Capítulo 16:¿Qué Haría Yo Sin Ti?

Bajé del círculo quitándome el sudor de la frente con el dorso de la mano. Todos aplaudían mientras me hacía paso entre el gentío para salir. Aiden aún estaba tirado en el suelo intentando encontrar el aire en sus pulmones. Algunos me miraban con miedo por la forma en que había luchado, sí, había sido todo a base de golpes duros y contundentes que dejaron a mi rival en un estado desmayo.

Avancé hasta alcanzar mi grupo de amigos y choqué las manos con Peyton mientras Dober e Ian palmeaban mi hombro y mi espalda. Cuando terminé de bromear con ellos me acerqué a la mesa donde ____ permanecía de pie mirándome desde lo alto.

Como la última vez la agarré de los muslos y ella se enganchó de mi cuello para quedar a horcajadas sobre mí. Sin decir ni usa palabra se abalanzó sobre mis labios mientras enredaba sus dedos en el pelo de mi nuca. Me agarró de sorpresa, pero fácilmente me amoldé a su boca y le devolví el beso con todas mis ganas de tirarla sobre la mesa y hacerle saber de cuantas maneras podía darle placer. Recordé que no estábamos solos y me distancié de ella de mala gana.

• Si sigues así voy a acabar perdiendo la razón y te poseeré en el primer rincón donde nos quedemos solos – advertí con voz ronca llena de lujuria.

_____ se tensó en mis brazos y se puso seria mirando mis ojos. Poco a poco el rubor llegó a sus mejillas. Finalmente la dejé sobre el suelo y me giré a los chicos quienes estaban ya cobrando su dinero de la apuesta. Después el encargado me dio a mí mi dinero y el de ____. Separando los billetes le di a ella algo más de la parte que le correspondía … ella necesitaba el dinero y a mí me habían dado una gran recompensa.

• Creo que me he hecho rica en una noche – sonrió inocentemente. Obviamente ella no tenía manera de conseguir su propio dinero cuando su padre la tenía siempre recluida.
• Son casi las seis de la mañana – dije mirando el reloj – Te llevaré a casa – cogí su mano y me giré a Peyton y Dober – Nos vamos ya.
• Nosotros también. Ten cuidado con esas heridas – advirtió señalando mis manos y mi ceja. Después se dirigió a _____ – Nos vemos.
• Hasta luego, Peyton – ella se acercó a él para darle un beso en la mejilla – Gracias por estar conmigo – sonrió de aquella manera tan natural que tenía y Peyton rodó los ojos riendo.
• Tendrías que haber visto lo inquieta que estaba – me dijo burlándose de ella.
• Me lo imagino – sonreí y acerqué a ____ mi costado – Adiós chicos.

Empecé a caminar junto a mi chica por el camino de regreso a la moto. Coops caminaba segura a mi lado, de alguna manera había cambiado su forma de pensar del momento en que la había traído hasta ese en el que me la llevaba de allí. Hubiera jurado que ella querría repetir esas últimas horas.

• Jason, estoy muerta de sueño – se quejó reposando su cabeza en mi hombro.
• Lo sé, cielo. Ahora te dejaré en casa – besé su coronilla mientras seguíamos caminando.
• No puedo quedarme a dormir en casa. Mi padre va a regresar de su turno de noche y me obligará a ir al instituto en cuanto me vea en la cama.

Llegamos a mi moto y saqué su casco para tendérselo. Antes de que se lo pusiera agarré su cara entre mis manos e hice contacto visual con sus brillantes pero cansados ojos.

• Podemos dormir en mi casa – le ofrecí esperando que aceptara.
• ¿De verdad? – la esperanza de poder descansar iluminó su rostro.
• De verdad, nena – presioné sus labios dos segundos – ahora sube a la moto y no te duermas en mi espalda – bromeé.
• ¿Qué haría yo sin ti? – suspiró de buen humor colocándose detrás de mí en el asiento.

