lunes, 8 de abril de 2013

Capítulo 38: Ser Más Valiente

Mis ojos se desorbitaron al verlo bajar feliz abriendo los brazos y dejándose llevar por la gravedad. La inclinación del cable era empinada. Justin bajaba hacia abajo a bastante velocidad soltando gritos de emoción. Suspiré de alivio cuando llegó a salvo al otro lado. Lo vi girarse hacia mí alzando los puños en victoria y orgulloso de lo que había hecho. Parecía un niño. Se quedó esperando cruzado de brazos mientras me observaba desde abajo.

Miré el otro sillín, listo para ser utilizado. Quise optar por dar media vuelta y volver al coche andando. Pero este era el atajo al que se había referido Justin al principio de nuestra excursión. ¿Por qué creía que quería gritar? “Quizás te venga bien” susurró el subconsciente.

Me decidí a sentarme en el sillín y a asegurarme las correas. Me agarré bien a la cuerda que pendía del cable. Miré a Justin antes de lanzarme. Había abierto los brazos indicando que me esperaba.

Alcé los pies y la silla empezó a bajar. Daba miedo, mucho miedo. Pero a la vez era alucinante. Chillé desquitando todo el temor. Cerré los ojos decidida a no mirar, aunque enseguida los volví a abrir para mirar hacia abajo. El río, ancho y de longitud sin límite desde mi posición, se veía reluciente y brillante por el sol. Chillé eufórica. Entonces mi pecho golpeó contra el de Justin. Sus brazos rodearon los míos parándome de un golpe. Si no hubiese sido por él me hubiese estampado contra el poste por no estar pendiente de la bajada.

Cogí aire exageradamente mientras alzaba la cabeza. Un Justin sonriente respondió a mi euforia.
  • ¿Estás bien?
  • Mejor que en mucho tiempo – sonreí.
  • Te dije que sería divertido – desagarró los broches del sillín.
Mientras me ayudaba a componerme de nuevo, sus ojos se cruzaron con los míos. Dulces como la miel. Tiernos como nunca los había visto. Su preciosa y atípica sonrisa de chico adolescente. Acaricié su suave rostro con una mano temblorosa. Aprecié cada uno de sus lunares que le hacían un rostro aún más bello.

Él siempre me hacía ser más valiente. Él siempre me impulsaba a hacer cosas que en un principio no quería, pero luego me acababan gustando. Su especialidad era sorprenderme día a día. ¿Podría algún día aburrirme con él?
  • ¿Y ahora que vas a hacer conmigo, Biebs? – pregunté sin saber que esperar de él.
  • Te besaría si no fuera porque sé que después de hacerlo estarías incómoda – respondió – en lugar de ello, te llevaré a comer. Nos lo merecemos después de subir esta montaña, ¿no crees?
  • Me parece bien – dije poniéndome de puntillas para besar sus labios sin que lo esperara. Fue un simple roce, pero el simple hecho de presionar sus labios y sentirlos suaves contra los míos me motivaba. Sin permitirme mostrarme dudosa de lo que acababa de hacer agarré su mano y miré sus ojos chispeantes – ¿vamos?
  • Vamos – suspiró entrelazando nuestros dedos y empezando a caminar para irnos.
* * *

Descendiendo fácilmente un poco, llegamos al coche de Justin. Una vez dentro, Justin se puso en marcha para conducir de vuelta a la carretera. No tenía idea de que pudiera hacer ahora, ¿volveríamos a casa?

Pensando en casa, recordé a Zayn … No sabía que demonios me estaba pasando. En ese instante estaba mejor que nunca con Justin pero de alguna manera me sentía fatal por el otro chico que estuvo conmigo incondicionalmente. Aun así me carcomía lo que me había dicho Justin esa misma mañana, ¿no crees que Zayn simplemente quisiera salir contigo desde el principio por joderme a mí?No, no y no. Tenía que hablar con él y no podía desconfiar de sus actos de aquella manera. Justin trataba de cualquiera de las maneras separarme de él, y yo no podía dejarme influenciar por ninguno de los dos en ese sentido. Ambos se iban a tirar escoria mutuamente para intentar demostrar quien era más merecedor de mí. Competían por mí entre ellos, pero también estaban luchando juntos para mantenerme a salvo … inaudito. Era un maldito trofeo para demasiada gente, desde mis pretendientes a MF, hasta a los pandilleros que odiaban tanto a Justin como a Zayn.

Eres famosa” Se reía un diablillo en mi interior con amargura.

