martes, 5 de marzo de 2013

Capítulo 24: ¿Dónde Estuviste?


Sabía que estaba arrepentido. En ese momento él querría retroceder el tiempo para cambiar nuestra historia, y así permanecer juntos. La realidad era que yo seguía sintiendo cosas por él, nuestros dulces momentos pesaban mucho sobre mi conciencia pero todo se había complicado porque seguía sintiendo el dolor de haberlo visto marchar sin considerar mi opinión. Todo estaba hecho un lío y el enredo iba a peor. Zayn también formaba parte de mi corazón.
Justin no tenía intención de soltarme. Noté que respiraba sobre mi cuello deleitándose de mi aroma. Había pasado mucho tiempo, probablemente esto fue lo que él más deseó desde que volvió a verme. No podía deshacerme de su agarre, tampoco quería ser brusca, en ese momento me encontraba con el Justin sensible y dulce.
  • Te perdono – las palabras brotaron suaves, sinceras, cargadas de comprensión desde lo más profundo de mi ser – No tiene sentido odiarte … – suspiré para mí.
Justin se separó de mí. No había rasgos de alegría, no, sus ojos eran pura ternura e incredulidad. Sus labios formaban una línea; quién sabía lo que se estaba conteniendo en ese momento …
  • ¿Vamos a dar ese paseo? - le sonreí para aliviar la tensión.
  • Siempre dije que no te merecía – balbuceó – Aún después de todo lo que te causado sigues aguantándome – suspiró con pesadez – No hay nadie como tú.
  • Déjate de tonterías – le reprendí – Y vamos fuera, ¿quieres?  
Cogí mi chaqueta y me la puse mientras abría la puerta. Justin salió por delante de mí y caminó a mi nivel con las manos metidas en los bolsillos de su cazadora. Íbamos en silencio, tan solo notábamos las pisadas bajo nuestros pies. Yo miraba el suelo y de vez en cuando giraba la cabeza, estaba paranoica por si nos seguían.
  • ____, disfruta un poco quieres. Si se acerca alguien le meteré una bala entre ceja y ceja – me dijo como si nada.
Se me puso la piel de gallina. Justin el duro había regresado … ¿cómo se me olvidó que siempre iba armado? Realmente se me olvidó lo que era estar con él, olvidé su figura imponente y la dureza con la que trataba a los demás con tal de quedar como el mejor.
  • No lo harás – le miré – estamos en plena calle – le acusé con la mirada – y deberías pensar un poco en el trauma que me causaría ver eso.
Entreabrió la boca para protestar pero se arrepintió. Sus facciones se marcaron.
  • Lo siento – presionó los labios.
  • Deberías pensar un poquito más en lo que dices o en como actúas, así no te tendrías que arrepentir tan a menudo de todo – rechisté con mi reciente malhumor.
  • Oh vamos, nena – me apretó de la cintura y me apegó a su lado – Ya sabes que soy muy brusco – rió – te has vuelto una chica delicada.
Me aparté de él y paré de caminar para enfrentarlo.
  • ¿Crees que es normal ir hablando de matar gente con esa naturalidad? No eres un asesino, yo lo sé, vas de tío duro que se da de hostias con todo el que le vacila. Llevas una pistola para advertir que te defenderás y harás lo que te da la gana de cualquiera de las maneras. Me juego el cuello a que tienes buena puntería y que has usado esa pistola contra personas – le miré con ojos impenetrables – pero tu no has matado a nadie – susurré.
  • ¿Cómo puedes tú saber eso? - me señaló con la barbilla.
  • Porque te conozco, sé como eres, te comerías la cabeza por haber quitado una vida como lo hice yo. Te replantearías llevar esa pistola pegada a tu culo todo el día – solté.
  • Te equivocas – me cogió de la muñeca amenazante – yo hubiera rematado a Zac si tú no me hubieras parado, prácticamente estaba muerto por la paliza que le di. Y te lo recuerdo, me salvaste la pu*ta vida, ____. Me salvaste tal y como hubiera hecho yo por ti. Tal y como haré otra vez. No me importa a lo que nos enfrentemos.
Sacudí mi brazo soltándome de su agarre y me di la vuelta para regresar a casa. Caminaba a paso ligero. No volví a mirar a Justin. Me costaba asimilar todo lo que acababa de decir. Aquella noche me iba perseguir el resto de mi vida.

