martes, 9 de julio de 2013

Capítulo 19: Colaboro en que tu Deseo se Haga Realidad

– No puedo creer que me hayas traído a un parque temático – dije abriendo los ojos hacia todo lo que había a nuestro alrededor.
– Lo sé, fue una idea genial – rió Jason – Este sitio tiene de todo. Espectáculo de animales acuáticos, atracciones, animales exóticos … Será divertido – aseguró.

No dudaba aquello. Jase nos había pagado la entrada y yo no hacía otra cosa que mirar de arriba a abajo y de izquierda a derecha, fascinada por la excentricidad de aquel sitio.

– ¿Qué te apetece primero? – preguntó divertido por mi expresión.
– Me dejo llevar por tu consejo. Nunca he venido a un sitio así.
– Lo supuse – se encogió de hombros – Vamos a aquella atracción para empezar despacio – sonrió con malicia y tiró de mí para que hiciéramos cola.

Perdí la cuenta de en cuantas atracciones acabamos subiendo. Todas subían y bajaban del suelo a grandes velocidades. Jason lo pasaba en grande y yo gritaba riéndome al mismo tiempo.
Compramos un algodón de azúcar y nos lo comimos entre los dos. Aprovechamos para hacernos algunas fotos graciosas con su móvil.
Dimos un paseo por el lugar y vimos pájaros tropicales a los alrededores. Aquel sitio era mágico.
Pasear agarrada del brazo me hacía sentir segura. Di un salto cuando vi un pequeño mono gris con la cola rayada en blanco y negro. Jason rió y seguimos caminando viendo también los paisajes
verdosos y la especie de laguna que habían creado.

– ¿Qué tal va nuestra cita? – preguntó mientras caminábamos a un puesto de juegos para conseguir peluches.
– Es perfecta, Jase.
– ¿Cuál quieres? – señaló los distintos premios colgados en la tienda.
– Sorpréndeme – puse los brazos en jarras y el rió.

Jason pidió una oportunidad al encargado del puesto y Jase eligió tirar botellitas de cristal con la escopeta de bolines. Verlo ponerse en posición y concentrarse me hizo sonreír, se veía realmente
atractivo. Su pelo se había revuelto un poco por el ligero aire que había y lo hacía ver aún más sexy.
Dio el primer tiro y di un salto. Había acertado. Me miró con su sonrisa torcida antes de volver al juego. Era tan confiado de sí mismo …

Jase dio dos tiros más rápidamente, sin siquiera pensar ni mirar el objetivo detenidamente. Dos botellitas más cayeron. Jason señaló un gran peluche colgado en lo alto, de hecho, era el más
grande. El hombre se lo dio y él me tendió a mí un gran delfín de color azul, suave y gracioso.

– Dime que soy el mejor – sonrió Jase orgulloso.
– ¿Y alimentar tu ego? – reí. Jason pasó su brazo por mi cintura y me apretó contra él – Eres un creído, pero aún así me encantas – besé su mejilla – Gracias por el peluche.
– Es un delfín majo – se encogió de hombros – Se parece a ti.

Llevé mi vista de la cara de Jason a la del delfín y regresé mi mirada de pocos amigos a mi novio.
Arqueé una ceja y Jase empezó a correr mientras yo lo perseguía. Era imposible que lo alcanzara, él era más rápido y yo llevaba encima el peluche, pero finalmente me dejó alcanzarlo dándose la
vuelta repentinamente. Me choqué contra su pecho y Jason me sostuvo de los hombros. Alcé la cabeza y me separé de él dándole con mi puño en el hombro.

– No me parezco a un delfín.
– Lo sé – rió – pero debiste ver tu cara, fue tan graciosa.
– Mi cara no es graciosa – empujé el peluche contra su pecho hasta que lo sostuvo en sus manos. Después me coloqué detrás de él y me subí a su espalda enganchando mis piernas a
su cintura – Esto sí lo es – sonreí.
– Hmm … nena, agárrate fuerte. Vamos a dar un paseo.

Rodeé sus hombros con mis brazos y apreté mis piernas alrededor de su cadera. Jason caminó conmigo sobre él mientras algunas personas nos miraban divertidos. Dos adolescentes chinchándose
el uno al otro y el chico sosteniendo un gran peluche debía ser una escena graciosa. No me importaba lo que pensara nadie ni cuanto pudiéramos llamar la atención. Me lo estaba pasando en grande.

Jason caminaba cerca de las atracciones acuáticas. La gente que caía por los toboganes gritaban de júbilo o terror. También se oían risas. Cerca de nosotros pasaba una cascada de la que caía una
barca. Jason se detuvo frente a la gran piscina en la que finalizaba la atracción.

