Sentí que alguien me movía de la cama. Abrí los párpados
pesadamente, mi madre estaba sentada a mi lado con una gran sonrisa
de buenos días. Miré el reloj que había en la mesita, las diez.
- Mamy, un ratito más – me quejé.
- Cielo, ya no vas al colegio – abrió las persianas para que entrara la luz – Justin te espera en la sala de estar.
- ¿Qué? Oh Dios … - me desperté por completo y salí a verle.
- Bonito pijama – pasé por el lado del sofá y me puse a su lado sonrojada – ¿te desperté? – tomó mi mano, yo asentí – Lo siento, pareces cansada – incliné mi cabeza para apoyarme en su hombro, él besó mi frente – Yo me desperté temprano, pensé en dar un paseo juntos …
- Vale – alcé la cabeza y le sonreí – pero vas a tener que esperar a que me vista.
- Me gusta ese pijama – dijo pícaro mirando lo corto que era.
- Veré que puedo hacer para sustituirlo. ¿Vienes?
- ¿A tu cuarto? - quedó perplejo.
- Antes te vi nervioso – sonreí – y así evitamos que mi madre te pregunte. Creo que sospecha algo – me encogí de hombros – es mejor que me interrogue a mí – reí.
- Seguro que sí – nos levantamos juntos – gracias por salvarme – rió.
- ¿Qué te parece? - pregunté acercándome.
- Estás hermosa – me acarició la mejilla y me besó con dulzura, sonreí.
- Gracias, aunque me refería al álbum – reí.
- Oh – alzó las cejas – salimos juntos en muchas – comentó echando otra ojeada – estaba pensando que tendríamos que hacernos fotos para colocarlas aquí.
- Tienes razón, esta es una nueva etapa a tu lado, bastante distinta a la anterior – le besé.
- Vamos, te invito a desayunar – cogió mi mano.
- Espera, voy a maquillarme un poco.
- Ni se te ocurra – cogió mi cara entre sus manos – estás perfecta – susurró mientras se acercaba a besarme. Al separarse entrelazó nuestros dedos y tiró de mí para salir. En el distribuidor encontramos a mi madre.
- Em … mamá, vamos a dar una vuelta – vi como mi madre se fijaba en nuestras manos, ella sonrió – no te preocupes si tardo.
- De acuerdo cariño, pasadlo bien. Y tú – señaló a Justin – cuida de mi niña.
- Descuida Alice, la traeré de vuelta antes de la hora de comer.
- Hey – me llamó Justin – vuelve de las nubes – dijo agitando la mano.
- Oh, perdona, estoy empanada – apoyé los codos en la mesa y la cabeza sobre las manos.
- ¿Quieres café para despejarte? - me ofreció su vaso.
- No, gracias cielo – sonreí – la verdad, no hacía falta que me invitaras Justin.
- No digas tonterías, lo normal es que invite a mi novia a desayunar, más si yo la he despertado y me recibe con un pijama tan sexy – me guiñó.
- Justin … - me quejé bajando la mirada avergonzada y removiendo el zumo con la cañita. De todos modos había sonado genial la forma en que dijo “mi novia”. Escuché el sonido de una cámara y alcé la vista – No me hagas fotos sin avisar.
- Esta es para mi álbum – sonrió – ¿vamos al parque de aquí cerca?
- Vale – di un último mordisco a la tostada – ya podemos irnos.
Ambos miramos la fotografía contentos. Justin se puso sentado y me
abrazó pegándome a su cuerpo, “sonríe” musitó en mi oído
mientras presionaba el botón de la cámara. El caso era que no podía
dejar de sonreír.
Así pasamos la mañana, entre besos, caricias, poses y fotos
sorpresa. De camino a casa fuimos viendo una a una otra vez.
- Me encantan esas dos – señalé.
- A mí todas – apagó el aparato y pasó su brazo por mi cintura para seguir caminando – cuando las imprima nos las repartimos – volvió a besarme.