Su pregunta retórica me hizo gracia. El caso era que desde el momento en que empezamos a conocernos todo había cambiado bastante. Yo sin ella hubiera seguido simplemente lleno de odio hacia todos aquellos que me habían quitado a mi madre. No hubiera sido feliz al salir vencedor de aquella última pelea porque tan solo hubiera hecho lo que sentía como mi deber, machacar a todo aquel que quisiera o tuviera problemas conmigo. Con ____ mi vida había empezado a cobrar sentido y tenía la seguridad de que la suya también había empezado a ser mejor cuando aparecí en su camino. Nos complementábamos. Nos necesitábamos. Ya no había manera de separarnos.

* * *

Narra ____

Jason había aparcado en la parte trasera de mi casa. Durante el camino habían pasado tres cuartos de hora. Mi reloj marcaba las siete menos cuarto … la hora a la que me solía despertar entre semana. Bajé de la moto y me quité el casco. Jase hizo lo mismo y sostuvo ambos cascos para después guardarlos bajo el asiento de la moto.

• Te acompaño hasta la ventana – sonrió – Después te espero aquí.
• Que caballero – bufé – Es tan típico acompañar a una chica a la ventana de su dormitorio.
• Lo es cuando tu novia es una chica mala por mucho que intente negarlo – rió.

Sacudí la cabeza empezando a caminar hacia el jardín trasero de mi casa. La escalerilla plegable seguía puesta desde que Jase la había utilizado aquella noche por última vez. Jason la sostuvo mientras subía hasta mi ventana. Una vez que estuve dentro de mi cuarto me asomé y él estaba recogiendo la escalerilla y ocultándola entre arbustos para que nadie la viera. Me giré hacia mi cuarto y empecé a desvestirme para darme una ducha rápida.

En cinco minutos salí del cuarto de baño y me cubrí con mi ropa interior blanca. Rebusqué en el armario y opté por vestirme con un pantalón corto junto con una camisa gris con detalles brillantes. Me puse unas Converse y cogí mi mochila para simular que me iba al instituto. Eran las siete y cuarto, posiblemente demasiado temprano. Bajé las escaleras cuando justo vi a mi padre entrar por la puerta principal vestido con su uniforme policial, la placa, la pistola y las esposas.

• ¿Qué haces tan temprano? – preguntó extrañado.
• Creía que volverías más tarde – me rasqué la nuca intentando disimular mi sorpresa.
• Mi turno empieza a las diez y termina las siete de la mañana.
• ¿Sin descanso? – me hice la sorprendida para cambiar el tema.
• Soy policía, estúpida. ¿Crees que mi trabajo es fácil?
• Tranquilo, papi – me burlé un poco de él – Yo no dije eso.
• ¿Te ríes de mí? ¿A donde co*ño ibas tan temprano? – encolerizó.
• Al instituto – improvisé – Hay examen a primera hora y prefiero llegar pronto para repasar tranquila y preguntar alguna duda al profesor cuando llegue – fue convincente.
• Bien. Lárgate. Así dormiré más tranquilo – masculló.

Salí de la casa y cerré la puerta tras de mí mofándome un poco de la situación. “Sí, yo también dormiré más tranquila sin ti papá, yo también te quiero”. Ironicé en mi cabeza. Con aquello fui feliz corriendo hasta llegar a la calle de atrás para encontrarme con Jason.

* * *

Jase abrió la puerta de su casa y me hizo pasar. Agarrando mi mano me guió para que subiéramos las escaleras que nunca había ascendido. No sabía porqué estaba tan nerviosa, una parte de mí revoloteaba por dentro con la idea de que iba a dormir con Jason. Cuando alcanzamos la parte de arriba seguimos por un pasillo hasta que él se detuvo en una puerta.

• Emm … aquí puedes dormir tú – señaló el fondo del pasillo – Mi cuarto está al lado.