Entonces Justin puso su mano sobre mi rodilla mientras continuaba sujetando el volante con una mano, y todos mis pensamientos se desvanecieron.
  • No pienses demasiado … intento que estés contenta aunque sea por un día – dijo en tono solemne – ¿quieres saber a donde te llevo?
  • Sí – afirmé fingiendo una sonrisa.
  • Te llevo a un paraíso de restaurante – respondió – de esos finos que se ven en la tele – rió – otro sitio bonito de los que te gustan y nunca creíste que te llevaría.
  • ¿Desde cuando te preocupas por cosas como éstas? – soné algo incómoda – Justin, este no eres tú. Tú solo has podido permitirte darme paseos en tu precioso coche, recogerme del instituto, llevarme contigo a los bares, tenerme en tu apartamento … No necesito lujos.
  • Lo sé – tragó saliva y vi como se marcaba la nuez de su cuello – pero pensé que te gustaría. Y sé que te gustará. Por favor – me dedicó una mirada – esto es solo un día, después volveremos a nuestra mierda de realidad. Pero disfruta esto. Yo lo estoy intentando – siseó irritado – y tú no haces mas que quejarte.
  • Te aguantas – contesté cruzándome de brazos – eso pasa por tener cambios tan bruscos de personalidad – me mofé.
Momentos después llegamos a un lugar bastante rodeado de naturaleza, en cambio, cerca había un hotel con un toque bohemio que lo hacía muy tentador.

Justin volvió a coger mi mano y me guió hacia el interior del edificio. ¿Qué hacíamos en un hotel? Lo miré inquieta y curiosa. Vi la señal que dirigía a un restaurante. El hotel era de cinco estrellas. Justin hablaba con un hombre trajeado. Yo no prestaba atención a su conversación. Estaba intentando captar cada detalle del ambiente. Estaba muy impresionada con la belleza de todo el lugar. En cuanto el hombre se fue y Justin volvió a caminar llevándome de la mano, pregunté lo que tanto me rondaba la cabeza.
  • ¿Te puedes permitir esto? – susurré poniéndome de puntillas hacia su oído.
  • No, después nos escaparemos – contestó con simpleza. Mis ojos se desorbitaron.
  • ¿Estás loco? – tiré de la manga de su chaqueta.
  • ____, estoy bromeando – volvió a coger mi mano – creo que nunca has sabido cuanto dinero tengo en verdad – musitó burlándose – créeme, no estoy en una mala posición económica – entramos en el restaurante. Glamuroso y abrumador, elegante y recargado. Justin siguió adelante hasta una mesa y deslizó una silla hacia atrás para que me sentara – podría venir a sitios como estos varias veces al mes – continuó – incluso podría pagar una habitación del hotel por una semana – dijo sentándose en su sitio frente a mí.
  • ¿Es eso un ofrecimiento? – me burlé.
  • ¿Quieres una semana aquí? – alzó las cejas.
  • Imagina que digo que sí, ¿te echarías hacia atrás en tu propuesta? – negó con la cabeza sonriente – así que … tienes mucho dinero – asintió – ¿por qué no me lo dijiste antes?
  • No era algo que te interesara.
  • Tienes razón – me encogí de hombros – no sabía que pudieras ganar tanto con los juegos.
  • No son solo juegos, ____. Hago muchas cosas en las pandillas.
  • Cosas que prefiero no saber – corté.
  • Por eso no te las conté antes – asintió nuevamente.
Miré a través de la ventana del restaurante. Era como un escaparate que mostraba una gran variedad de plantas y flores de distintos colores y tonos de verde. Un río artificial corría por el medio como si de una cascada se tratara. Los rayos de sol empezaban a caer dejando notar que la tarde empezaba a finalizar y se acercaba el crepúsculo.
  • Se está haciendo tarde …
  • Tenemos tiempo. Nadie nos espera en Delaware – justificó Justin.
El camarero se presentó en nuestra mesa y sirvió unas copas de vino blanco. Todo esto se salía de lo normal. Nunca me hubiese imaginado viviendo algo parecido con Justin. El hombre de unos veinticinco años dejó la botella sobre la mesa y nos ofreció un libro a cada uno con la carta del restaurante. Era un menú realmente variado y exquisito. Miré a Justin de reojo. El sonrió dulcemente mirando la lista de platos.
  • ¿Qué van a pedir? – preguntó el camarero.
  • ¿Tiene alguna recomendación personal? – preguntó Justin educadamente.
  • Sinceramente, como entrante les sugiero el Carpaccio de foie y mango caramelizados al jerez – dijo amablemente. Justin asintió dándoselas de entendido.
  • Suena bien – dije yo – ¿Qué tal está el cordero relleno de setas?
  • Es delicioso, va acompañado de una salsa de albaricoques secos y crujientes – me informó.
  • Pediré eso – cerré la carta y le devolví el libro encuadernado con cuero.
  • Los dos tomaremos el mismo entrante – dijo Justin – Yo probaré los calamares con cuscus.
El camarero tomó nota y recogió los libros con una simpática sonrisa para marcharse. Cogiendo mi copa, di un trago al vino.
  • Te queda bien lo de ser elegante – comenté – se te daría bien ser un chico rico y refinado.
  • Ya – Justin cortó mi broma y cogió su copa para brindar conmigo – espero que estés disfrutando del día.
  • Lo estás consiguiendo – sonreí – pero dime una cosa, ¿en serio sabes lo que hemos pedido de entrante? – susurré divertida.
  • No tengo ni la menor idea – rió.
* * *

