Capítulo 41: Ya Está Todo en Proceso

Narra Justin

Eran las diez de la noche. _____ se había quedado dormida media hora antes de que llegáramos a su casa. Estábamos aparcados en frente de su puerta. Di un suspiro involuntario.

Habíamos pasado un buen rato juntos. Había exprimido cada minuto con ella tratando de estar bien y no discutir. Claro está, fue imposible no enfadarse ni una vez. Pero el resto del tiempo fue perfecto.

Ahora se había terminado. De vuelta en Delaware tendría que enfrentarme a mi plan. Le había dicho a _____ que todo iría bien incluso cuando todo pareciera ir mal, pero sabía que ella se desesperaría en cuanto se diera cuenta de lo que había ocurrido a sus ojos.

Di gracias a que ella y yo hubiésemos arreglado nuestros asuntos antes de todo lo que iba a pasar en a partir de ese momento. Confiaba en mi plan, pero una parte de mí no podía evitar preocuparse por lo que podría pasarle a ella si algo no salía como yo pensaba. No podía pensar en otra cosa que no fuera en ella y en su seguridad.

Metiendo la mano bajo el asiento del coche, saqué las pistolas. Era el verdadero símbolo de que habíamos vuelto para terminar lo que se había quedado pendiente. Después, quizás ella decidiera quedarse conmigo y viviríamos juntos, otra vez.

Pensé en lo feliz que había sido en las últimas horas y supe que tenía que seguir adelante para poder estar a su lado y quedarme protegiéndola. Ella era mi único afán.

Cogí las llaves del bolso nuevo que le había reglado ese día en el hotel. “Justin Bieber haciendo regalos …” pensé. Sonreí como un estúpido al recordarla con aquella sonrisa de niña con un juguete nuevo. Debí haberla tratado siempre así, con pequeños detalles que la hicieran feliz y no solo mostrándole lo peor de mi mundo. De alguna manera, siempre había tratado de alejarla de mí sin darme cuenta. Pero ____ no se rendía por muy malo que yo fuera para ella, al contrario, siempre luchó por mantenerse a mi lado.

Metí cada pistola en un bolsillo de la cazadora y salí del coche pensado en lo que me deparaba. Yo también iba a pelear por ella esa noche. Me dirigí al lado de ____ para abrir la puerta. Me agaché y la cogí en mi regazo.

Acercándome al porche de su casa escuché ruidos. Sabía que todo estaba listo.

No le había contado toda la verdad a _____ sobre lo que averiguó Johnny, pero no necesitaba saber más, sino se preocuparía.

Con cuidado abrí el cerrojo y entré en la humilde casa. Fui directo a su dormitorio y la dejé en la cama. Besé su frente y la cubrí con una sábana. No se había enterado de nada. Estaba profundamente dormida.

Saque su pistola y fui a dejarla sobre la mesa de su escritorio. Por curiosear un poco miré lo que había por encima. Ojeé sus libros abandonados por el curso recientemente terminado. Revisé sus estanterías llenas de más libros de lectura. Había uno que no estaba del todo encajado entre los demás. Miré la portada: Un Amor Peligroso por Sabrina Jeffries. Sonreí por el título, ¿____ se había identificado con un libro tras encontrarme a mí? Pasé las páginas con mi pulgar y un papel cayó de entre las hojas. Lo recogí del suelo. Era una foto … de nosotros a principios de nuestra relación. Nunca me gustaron las fotos y aún así ella logró sacarme aquella. Posiblemente era la única que ella podía tener de mí.

Hubiese cambiado muchas cosas si hubiera podido viajar atrás en el tiempo.

Todo podía cambiar una vez más después de lo que sucediera esa noche. No tenía tiempo. Tenía que salir de allí ya.

Sin pensármelo mucho puse la foto boca abajo y escribí con un bolígrafo que encontré de por medio en el escritorio. “No importa lo que pase, siempre serás la única. Te querré incluso cuando menos lo creas”. La dejé encima del libro sobre la mesa para que la viera a la mañana siguiente junto con la FIE Titan.

Dando un último vistazo a la persona que más me importaba y por la cuál iba a hacer una locura, salí del cuarto cerrando la puerta despacio.