Abrí los ojos. Procesé la información varias veces. ¿No quería que durmiéramos juntos? Mis nervios desparecieron y la decepción se apoderó de mí. La parte de mí que supuse que sentiría alivio con esta posibilidad por la vergüenza de dormir junto a alguien, no hizo acto de presencia y me sentí mal. De pronto tenía ganas de volver a mi propia casa, algo imposible.

• Hey – su mano alzó mi mentón – ¿estás bien?
• Si, si … – asentí evitando sus ojos.
• ¿Qué pasa? – buscó mi mirada – Coops, no me evites. Lo que sea que pase, dímelo.
• Es que yo quería … – me interrumpí. No, no quería que pensara que era una tonta – Nada déjalo – intenté dar un paso para abrir la puerta que me había ofrecido pero él me detuvo.
• ¿Querías qué? – insistió.
• ¡Quería dormir en tu cama! ¡Ya está! – exploté moviendo los brazos y finalmente cruzándolos en mi pecho indignada porque me hubiera hecho decirlo.

El ceño fruncido desapareció de su frente y en su lugar apareció una sonrisa pícara. Repasé mis palabras mentalmente y abrí los ojos dándome cuenta de lo que podía parecer.

• Dormir, solo dormir – señalé.
• Solo dormir – asintió divertido. Un segundo después me cogió en brazos de forma inesperada y caminó hasta su habitación – Abre la puerta, nena.

Le hice caso y entró en un hermoso cuarto de colores blanco, negro y detalles plateados. No era para nada lo que se esperaba del dormitorio de un chico. Los muebles estaban un poco vacíos, supuse que por la pequeña mudanza al departamento de su padre como me había explicado hacía días. En estantes destacaban algunos trofeos de fútbol y maratones. También había diplomas escolares colgados en la pared. En la mesa de escritorio tan solo había un porta-retratos vacío.

Jase me dejó sobre la cama y se inclinó para besar mi frente.

• ¿Me esperas cinco minutos? – asentí sin vacilar – Voy a ducharme – sonrió.
• ¿Quieres que te cure las heridas? – me ofrecí mirando su ceja cubierta de sangre seca.
• Eso estaría bien – besó la punta de mi nariz – enseguida regreso.

Se dio la vuelta y se perdió en el baño que había en su cuarto, supuse que tres veces más grande que el mío. El dormitorio era tan amplio que hacía que la cama doble pareciera pequeña. Me tumbé sobre la colcha y sentí la suavidad del material bajo mis manos.

Un pensamiento de mí y Jason juntos en su cama me hizo ruborizar. No entendía porque de repente paseaban por mi cabeza ideas obscenas. Me avergoncé ligeramente de mí misma pero interiormente estaba disfrutando de los escenarios que montaba mi imaginación.

Me distraje con el paisaje que ofrecía la gran ventana. El cuarto era muy luminoso gracias a ella y las vistas eran extraordinarias. Se veían árboles a lo lejos y el cielo rosado del amanecer. Recordé la ocasión en que Jason me dijo que su madre era quien cuidaba el jardín … Si aquel paisaje me parecía hermoso, con un jardín cuidado la imagen resultaría perfecta.

Jase regresó con una toalla envuelta en su cintura y el pelo humedecido. Con todo el descara lo miré de pies a cabeza.“____, relájate. Olvida esas ideas de estar con él desnudo en una cama. ¡YA!” me gritaba mi subconsciente. Y por mucho que quisiera concentrarme en mirar sus ojos no podía evitar mirar su cuerpo marcado por perfectos abdominales y pectorales. Vi un tatuaje en su hombro de un tigre y otro en su pecho, cerca de su corazón, de un ángel sosteniendo una balanza. El primero era salvaje, el segundo se me hacía que tenía un gran significado. De cualquiera de las maneras se veía jodidamente sexy.

