parecida a la
mía, tenía que sacarlo cuanto antes de aquel atolladero. La venganza de mi esposa era algo de lo que yo solo me tenía que encargar, aunque Jason estaba empeñado en participar. No podía cambiar eso, mi hijo era tan testarudo como yo. Cuando tenía una idea en la cabeza no había quién se la sacase.

Solo me quedaba como opción acelerar mis movimientos para que Jason no pudiera involucrarse demasiado … él no debía tener la misma asquerosa vida que yo en las calles. No quería que se
condenase a una vida donde tuviera que estar pensando en todo momento que su familia estaba bien refugiada de sus enemigos. No lo iba a permitir.
En mi interior rogaba que la hija de Rebecca pudiera entretenerlo lo suficiente como para que Jason se olvidara un poco del tema de la venganza. Me sentí aliviado de que hubiera pasado un día entero
sin pensar en los problemas de la calle.
De algún modo recordé como yo mismo había empezado mi única historia de amor con la mujer de mi vida.

Flashback

– Lucas, ¿quién es esa chica que te acaba de saludar?
– ¿Ella? – la señaló en la pista de baile – La conocí en el instituto – me miró divertido – ¿quieres que te la presente?

Me reí por su expresión. Lucas sabía perfectamente cuando me interesaba una chica, pero nunca había necesitado ayuda para conquistarlas.

– No, no es necesario – di un trago de mi cerveza observándola desde la barra.
– Si estás pensando en ligar con ella te advierto que hay una cola detrás de ella – con su cabeza hizo un gesto hacia todos los tíos que la miraban y a los que se acercaban a bailar con ella – Es de las que lo pasa bien una noche y después se olvidan de ti.
– Vaya, una chica sin compromisos – reí.
– Sí, me recuerda a alguien – me miró sugestivamente.
– ¿Sabes lo que pasa? Que conmigo las chicas siempre quieren repetir – Lucas la miró de reojo – ¿Te la has tirado?
– ¡¿Qué?! No – respondió exageradamente – Me gusta su amiga. Pero parece de las que va despacio así que me estoy acercando a través de ____.

Notamos una risa detrás de nosotros y nos giramos. Ella estaba frente a mí con la sonrisa más coqueta posible. Todos los chicos que habían bailado con ella la miraban con ganas de echarse encima de ella. Bufé. Parecía que esa chica los tenía a todos comiendo de la mano y no había nadie que se le resistiera.

– ¿Qué comentas de mí, Lucas? – le preguntó ___ con voz divertida.
– Nada en particular – la miró y después se giró a mí – ¿Conoces a Justin, ____?
– Bueno, oí hablar de él – me sonrió. Esa chica sabía que estaba hablando con alguien peligroso, lo supe solo por su tono de voz y su mirada en mí – Justin Bieber, ¿cierto?
– El mismo – torcí el gesto dando un trago a mi cerveza.
– ¿Dónde está Ally? – le preguntó Lucas.
– Salió a tomar aire. Tenía mucho calor aquí dentro y se estaba agobiando – explicó.
– Voy con ella – Lucas sonrió victorioso por poder tener su momento y se marchó. Ella se sentó en su lugar a mi lado y pidió una bebida al camarero.

____ me miraba de reojo y sonreía mientras daba un trago a su cocktail. Tragué saliva. Se veía demasiado caliente con aquella camisa tan corta y descubierta por su espalda. Su piel se veía
brillante por la fina capa de sudor provocada al bailar.
Sí, aquella chica me gustaba e iba a tenerla en mi cama fuera como fuese. Sin embargo, no debía mostrarme demasiado interesado en ella. Se notaba que le encantaba jugar con todos sus perritos
falderos y yo era cualquier cosa menos eso. 

– ¿Y que tal tu cacería esta noche? – le pregunté mirando conscientemente a todos los ojos fijos en su cuerpo. Incluso a mí me ponía nervioso, ¿cómo podía ella estar tan tranquila?
– Pareces mi mejor amiga – rió – ¿cacería? ¿En serio?
– Hmm, tienes razón. No parece que tu vayas de caza, más bien de pesca, ¿no? Capturas muchos peces y después devuelves al mar los que no te interesan.
– Tú si me entiendes – bromeó – No hay ni un pez que se me escape.
– ¿Ni uno? – pregunté escéptico coincidiendo con sus ojos.
– Ni uno – confirmó aproximándose a mí.