Me dirigí a la calle. En cuanto puse un pie fuera del porche tuve el cañón de una pistola en mi nuca.

• ¿Listo Bieber? – sin poner resistencia alcé las manos – Camina hacia tu coche, hay alguien que tiene muchas ganas de conocerte esta noche – dijo una voz tosca con malevolencia.

Sabiendo que todo había dado comienzo, le hice caso y me moví hacia mi coche con las manos arriba para que el hombre que me señalaba con la pistola no se sintiera amenazado. Sabía que no podía hacerme daño. Todo estaba planeado. Yo sabía cosas que nadie sabía. Cosas que tenían un precio, y ese precio, eran nuestras vidas.

La oscuridad de la noche no permitía que nadie en la calle viera lo que estaba pasando.

No me di cuenta hasta que llegué a la puerta de piloto del coche y eché una última ojeada a la casa de ____ de que estaba rezando por ella, para que no le pasara nada. Para que todo fuera bien pasara lo que pasara a partir de ese momento.

Narra ____

Justin no estaba. ¿Qué demonios había pasado? Me había quedado dormida en su coche y amanecí en mi cama con la misma ropa que había llevado todo el día anterior.

Él no estaba por ninguna parte de mi casa. Clark ocupaba el lugar de la supuesta soledad. Di gracias a que Mike se pasara por casa para revisar las cosas y cuidara un poco de mi perrito, pero en ese momento no le podía prestar atención.

Regresé a mi cuarto para coger mi móvil y marcar el móvil de Justin. Mientras esperaba a que contestara paseé por mi cuarto impacientemente. Me senté en la cama escuchando cada tono pasar, mientras iba perdiendo la esperanza de que aceptara la llamada.

Cuando surgió el contestador maldije por dentro. Me levanté impaciente para dejar el móvil en la mesa y vi la pistola. A su lado estaba uno de mis libros preferidos junto a …

• No puede ser – cogí la foto y le di la vuelta – No importa lo que pase, siempre serás la única. Te querré incluso cuando menos lo creas – leí.

¿A que venía eso? Por mi cabeza pasó que se estaba despidiendo. “NO” clamaron todas las partes de mi interior. “No puede dejarte así”. Algo pasaba para que él pusiera algo así y no responder al móvil era algo muy extraño en él.

Recordé que él sabía lo que se hacía y sabía defenderse. Lo más posible era que yo me estuviera preocupando exageradamente y Justin me regañaría por ser tan miedosa.

Miré el reloj. Eran las ocho, pero había dormido muchísimo desde que me rendí al sueño en el coche. Me sentía en forma.

No dejaba de pensar en lo extraño que era que Justin me dejara así en mi casa y pusiera aquella nota en la foto. Además, ¿cómo la había encontrado? Posiblemente curioseando, ¿pero cuando? ¿Había dormido conmigo o se fue en cuanto me dejó en la cama? ¿Y por qué aquel mensaje?

Me duché y me vestí con ropa limpia a toda prisa incluso sin tener nada que hacer por delante. Los nervios me poseían. Cuando menos lo esperaba alguien tocó a la puerta. Al abrir vi a Zayn. Parcialmente afeitado, con aires de sensualidad pero con aspecto desgastado.

• ¿Qué te ha pasado a ti? ¿Te ha pasado un tren por encima?
• Hola a ti también, ____ – dijo sin humor.
• ¿Por qué has venido? – pregunté.
• Yo también me alegro de verte – respondió pasando al salón como si estuviera en su casa.
• Joder, Zayn, ¡no esperaba que vinieras ahora! ¿Vale? Tengo cosas en mi cabeza y me sorprendí de verte.
• ¿Cosas en tu cabeza? – dijo serio – ¿Con eso quieres decir a Justin? – preguntó como un reproche en forma de sarcasmo.
• Por ejemplo – respondí ofendida.
• Y en lo bien que lo pasaríais anoche, también, ¿no? – bufó cruzándose de brazos.
• Lo dices como si no te importara – comenté – pero tú no sabes que pasó anoche, solo estás diciéndolo por asegurarte si sucedió o no, ¿me equivoco? – torcí los labios. Ésta iba a ser una buena discusión.
• Como si no me importara dice … Parece que has cambiado mucho de opinión desde que estás con Justin – su tono era con ironía – es curioso que hace unos días fueras mi novia.