Metí la llave en la cerradura y entré dando un portazo. Me sacudí la chaqueta. Tocaron en la puerta con los nudillos. Abrí de par en par. Justin tenía una sonrisa condescendiente. Me daban ganas de decirle que lo odiaba en esos momentos. Él entró y dejó la chaqueta en el perchero como yo.

No le iba a dirigir la palabra. Me giré rumbo a la cocina y vi a Clark corriendo hacia mí.
  • ¡Ahí estás! – exclamé – ¿dónde te habías metido, eh?
Lo cogí en brazos y lo abracé. Le di un beso en la cabecita y lo dejé de nuevo en el suelo. El pobre habría tenido miedo en la tormenta y se habría escondido en algún rincón.

Fui hasta la cocina y empecé a prepararme un bocadillo.
  • ¿Desde cuando tienes perro?
  • Desde mi cumpleaños – respondí cortante.
  • ¿Quién te lo regaló?
  • Zayn – sonreí a sus espaldas.
Fui al salón con un plato y puse la televisión. Clark se puso a mis pies cuando me senté en el sofá. Justin se puso a mi lado analizándome. ¿Cuánto le costaría asimilar que había otro chico de por medio? ¿Sabría Justin lo importancia que había tenido Zayn desde que él se fue?
  • La última vez que nos vimos antes de irme dijiste un montón de cosas …
  • Ya, ¿y qué? - iba pasando canales hasta encontrar algo bueno para ver.
  • ¿Recuerdas lo que dijiste?
  • Hice a un lado este episodio, Justin. Estaba impotente, me vino mucha mierda a la cabeza y te solté todo lo que pude hasta que te marchaste. Punto.
  • Cobarde y mentiroso, de eso me trataste.
  • En ese momento no tuviste lo que había que tener para quedarte y hacer frente a lo que había pasado, y sí, mentiroso lo has sido siempre.
  • Ni siquiera creías que te quiero cuando te pondría por encima de cualquiera de la cosas.
  • Me dijiste que te odiara, Justin – le miré a los ojos por primera vez desde que entramos a casa – ¿cómo crees que sienta eso? Me dijiste que no volvería a verte nunca más, que empezarías de cero, ¡Me ibas a borrar de tu maldita vida!
  • ¡Pero es imposible porque te adoro! ¿Qué parte no entiendes de que pusiste mi mundo patas arriba? – se desesperó.
  • Ah, ¿no dije yo eso para que no te marcharas? ¿No te dije que cambié gracias a ti? ¿No pasaste de todos modos? - contesté con sarcasmo.
  • Entonces tú tampoco te pudiste olvidar de mí.
  • Mi amor por ti fue enterrado en lo más profundo de mi ser.
  • Lo desenterraré, lo reviviré y te haré feliz – bufé – sabes que consigo lo que me propongo.
  • Siempre hay una primera vez para fracasar – terminé de comer y dejé el plato sobre la mesa.
Justin me miraba ceñudo. Se lo estaba poniendo difícil. Me daba igual … estaba formando una barrera a prueba de sensiblerías para mantenerme fría y pensar correctamente.

Narra Justin
No podía aguantar esa situación por mucho más tiempo. Odiaba que me hablara así, sí, siempre fue testaruda, imponente e irritante, pero ya no lo soportaba más. Por cada frase que le decía, ella tenía una respuesta para hacerme ver como el malo. Lo peor era … que hasta yo me daba cuenta de lo horrible que había sido para ella que la dejara.

Ya no sabía que hacer ni que decir. ____ no iba a rendirse, no se iba a ablandar con palabras, claro que no, eso ya no servía de nada porque había traicionado su confianza en mí. Hechos y acciones, tenía que centrarme en eso para recuperar a mi chica.

Vi a ____ removerse incómoda sobre el sofá para mantenerse a una distancia segura de mí. Aquella misma mañana no había aguantado las ganas de besarla incluso con el berrinche que  ____ había pillado. Solo sirvió para hacerla enfadar aún más, pero no me arrepentía. Sus labios … cuanto había echado de menos el tacto con ella. El abrazo que me había dado hacía un rato, sentir su calor, escucharla decir que me había perdonado …

Desde luego no merecía nada de aquello, pero ____, como solía hacer, seguía siendo comprensiva y abierta conmigo. Ella se movía y actuaba según como sentía, se dejaba llevar por sus emociones, le quería por ello, por ser sincera y ser ella misma.