Justo cuando rozó la punta de su nariz con la mía sonrió y se separó para volver a la pista de baile habiéndome dejado embelesado con su aroma. Irritante. Era odioso que se creyera con poder sobre todos los chicos del local.
La vi bailar mirándome de vez en cuando. Esperaba que fuera a bailar con ella pero difícilmente iba concederle ese placer por mucho que yo hubiera querido.
Lucas regresó a mi lado y vi a la chica que le gustaba ponerse junto a ___ para bailar.

– ¿La dejaste con ganas?
– Me espera para bailar. Pero no iré – di un trago tranquilizante a mi cerveza.
– Chico duro – se burló Lucas – Ella te ha tentado y tú la rechazas. Apuesto que eso es nuevo para ella – rió.
– El plan es volverla loca antes de que ella me vuelva loco a mí.
– Ya veremos quien gana esa batalla – resopló.

* * *

Coincidimos muchas veces en fiestas al azar. Lucas además se encargaba de que saliéramos a los mismos locales que ellas para conquistar a Ally. No entendía como podía estar tan encaprichado
con una sola chica … bueno, él no era como yo.
____ en cada ocasión salía de la mano de un chico, salvo en la última semana. Ella había estado más pendiente de mí e intentando llamar mi atención. No había noche en que no me
molestara con sus comentarios.

– ¿Otra vez aquí, Biebs? – preguntó ___ a mi espalda cuando estaba sentado en la barra – Empiezo a pensar que estás loco por mí - sonrió batiendo sus pestañas.
– ¿Sabes con quién estás hablando, nena? Deberías calmarte, no hay cebo con el que me puedas pescar …
– Creo que hablo con Justin Bieber, el chico más engreído que he visto nunca. Yo no intento nada contigo, si quisiera ya habrías caído como el resto.
– Sabes que soy el único que se te está resistiendo – sonreí orgulloso de todo ese tiempo conteniéndome con ella.
– Bieber, Bieber … ¿crees que yo no me he dado cuenta de que yo soy la única chica que no has tocado de estas fiestas? Tú, como yo, tienes una larga lista de pretendientes. La diferencia es que yo selecciono y tú las tomas a todas.
– Menos a ti, nena – me burlé de ella.
– Y te estás volviendo loco tú solito aguantando las ganas – adivinó para contraatacar.
– ¿Quieres callarte de una vez? – me irritó.
– No – se mordió el labio – Molestarte es parte de mi diversión cada noche que te encuentro.
– No te conviene enfadarme, nena. Ve cerrando el pico o te haré callar.
– Muchas advertencias y pocos actos, Biebs. Eso es …

Sin aguantar más su palabrería la besé para que se callara. Cogí sus mejillas de forma brusca entre mis manos y la besé efusivamente. Sus labios me correspondieron de buena gana. Labios dulces por su último cocktail y suaves como el algodón. La besé olvidando todo lo que me había contenido en aquel tiempo. Su boca encajó con la mía como si ella hubiese estado siempre diseñada para mí. Finalmente ella se alejó de mí tirando de mi labio inferior.

– Bueno, tardaste en hacerlo. Te contuviste demasiado Bieber – se burló – creí que ese no era tu estilo – me miró por debajo de sus pestañas.
– Cierra la boquita, nena. Hazme ese favor.
– ¿Sino me volverás a callar? – sonrió dulcemente enroscando sus brazos en mi cuello y fijando su mirada en la mía – Porque si es así pasaré el resto de la noche molestándote.
– Puede que no te haga callar – me acerqué a su oído – Puede que el resto de la noche te haga gritar – mordí el lóbulo de su oreja y la sentí gemir.
– Ambas opciones me parecen buenas – respondió deseosa. Supe que satisfaría mis planes.
– Pero la segunda es mejor, nena. Mucho mejor.

Ella sonrió sabiendo lo que pasaría esa noche, sin ningún temor por ser un pandillero. Ella misma había visto mi arma una vez y no dijo nada. No había hecho ningún comentario gracioso, simplemente lo aceptó como una parte de mí y se dejó llevar.

Después de aquello repetimos varias noches juntos. ____ me volvía loco y no me importaba estar con ella varias veces, de hecho, llegué a buscarla solo a ella cuando quería compañía. Era diferente al resto conmigo.

– Estoy esperando al día en que te aburras de mí – confesó una noche cuando habíamos terminado en mi cama.
– ¿Te estás cansando de estar solo conmigo cada noche? – me burlé sabiendo que era imposible. Ambos disfrutábamos mucho juntos.
– No – rió levemente – Pero llevamos así más de un mes. Yo no estado con nadie más que contigo desde que … empezamos esto.
– Yo tampoco – me encogí de hombros – Tengo confianza contigo, ___. No sé, solo creo que con cualquier otra persona no va a ser tan bueno como contigo.