La velada estuvo entretenida. Apenas había gente en la sala, Justin y yo charlábamos de cosas sin sentido … era la única manera de no recordar el pasado ni todos los problemas que teníamos. Estábamos a punto de terminar la botella de vino.
  • Justin, esto es un hotel. ¿Pretendes emborracharme y aprovecharte de mí? – reí cuando empezó a servirme un poco más del dulce vino.
  • No, pero está muy bueno – sonrió – y aún estás con todos tus sentidos alerta.
  • Se ha hecho realmente tarde – miré por la ventana – ¿tienes ganas de volver a Delaware?
  • Estoy muy bien aquí. Pero si tú quieres volver ya pagaré la cuenta ahora mismo.
  • Que caballero – le guiñé el ojo de buen humor – pero ambos hemos bebido demasiado, no deberíamos conducir.
  • ¿Sugieres que nos quedemos a pasar la noche? – alzó las cejas.
  • ¿Miedo por una locura? – lo reté envalentonada por el alcohol que ya corría por mis venas.
  • Yo solo te advierto que no traemos ropa ni para dormir, ni para mañana.
  • Estoy segura de que eso no es un problema para ti – sonreí.
  • ¡Vamos entonces!
Justin hizo una señal al camarero y nos trajo la cuenta. Dejó varios billetes sobre la sofisticada bandeja y lo que sobraba quedó como propina.

Llevándome a su lado impaciente por los pasillos, llegamos a la recepción.
  • Buenas noches – saludó Justin a la mujer tras el mostrador – nos gustaría hospedarnos una noche en una habitación doble.
  • Por supuesto, señor – respondió la sonriente chica – tenemos de distintos precios …
  • No importa el precio, deme una habitación que sea acogedora y se ajuste a lo que merece esta chica – me señaló contento – ¿cree que haya algo?
  • Habitación 1621. Cuarta planta. Hay unas vistas preciosas – tecleó mientras miraba la pantalla del ordenador.
Sacó unas tarjetas y las metió en un sobre que después tendió a Justin. Me sentí sonrojada por el trato que me estaba dedicando Justin.
  • ¿Sabe si hay alguna tienda de ropa por aquí cerca? – preguntó Justin.
  • Por supuesto. Al otro lado del hotel hay una sección con boutiques y tiendas de souvenirs – respondió la recepcionista – aunque ya deben haber cerrado.
  • Muchas gracias – Justin se volvió a mí – vamos, nena.

6 comentarios:

  1. Puedo morir!!?? *-* quiero que esten juntos es mas NECESITO K ESTEN JUNTOS!! Siguiente cuanto antes por favor ^^ me encanta tu novela aunk Zayn no me gusta pero el toque que le da a la novela es bueno :) pero quiero k este con Justin!!

    ResponderEliminar
  2. Jdjskahskshsjd espero que acabe con justin es monisiimo
    AMO TU NOVELAA me meto todos los dias en el blog por seacaso has subido in capitulo nuevo ya que no se como es tu tuento ni nada me lo podrias dar por fi?:) bua siguiente ya en serio estoy enganchadisiima:)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Está apuntado en la columna de la derecha, jaja Bueno, es Miriam Biebs Malik ;)

      Eliminar
  3. Hola miriam,queria decirte que esta muy chuli tu nove, y que me encantan los capis,pero esque..que se que se puede estar ocupada por los estudios pero esque chica, en una semana subes como maximo un capitulo o 2 y..tienes chicas que te esperan :(, y aveces nos podemos cansar de esperar..GRACIAS.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, gracias lo primero de todo.
      Y bueno, sobre si tardo, voy a subir siempre cuando pueda porque escribir, lo hago porque quiero y me gusta, no como una obligación. Y si no me siento con ganas o no tengo inspiración, no me voy a obligar, simplemente porque sino no me gustaría ni a mí mi propia novela.
      Siento si tienes que esperar, pero es lo que hay. Mis estudios también van por delante, hay gente que lo entiende y otras que no ...
      También tengo que decir que hay gente que sube un capitulo a la semana o después de mucho tiempo, así que por favor, sé paciente por esperar unos tres o cuatro días a lo sumo, porque además, siempre compenso cuando tardo. Y estaría bien que se valorara el esfuerzo y trabajo que le pongo a escribir.
      Solo eso. De todos modos, muchas gracias. Yo aprecio a cada lectora, y si pudiera subir más a menudo lo haría. El caso es que no puedo porque tengo una vida y no me la paso encerrada en casa escribiendo todos los días como hago los fines de semana o por las noches.
      Besos :)

      Eliminar