Me miró de reojo. No podía evitar sonreír cuando notaba eso, lo más seguro es que pensase que me estaba burlando de ella a cada momento.
  • ¿Qué te come la cabeza? – le pregunté por romper el hielo.
____ se giró para mirarme con aquellos ojos, en ese instante pétreos. Podía notar su agonía. Quería cogerla y ponerla a mi lado. Abrazarla y decirle que todo iría bien. En estos momentos sentía que haría lo que fuese para volver a ver a la chica atrevida, risueña, provocadora y segura de sí misma que yo solía ver.
  • ¿Dónde estuviste?
Su pregunta me cayó como un balde de agua fría. Aquellos meses habían sido un infierno de constantes traslados de una ciudad a otra. Prácticamente había vivido en el coche. Había estado huyendo del recuerdo de su cara, de su cuerpo, de su tacto, del sonido de su risa, de su mirada, de su fogosidad, de su dulzura … En vano, no hubo día que no me acordara de ella.
  • De acá para allá. Estuve dando vueltas por todo el país … No hacía nada en específico, no me quedaba más de tres días en la misma ciudad.
  • ¿Ninguna anécdota? – se burló.
  • Sí. Yo … vi a mis padres – dije con inseguro mientras llegaban flashes a mi mente.
  • ¿Los vistes? - se alertó ella. Di un simple asentimiento de cabeza – Nunca me contaste mucho sobre ellos …
  • Hacía más de dos años que no les veía. Viven en un pueblo cerca de Tennessee – ella siguió mirándome expectante, había captado su atención – ¿quieres que te cuente todo?
  • Justin … no hace falta hablar de esto si no te gusta – agachó su vista, se había endulzado.
  • Nadie sabe realmente por qué vine aquí para vivir solo y, creo que va siendo hora de compartirlo. Contigo primeramente – le sonreí dudoso, pero ella me devolvió el gesto.
Siempre sabía como darme fuerzas cuando veía que algo me costaba.
  • Mi madre era una camarera de una vieja taberna. Mi padre el mecánico del mismo pueblo. Ambos se conocieron muy jóvenes, y bueno, se casaron … no te diré que ahí había amor, yo te diría que obligaron a mi madre porque mi padre era un baboso que aún seguiría soltero sino fuera por ella. Mi madre pasó a odiarle con el tiempo porque siempre lo recibía borracho y él muchas veces se desquitaba con ella … De ahí nací yo … obviamente, era el niño menos deseado en el mundo – fruncí los labios. Por dentro empezaban a bullir mis emociones. Rogué para que no se me notara – Crecí … bueno, mas bien solo. Mi abuela era la única que me recibía con los brazos abiertos, pero murió pronto. Hubiese jurado que a mis padres les repulsaba – suspiré – No aguanté mucho tiempo con eso. Cuando tenía doce años empecé a jugar, a robar y hacer trampas para ganarme la vida y ahorrar. En cuanto pude, cogí mi mochila y viaje en autobús hasta aquí. No le dije nada a nadie. Tan solo dejé una nota diciendo que yo estaría mejor solo y ellos estarían mejor sin mí.
Mis ojos estaban clavados en el suelo mientras visualizaba los pocos y amargos recuerdos que me quedaban de mi infancia. Extrañamente sentí un calor repentino en la palma de mi mano. Alcé la vista y vi a ____ con los ojos vidriosos.
  • Hey – llevé mi mano al borde de su ojo retirando una lágrima – No llores, nena. Es mi pasado, yo no considero que tenga una familia. Estoy mejor sin ella – Estoy mejor contigo, agregué mentalmente, ella era mi único amor.
  • ¿Qué pasó después?
  • Me metí en pandillas, sobreviví en la calle y tuve muchos negocios para conseguir lo que tengo hoy por hoy … No me pidas explicaciones y detalles, por favor, no te gustarían.
Poco a poco vi como _____ se acercaba y se reclinaba sobre mi hombro mientras apretaba mi mano izquierda. Y que reconfortante se sentía eso … ¿Ella me estaba volviendo a aceptar?
  • ¿Qué paso cuando los vistes?