La miré cubierta con una sábana que tapaba su desnudez. Ella se giró dándome la espalda. El impulso de rodearla con un brazo me sedujo, aún así solo me arrastré en la cama para aproximarme a su figura y acariciar su brazo desde el hombro hasta sus manos, terminando por encajar mis dedos entre los suyos.

– Sinceramente, creo que no me voy a aburrir de ti – confesé – Nunca he tenido interés en estar más de una noche con cualquiera y contigo es diferente – me sentí realmente confundido por aquello pero no me importaba. Estar con ella era sencillamente genial.

– Justin – suspiró – Cuando me marcho de tu departamento lo hago pensando en la siguiente vez que regresaré …
– Solo tienes que llamarme, nena – besé su hombro. Aún no estaba dispuesta a girarse y darme la cara – ¿Pasa algo más?
– Quiero aclarar esto – respondió insegura – ¿Vamos a estar juntos? ¿Solo el uno para el otro sin otras personas de por medio?
– Eso suena a compromiso – mascullé. Ella suspiró y se levantó de la cama zafándose de mi brazo para empezar a buscar su ropa por el suelo y vestirse – No te vayas, ____ – supliqué viendo lo que pasaba.
– Yo nunca he querido nada formal, ¿sabes? Pero … soy idiota, olvídalo – se interrumpió a sí misma vistiéndose.
– ¿Qué es lo que quieres ahora, ____? – le pregunté levantándome de la cama y deteniendo su búsqueda de ropa – ¿Quieres que estemos juntos? – cogí su mano y sostuve su hermosa mirada.
– Pensé que después de este mes habiendo estado solo tú y yo podríamos intentar algo un poco más serio – reconoció – Nunca me ha gustado alguien como me gustas tú … siempre esperé que apareciera alguien con quien me sintiera como contigo – bufó y se rió de ella misma – Pero obviamente tú no quieres lo que yo.

– Tampoco es que me hayas preguntado … – me rasqué la cabeza. No pensé que alguna vez tendría una conversación como aquella – Oye – retiré un mechón de su cabello para meterlo tras su oreja – yo nunca he pensado en nada de esto, pero podemos intentarlo, ¿por qué no? No es que yo quiera estar con otra persona que no seas tú en este momento – aclaré.
– ¿Sabes como se le llama a esto? – preguntó divertida por mi reciente nerviosismo.
– ¿Noviazgo?

Ella asintió sonriente y no pude evitar sonreír con ella. Me gustaba verla así y supe que haría cualquier cosa por verla contenta como en aquella ocasión cada vez que estuviéramos juntos. ____ me abrazó por el cuello y se abalanzó para besarme.

Todo había surgido de forma improvisada entre ella y yo. Desde nuestro primer encuentro, pasando por nuestro primer beso, nuestra primera noche juntos hasta nuestro noviazgo y la forma en que
surgió nuestro amor. Todo fue pura improvisación porque para los dos eran experiencias nuevas.

Fin de Flashback

Todo había sido nuevo y distinto entre mi mujer y yo. En cierto modo entendí que para Jason todo estaba siendo nuevo para él y que estaba viviendo su propia experiencia con distintas batallas que
afrontar a las mías, pero problemas al fin y al cabo.

Miré la foto de la madre de mis hijos y mi visión se tornó borrosa. Parpadeé varias veces seguidas hasta deshacerme de la humedad en mis ojos.

– Te echo menos mi amor – miré su hermosa sonrisa en el papel – Es tan difícil seguir sin ti aquí – suspiré.

Cerré los ojos volviendo a recordar su rostro y sintiendo su voz llamarme a lo lejos. No podía traicionar su confianza … tenía que cuidar de nuestros hijos principalmente, pero también tenía que
buscar venganza. La muerte de la persona que más amaba y más feliz me había hecho no iba a quedar impune. La ira me corroía y supe que iba a hacer sufrir a todos los que se pusieran en mi
camino. Silenciosamente me culpé de no haberla protegido lo suficiente … sacudí la cabeza. Ya había pasado semanas encerrado en el escritorio bebiendo whisky culpándome a mí mismo y
compadeciéndome. Eso había pasado … Justin Bieber había vuelto mucho más fuerte y frío dispuesto a dejar claro quien era el que mandaba y que con él y sus familiares o amigos no se debía meter nadie.