– ¿Tienes calor, ____?

Noté el humor en su tono de voz y sabía que tras aquello había alguna mala intención. Me agarré más fuerte a él pretendiendo saber lo que iba a hacer.

– No serías capaz de tirarme al agua, ¿verdad?
– Oh, no. ¿Cómo crees? – la risa escapó entre sus dientes – Solo preguntaba.

En ese momento una de las barcas de la atracción estaba en lo alto de la pendiente por la que iba a caer. Inconscientemente miré el suelo y vi que a nuestros pies estaba mojado. Ni siquiera pude
reaccionar. Jason se dio la vuelta. La barca deslizó hacia abajo produciendo una gran sacudida de agua que cayó de pleno encima de mi espalda.

El agua me empapó. Me bajé de Jason y miré mi atuendo. La parte delantera estaba seca mientras mi espalda estaba helada y a él apenas le habían caído unas gotas de agua.

– Si tenías calor creo que ya no hay que preocuparse de eso.
– Oh, claro que no. ¿Y tú Biebs? ¿Tienes calor? – le quité el peluche de las manos – Esto es mío.
– ¡Oh, vamos! No te enfades, nena.
– No, yo no me enfado – sonreí maliciosamente y rodeé su cuello con un brazo para atraerlo en un beso – Solo digo que el karma existe.

Sonreí sobre su boca antes de empujarlo a la piscina tan cercana a nosotros. Jason cayó mojándose por completo. Jase salió rápidamente a la superficie y me miró con una sonrisa torcida. Leí sus labios “ésta me la pagas”.

Reí y empecé a correr sin mirar atrás. Cuando creí haber puesto bastante distancia entre nosotros giré el cuello y él me cogió.

– ¡Ah! – grité. Sin saber cómo, Jason me había puesto sobre su hombro y empezaba a caminar. Miraba todo del revés – ¡Suéltame! – le di con el peluche como pude.
– No.
– ¡Vamos! Solo me preocupaba de que estuvieras tan refrescado como yo – me burlé – ¿Te vas a vengar por haberme preocupado de mi chico al que adoro?

Lo dije con mi típica nota de sarcasmo. Jason se detuvo.

– ¿Cómo dijiste?
– Que me preocupaba que tuvieras calor.
– No, no – rió – lo último.
– Ah, pues que hay buenas vistas de tu trasero desde aquí – bromeé.

Empecé a reírme como una tonta y Jason me bajó con delicadeza hasta ponerme sobre el suelo frente a él. No podía parar de reír. Su cara seguía algo húmeda y de su pelo caían gotitas de agua
hacia su frente. Intenté dejar de reír pero no sirvió para otra cosa que para que después saliera una carcajada más fuerte.

Jason se cruzó de brazos mirándome divertido.

– ¿Sabes que me refería a “mi chico al que adoro”? – preguntó enarcando una ceja.
– Aww, ¿en serio? – sonreí tontamente.

Sus manos agarraron mis caderas y apoyó su frente sobre la mía. Poco a poco sus manos bajaron tentativamente hacia mis muslos y ahuecó mi trasero.

– Quiero llevarte a casa – susurró con sensualidad.
– ¿A tu casa?
– ¿Cuál sino podría ser para nosotros solos? – preguntó como si fuera obvio – Vamos. Aquí no termina nuestra cita.


* * *

La sensación de tranquilidad estaba cubriendo cada rincón de mi piel en la ducha de agua caliente.
Jason me había dejado usar el cuarto de baño de invitados en su casa y me estaba dando un gran momento de relajación.

Cuando al fin cerré el paso de agua recogí envolví mi cuerpo en una toalla y me sequé el pelo con otra. Salí del baño sacudiendo mi cabello y miré la ropa que había sobre la cama.
Una parte de mí se sentía extraña al recibir tantos regalos, otra se sentía extremadamente feliz y mimada como nunca me había sentido.

Sobre una caja con marco dorado había una nota. Al cogerla vi que aquella caja era de ropa interior y me puse roja como una amapola.

Reí nerviosamente cuando nadie había presente. Aquel chico me iba a enloquecer … de alguna manera, buena o mala, no lo tenía claro, pero me estaba volviendo loca.

Alcé el papel en mi mano y la leí. “Son más regalos. A decir verdad tenía planeado empaparte para esto. Soy un tramposo, lo sé. Espero algún comentario sobre TODA la ropa. Te espero en mi habitación. PD: Me encanta oírte cantar en la ducha ;)” Adoraba su letra. Me llevé la nota a la nariz … olía a él. Noté que había recalcado la palabra “toda” y supe que con eso se refería a que la lencería iba incluida. Tramposo, muy tramposo, pensé en mi interior.