  • Pasé por el taller y resulta que él sigue trabajando en lo mismo … me reconoció enseguida. Lo único que hizo fue dar un asentimiento de cabeza tras mirarme de arriba a abajo, después siguió a lo suyo con su grasiento trabajo. Y mi madre, diría que está apunto de volverse loca. Preferí irme antes de hablar con ella; me arrepentí de volver y remover toda esa historia. Ese pueblo solo es … basura – escupí.
_____ apretó su brazo por mi cintura y apoyó su cabeza en mi pecho. Meses atrás le habría acariciado por su costado provocándole escalofríos, pero me mantuve quieto, dejando que fuera ella la que pusiera los límites de contacto para no incomodarla.
  • Ver todo aquello me hizo ver quién era y quién soy ahora. Me di cuenta de que mi vida es una mierda y que lo único bueno que ha habido en ella has sido tú. Por eso volví. Por egoísmo. Porque te necesito en mi vida para darle algo de sentido. Sin ti no soy feliz.
  • Justin – masculló como un quejido.
  • No digas nada – la acallé y besé su frente – sé que todo ha cambiado mucho. Sé que estás resentida conmigo. Pero lucharé por ti hasta el último momento. Me da igual quién se entrometa … y con eso incluyo a Zayn.
  • No – se incorporó – Justin, no – sus ojos me desafiaron – Ni se te ocurra hacerle daño.
Arrugué la frente al juntar mis cejas. Odiaba que se preocupara tanto por ese idiota. En lugar de responder, luché por relajar mis músculos faciales y la atraje de nuevo a mi lado, la necesitaba ahí. Respiré tranquilamente y absorbí el olor de su aroma. Era tan relajante …
  • Prométeme algo – suplicó.
  • ¿Qué quieres? – vacilé.
  • No te pelees con Zayn … él lo último que necesita es un ex-novio celoso que le complique aún más su enredada vida. Lo que haga con él es asunto mío …
  • ¿Qué temes que haga? – me reí.
  • Ambos conocemos tu temperamento – alzó una perfecta ceja.
  • ¿No estás enfadada con él?
  • Ese no es el punto – dijo tajante – Prométeme que mantendrás las distancias con Zayn.
  • ¿Tanto te importa?
  • No sabes lo que hizo por mí – susurró mientras se separaba de mí rodeando sus rodillas – prométemelo, Justin.
Dolía verla así, sentía que su corazón ya no me pertenecía por completo y estaba acostumbrado a tenerla solo para mí. Por otro lado, si no le prometía eso la defraudaría. Suspiré con pesadez.
  • Está bien, te lo prometo.
  • Gracias – dijo aliviada.
Volví a suspirar y pasé mis brazos por sus hombros invitándola a venir. La necesitaba conmigo, se sentía como si nada fuera a volver a ser igual y yo me quería aferrar al pasado. ____ me dio una mirada recelosa pero finalmente cedió y se apoyó en mi hombro.

Podía sentir el aroma de su cabello. Me incliné llegando a rozar mi nariz con su melena y absorber más su olor. Instintivamente deposité un casto beso en su coronilla.

____ cerró los ojos y se relajó dejándose llevar por el silencio que nos rodeaba. Finalmente se durmió … Eché el cuello hacia atrás hasta apoyarlo bien el sofá. Los dos estábamos bien, ella estaba segura; yo podía estar tranquilo.

Pensar que yéndome ella tendría una vida mejor, pero fue un gran error, ni siquiera se me ocurrió que alguien quisiera vengarse haciéndole daño a ella. Pensé que el asunto de sus acosadores estaba solucionado, pero Zac y Troy tan solo fueron el inicio de una fila de piezas de dominó que iban cayendo rápidamente … pero nadie sabía como acabaría ese efecto mariposa y yo corría el gran riesgo de perder a la persona que amaba.

1 comentario:

  1. Solo decirte que ha merecido la pena esperar porque este capitulo me ha superhipermegaencantado
    Bueno deciirte que sigas asii que eres lo mejoor de verdad, nose qe hariia yo sin ti y tus novelas
    No me enrrollo maas
    Byee un kiis
    Att: tu admiradora secreta :)

    ResponderEliminar