• ¿Quieres una foto? – interrumpió mi ensimismamiento con cara divertida.
• Oh, yo … – me sonrojé – Me gustan tus tatuajes – “Entre otras cosas”, agregué mentalmente – ¿Qué significa el del pecho?
• Es por mi madre – se encogió de hombros volteándose para coger la poca ropa que tenía en un armario – Ella creía en los ángeles y su signo del zodiaco era libra, de ahí la balanza. Aunque supongo que también me recuerda que debo mantener el equilibrio – suspiró con pesadez. Tenía aquello en la piel para recordarse día a día lo que me había contado, sin embargo, no le gustaba contarlo en voz alta – El del hombro me lo hice con mi padre por mi decimosexto cumpleaños.
• ¿Tienes más? – pregunté curiosa.
• No sé, ¿quieres buscar? – me incitó con el dedo para que me acercara y empecé a reír tumbándome en la cama – Sabes que si quieres – noté la risa en su voz. Cuando alcé la vista ya se había puesto unos calzoncillos y se estaba colocando una camisa blanca – ¿Quieres ponerte una de mis camisas? – mordí mi labio nerviosa. No había llevado pijama – Estarás más cómoda – me lanzó una prenda y calló en mis brazos – Póntela mientras busco algo para la herida – se señaló la cara.

Despareció otra vez del cuarto y yo me quité rápido mi camisa para suplantarla por la suya. Me venía tan larga que podía cubrir mis muslos. Finalmente me decidí por quitarme también el pantalón y quedar solo con su ropa. Apenas se veía nada, solo mis piernas. Por lo demás parecía un saco.

Jason regresó con una botella de vodka y un poco de papel higiénico. Arqueé una ceja y lo miré escéptica.

• No hay alcohol, creo que esto servirá – explicó acercándose a la cama – Te ves genial, nena – sus ojos recorrieron toda mi estatura y sentí mi piel calentarse.
• Tú también – cogí la botella y el papel – Salvo por los golpes – torcí los labios en disgusto – Aunque te ves como un chico duro – reconocí vertiendo líquido sobre el papel – Es sexy – concluí acercando el papel empapado a la herida de la ceja. Jase hizo un gesto de dolor – Tengo que limpiar la sangre seca, chico malo – me burlé.
• Lo que sea – bufó y me quitó la botella para darle un trago aliviando el dolor.
• Hay algo que me estuve preguntando durante la pelea … – me miró serio inquiriendo lo que fuera que quería saber – ¿Por qué allí te llaman McCann?
• Oh – pareció sorprenderse por la pregunta – Bueno, hay un mito acerca de un tal Jason McCann, murió hace años en Las Vegas. Él se especializaba en todo tipo de bombas y explosivos … La gente me relaciona con él por un par de bombardeos, además de que se llamaba como yo. Empezó como una broma, pero resultó mejor ese apellido para esos lugares antes de que me relacionaran con mi padre.
• ¿Te llevas bien con tu padre? – seguí curándole la herida.
• Sí, discutimos a menudo, pero solo porque intenta protegerme. Con lo de mi madre anda un poco resentido …
• Ojalá mi padre fuera así.

El deseo me salió sin pensar. De hecho me sentí mal por manifestarlo en voz alta, no es que tuviera celos. Simplemente quería saber lo que era tener un padre de verdad.

Jase me apartó la mano con delicadeza y me quitó el papel ensangrentado de entre los dedos. Con una mano acarició mi mejilla mientras que con su brazo tiraba de mí hacia su pecho para abrazarme.

• Yo te voy a proteger, ____.

Lágrimas estuvieron apunto de emerger en aquel momento. Jason se tumbó sobre la cama y tiró de mí con él. Nos acurrucamos y cerré los ojos para evadir los malos recuerdos. Sin darme cuenta el cansancio me venció y lentamente me monté en una nube para darme un paseo por el mundo de los sueños dando las gracias de tener a alguien a mi lado que me entendiera y no me juzgara jamás.

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Gracias :) Espero que os gustaran los dos capítulos ;)