Sin más remedio abrí la caja y saqué un conjunto blanco de encaje. A decir verdad, era una lencería preciosa que me haría sentir segura con ella delate de él. Me la puse, eran las medidas perfectas.
Miré el vestido blanco sobre la cama. Si el que había llevado aquella mañana era amplio y solo  resaltaba parte de mi cuerpo, aquel era ceñido y marcaba por completo mi culo y mis caderas.
Corto, haciéndome lucir unas largas piernas desnudas. La parte de arriba era bombacha. Tenía un aspecto picante pero … ¿elegante al mismo tiempo?

Me vestí lentamente y después me coloqué unos zapatos blancos del mismo color que todo lo que Jason me había comprado … ¿qué pretendía siendo tan monocromático?
Zapatos altos y con plataforma. Mis piernas lucían mucho más esbeltas con ellos … aunque no me sentía muy segura de andar con ellos.

Me miré en el espejo y decidí arreglar el desastre de mi pelo recogiéndolo en un moño con varios mechones sueltos que podía colocar tras mi oreja en el caso de que molestaran.
Sin saber muy bien que hacer después de estar lista, miré hacia la ventana. El sol estaba cayendo.
Recordé el reloj que Jase me había regalado esa misma mañana y me lo coloqué en la muñeca. Eran casi las siete de la tarde y el sol empezaba a caer.

No sabía que estaba preparando Jason en su cuarto. Toda aquella situación me estaba poniendo nerviosa y en mi cabeza solo recordaba que me había comprado ropa interior. La cara aún se me
enrojecía al imaginarlo eligiendo un conjunto.

“No le des más vueltas. Te está esperando” Me dije. “¿Y qué demonios le debo decir?” Sacudí la cabeza. “No pienses tanto. Es Jase. Improvisa”.

Salí de la habitación a paso firme, resonando los tacones contra el suelo de madera. A medida que me acercaba a la puerta fui recordando la inseguridad y mis pasos fueron más silenciosos y lentos.
Apoyé mi mano en el pomo de la puerta. Cogí aire. Toca primero, ___. Toca la puerta. Sí, desde luego no lo quería pillar desnudo … estaba muy inquieta. Di dos golpes sobre la puerta con mis
nudillos. A los dos segundos Jason me abrió vestido con unos vaqueros y una camisa de cuadros azul y blanca abotonada desde el centro de su pecho hasta abajo.
Jase humedeció sus labios mirándome de arriba a abajo.

– Pensaba que lo que elegí te iba a quedar bien – suspiró – pero más que bien te ves perfecta.
– Gracias – sonreí tímidamente.
– Ven – cogió mi mano y me hizo pasar delante de él mientras cerraba la puerta. No perdí el detalle de que apreció las vistas que le ofrecía el vestido a mi espalda – ¿Te gustó la ropa? – preguntó colocándose a mi lado.
– Sí – me sonrojé. No pienses en la lencería, no pienses.
– No creía que te vería así de colorada, ¿pasa algo ____? – su sonrisa se torció.
– No, bueno sí – improvisé – No tengo maquillaje – intenté desviar el tema.
– Tampoco es como si lo necesitases, Coops – acarició mi mejilla con el dorso de su mano – ¿Te he dicho alguna vez lo hermosa que eres?

Agache la cabeza. La intensidad de su mirada era difícil de sostener cuando no sabía como encajar aquellas palabras. Sentía mis mejillas ardiendo.

– Creo que no – se respondió él mismo alzando mi barbilla para coincidir sus ojos mieles con los míos verdes – ____, eres la chica más hermosa que he tenido nunca entre mis brazos.

Sin saber que responder solo supe que quería hacer una cosa, y eso era besarlo. Besar sus labios de una manera que entendiera lo bien que me hacía sentir a su lado, que le demostrara lo especial que
era él para mí, de una manera que él pudiera sentir por mí lo mismo que yo por él. Sus labios soltaron los míos y finalizó dándome un ligero beso sobre la comisura de mi boca.