En ese instante recordé la conversación que había tenido con Justin cuando salimos de mí casa dos días antes y me sentí llena de fuerzas para responder a sus recriminaciones.

• Lo curioso es que tú no salieras conmigo simplemente por joder a Justin para cuando volviera. Porque tú sabías que él volvería y tú te aprovechaste de mi mal momento. Me conocías antes de que yo te conociera a ti. Cuando me encontraste por primera vez con mi hermano no perdiste la oportunidad. Ésta se la debías a Justin por lo que te hizo con Rebecca. Te sentiste humillado y querías hacerle sentir lo mismo, ¿cierto?
• Sí – respondió con orgullo – Todo eso es verdad, pero más allá de eso te conocí bien. ¡Pensaba que eras una estúpida, la típica chica de los pandilleros! Cuando realmente vi como eras me enamoré de ti – explicó asqueado.
• ¡¿Y se supone que yo debo creerlo?!
• ¿Y crees que yo debo estar contento cuando te acostaste con él?
• ¡Lárgate! – dije harta de la situación.
• Bien, me voy. Pero antes te digo lo que verdaderamente tenía que decirte – me miró directamente a los ojos mientras se volvía a la puerta – Justin ayer quedó con el jefe de los Avenue Crips. Esa es la pandilla donde se encuentra MF. Al parecer él iba a hacer un trato y después tenderle una emboscada. Aunque lo más probable es que ahora esté recluido porque aún no regresó. Pobre imbécil – dijo para sí.
• ¡¿Qué?! – dije como si no hubiera entendido nada. Pero la verdad era que había escuchado perfectamente – ¡¿Por qué demonios iba Justin a hacer eso?!
• Porque este era su plan, ____. Todo su afán era pasar tiempo contigo por si no volvía a verte, su plan era que te decidieras por él antes de irse al infierno para humillarme una última vez. Yo lo único que tenía que hacer era vigilar tu casa para que nadie desconocido entrara, y como un estúpido he hecho caso. Después de todo … dirás que tú no me importas una mierda, pero ya da igual. ¡Se acabó! – clamó con una sonrisa amarga.

Zayn salió de casa dejándome sola. Mi cabeza no dejaba de gritar. “No, no, no, no, no” múltiples veces. Iba a explotar. “¿Qué hago?” “¿Qué mierda hago?”

No, con eso no podía yo sola. Necesitaba ayuda o el mundo se caería a mis pies. Justin se había ido para negociar, ¿para hacer un trato? ¿Pero como pudo ser tan idiota como para creer que lo dejarían ir de rositas después? ¿Y que iba a negociar? “Tu vida, idiota. Intento salvarte. Como siempre” exclamó mi subconsciente.

• No, Justin es mucho más listo que eso. ¡Por Dios, no!

Sin saber que más hacer subí corriendo a mi cuarto y cogí el móvil. Miré insegura la FIE Titan pero finalmente la cogí y la metí en el hueco de mis pechos sostenida con sujetador. Apenas se notaba con la camiseta que me había puesto. Bajé aún más rápido y me lancé a la calle mientras llamaba a Lucas. Al salir aún vi a Zayn. Pasando de largo por su lado esperé impaciente a que la línea se abriera al tiempo que caminaba rumbo oeste.

• ¡_____! – clamó una voz femenina.
• ¿Ally?
• Esa soy yo – rió.
• ¿Y Lucas? – me desesperé.
• Con Johnny, están haciendo tiros libres en la cancha de baloncesto.
• ¡Por Dios, llámalos! ¡Ya!
• ¿Qué pa--

Y en ese instante alguien tiro de mi cuerpo hacia el interior de una furgoneta. El móvil se me cayó y lo único que pude notar fue la oscuridad, un firme brazo alrededor de mi cintura y una mano presionando un pañuelo contra mi boca y mi nariz. Aquel olor se me hizo familiar. En una décima de segundo antes de desmayarme pensé que era cloroformo y que me acababan de secuestrar.