- Ayer me dejaste con ganas de besos y hoy no paras – reí.
- Ya te dije que hoy habría más, además, si no voy a verte por la tarde quiero aprovechar – me dio un pico – ¿me echarás de menos? - preguntó cuando llegamos a la puerta de mi casa.
- No creo – hizo un puchero – es broma tonto – le abracé – diviértete con tus amigos, ¿vale?
- ¿Qué harás tú?
- Llorar hasta tu regreso – bromeé dramatizando – Ya me las apañaré. Por cierto, ¿cuando empezaras a ser mi profe de economía? - alcé y bajé las cejas repetidamente.
- Mañana mismo si quieres – le besé – ¿sabes que es una infracción muy grave intimar con el profesor? - dijo con sorna.
- Me encantará ser una alumna rebelde para mi profe más sexy.
- Entonces vendré mañana por la tarde.
- Mañana y todos los días – puse una sonrisa traviesa. Me dio el beso de despedida mientras sonreía – Hasta mañana Biebs.
Mi madre trataba de sacar temas de conversación y romper el hielo,
daba la sensación de que Trudy y mi padre también habían
discutido. La situación estaba tensa. Probablemente John también
había acusado a Trudy de ver a Justin en la fiesta … se veía
venir.
Entre todos recogimos los platos del salón y los llevamos al
fregadero. Trudy y yo fuimos a nuestro jardín para estar solas
mientras nos balanceábamos en nuestros antiguos columpios.
Como imaginé, Derek y Trudy se sinceraron y dieron el paso de ser
pareja. Se quedaron en la fiesta hasta cerca de las cuatro de la
madrugada, obviamente Trudy no me dio de detalles de lo que hicieron
entre ellos allí, era muy reservada para esos temas.
Al regresar, como a mí, le estaba esperando papá. Hubo guerra por
llegar tarde, por su provocativo atuendo, por no venir conmigo y por
su puesto, por ver al vecino.
- Se ha vuelto tan … mezquino. Son mis últimos meses hasta irme a la universidad, ¿qué quiere?¿que me quede encerrada?
- Para él sería perfecto – reí con desgana – tengo miedo de que se entere sobre lo mío con Justin.
- Papá no quiere que nos acerquemos ni a tres metros de la familia Bieber, y eso que están forrados de dinero.
- ¿Forrados? - me extrañé.
- Pues claro, ____, Jeremy es socio de una gran multinacional, y, ¿de donde sacó Justin ese cochazo? – resopló – pero bueno, lo tuyo con Justin - dijo emocionada – ¡Cuenta! ¿que pasó cuando te fuiste?
Pasamos el rato hablando allí mientras nos mecíamos en el columpio.
Alguien tocó al timbre. Trudy me pidió que abriera yo mientras ella
iba recoger su bolso, se había olvidado por completo de su quedada
con Derek. Hice lo que me mandó e invité a pasar a Derek en el
recibidor.
- ____, lo conseguimos – chocamos las cinco – ya soy tu cuñado – bromeó.
- Por favor … - negué con la cabeza riéndome – me alegro de que todo saliera bien.
- Sí, Trudy se puso celosísima con … nuestro beso – dijo por lo bajo.
- ¿Beso? ¿Que beso? No sé de me que me hablas – fingí.
- Oh, ¡venga! ¿Me vas a decir que no te gustó? - se cruzó de brazos incrédulo.
- ¿Que es lo que no le gustó a ____? - intervino mi hermana por detrás colgándose el bolso. Derek se puso recto y se quedó en blanco.
- Una película que pusieron el otro día – respondí – para mi fue un rollo y para Derek pura emoción, ¿qué mujer entiende la mente del hombre? - actué.
- Ninguna – respondimos al unísono Trudy y yo riéndonos.
Me encanta cada vez se hace mas interesante,¡tienes buena imaginación! :)
ResponderEliminarCuando el siguiente¿? De Cris BieberDirectioners. :D