– ¿Qué crees que he planeado?
– No lo sé – sacudí la cabeza – Una parte de mí quiere saber porqué has comprado un vestido como este, la otra está frenética porque entre otras cosas elegiste también mi ropa interior.
– ¿Estabas nerviosa por eso? – sonrió ladeando la cabeza – Eres tan … – suspiró riendo entre dientes – Fui con Janelle a elegir tu ropa. Créeme, yo mismo te hubiera comprado veinte
conjuntos en aquella tienda femenina, pero mi hermana no me dejó – rió – De hecho, me ha ayudado en varias cosas aparte de la ropa – besó la punta de mi nariz – ¿Tienes hambre?
– Bastante – reconocí dando un suspiro de alivio– Dime una cosa, ¿has terminado con los regalos?
– Mmm – fingió pensarlo dos segundos – No – se burló de mi rodamiento de ojos – Me falta uno y te lo voy a dar ahora mismo – del bolsillo de su camisa sacó una bolsita de terciopelo azul marino – No es nada del otro mundo, pero me hizo ilusión. Date la vuelta – le hice caso y Jason deslizó una cadenilla en mi cuello. Cuando abrochó la gargantilla miré el colgante – Es un trébol de cuatro hojas – se encogió de hombros – Dicen que da buena suerte.
– Es muy bonito, Jase.
– Bueno, espero que esto te parezca más bonito todavía.

Cogió mi mano y me guió por su habitación hasta la ventana que se abría para dar a un gran balcón.
Retiró la cortina y vi las hermosas vistas del crepúsculo. La noche se veía violácea y algunas estrellas empezaban a brillar al tiempo que algunos rayos de sol aún se resistían a desaparecer en el
horizonte. A lo lejos se veía el bosque. En una esquina del balcón había una de esas antorchas que ponía la gente en los porches. En el centro había una mesa con un pastel con la mitad de las velas
iluminadas.

– Hmm … el viento apagó algunas – se quejó y rápidamente se movió para sacar unas cerillas y encender el resto de velas.

En un susurro empezó a cantarme Cumpleaños Feliz mientras terminaba de encender las velas. Fue gracioso que cuando creyó que había terminado soplara el aire y volviera a apagar dos o tres velas.
En la parte que decía “te deseamos todos”, Jason la sustituyó por “te desea tu novio”. Sentí que me emocionaba ligeramente. Me quedé paralizada. Jase se acercó a mí y me abrazó por detrás.

– Sopla y pide un deseo, cielo.

Nunca había pedido uno, nunca había esperado que lo que yo pidiera se hiciera realidad, pero en aquella ocasión puse toda mi alma para rogar que se cumpliera: <<Deseo que Jason y yo siempre
estemos bien juntos>>. Aquello era lo que más deseaba en aquel momento, que ante todo, Jase y yo fuéramos capaces de tener grandes momentos juntos, sin importar las dificultades. Lo único que quería era que él estuviera a mi lado y ser feliz con él. Para siempre, como si de un cuento de hadas se tratara. Sin embargo, aquel era mi deseo que esperaba que la magia cumpliera. Si nunca había rogado uno, ¿por qué no se iba a cumplir el único que iba a pedir el resto de todos mis cumpleaños si seguía con él?

Soplé las velas y todas se apagaron a la vez a excepción de una que sopló Jason desde atrás de mí.

– Yo colaboro en que tu deseo se haga realidad – sonrió con inocencia.
– Si supieras lo que acabas de decir – suspiré abrazándolo.

Jason me devolvió el abrazo extrañado y besó mi cuello con suavidad mientras apoyaba su mejilla en mi hombro.

– ¿Qué pediste?
– No te lo voy a decir jamás mientras se esté cumpliendo.
– Hmmm. Me parece bien – besó mi mejilla – La tarta la hizo mi hermana. Prepara la mejor tarta de chocolate que jamás haya probado.
– ¿Sabes que amo el chocolate?
– No, no lo sabía – sonrió deslizando una silla para que me sentara. Me coloqué y él se puso frente a mí cogiendo un cuchillo y cortando la tarta – Lo recordaré para la próxima cita.
– Oh, ¿habrá más? – sonreí contenta.
– Muchas más, nena. Muchas.

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Twitter: @itsBieberFanfic
Tuenti: Miriam Cooper

5 comentarios:

  1. OMG Me muerooooooo .---. Jajaja Me encantaaaa esta perfecta, espero siguiente pronto, por que si no me muero, bue, me voy a morir igual con la novela jaaja es que les veo tan solos que digo: Estos en el siguiente tienen serso, si soy una pervertida, pero es que la nove me da a pensar eso ajajja Un beso de posholatee sister te amoo ,<3

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  2. Awwww que monooooosss me encantam dios mio me encanta como escribes quiero mas porfa mas mas mas jajajjay me imagino que en el siguiente habra serso salvaje no del duro jajajaja besos y siguelaaa!!!

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  3. Siguelaaaaaaaa! Y sube ya que me estreso
    Por cierto Jason es adorable, por mucha pinta de malote que quiera dar.

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  4. Aaaaw PRECIOSO,dios jase que mono es y que romantico,cooper se lo merece a sufriso mucho y el también ,y ahora todo va muy bien,espero que el padre cambie o que le den una lección ,bueno besitooooos me encanta ,espero el capi 20 *---*.
    By:MJCS

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