* * *

Narra Justin

• Ya está todo en proceso – dijo ella campante con su voz chillona tras regresar de una llamada telefónica.
• Asegúrate de que ella no reciba ningún daño – respondí severamente.
• Oh, Bieber, Bieber, Bieber – se burló – este no pareces tú – puso un dedo sobre mi pecho con una mirada seductora y una sonrisa escalofriante – tan enamorado, tan protector con esa niña. Dime, ¿qué te hace?
• No es de tu incumbencia, Melanie – bramé.

El almacén en completo hizo eco. Melanie me miró mordazmente. Sus ojos indicaban peligro. Aquella chica se aprovechaba de su atractivo sin ningún problema para hacer lo que le diera la gana con los hombros. Pobre de mí, fui uno de ellos hacía tiempo pero para mi fortuna, sus estrategias ya no tenían efecto en mí.

Melanie era una chica de constitución delgada, morena de pies a cabeza. Una cabellera negra y lisa que mecía de manera sensual y unos verdes claros que contrastaban con toda la oscuridad de su interior.

Johnny tenía razón. Zachary Fox era un tío muy importante, tanto que era el hermano de la única jefa actualmente, Melanie Fox, arias MF. Ni de lejos hubiéramos visto venir que ella podría ser la auténtica acosadora. Llegué a aquel almacén, ocupado por la pandilla de los Avenue Crips, abandonado a mi suerte, sin saber lo que me esperaba. Solo con la idea fija de hacer un negocio. Por el momento todo iba bien. Incluso el imbécil de Zayn había caído en la trampa.

• Ten cuidado con como hablas, Bieber. Estás en mi territorio.
• No te metas en donde no te llaman – advertí irritado.
• Pobre Justin, te cuesta admitirlo, pero sabes que Zayn quiere a tu chica. Sino no te arriesgarías a este plan, porque sabes que él vendrá.
• Y si no viene será una prueba de que a esa basura nunca le importó ____ – la miré serio – ahora cierra el pico.
• Si Zayn no viene moriréis tanto tú como _____. Un trato es un trato, Justin. Te la estás jugando a cara o cruz adivinando los sentimientos de otras personas.
• Vendrá. Y ni se te ocurra amenazarme una vez más, te juro que no me importa que seas una mujer. Si le haces daño a mi chica – fije mis pupilas en las suyas – mueres.
• ¿Estás seguro de que sea tu chica? ¿Sabes seguro que se decidirá por ti y no por Zayn? – se mofó.
• Escúchame perra, cierra esa puta bocaza que tienes si no quieres que meta una bala en tu jodida cabeza. Cierra el pico porque aún no he dicho donde están los cuerpos de los cabrones de Troy y de tu hermano – sonreí con malicia.
• ¡Hijo de puta! – su mano se alzó contra mí y la detuve en el aire retorciendo su brazo. Los hombres de los alrededores sacaron sus armas – ¡Bajad las putas pistolas! – bramó Melanie mientras se sacudía de mí – ¡Ésta me la pagas, Bieber!
• No es mi culpa que tu hermano se metiera con mi novia. Y la que me la va a pagar eres tú si las cosas no terminan como yo quiero – amenacé.

En ese instante escuchamos el motor de un coche fuera del almacén. En ese momento Melanie se dirigió a la gran puerta que conducía al exterior y yo la seguí detrás.

Del coche salieron dos hombres. Una por la parte de conductor, y otro por detrás. Este último cargaba a _____ como a un saco y ella no hacía mas que patalear intentando zafarse. Corrí hacia ellos. ____ alcanzó a darle un puntapié en la ingle y el hombre la tiró al suelo. Ella cayó sobre su trasero haciendo un quejido.

El corpulento hombre recién recuperado de un buen golpe en sus partes bajas, se incorporó con ganas de desahogarse. Yo ya estaba cerca. Lo estaba viendo alzar una mano frente a ____ que aún seguía sentada en el suelo mirando hacia arriba en shock. Corrí más y lancé mi puño a la mandíbula de aquel desgraciado tirándolo al suelo. Estiré mi mano por el impactante golpe que le di y enseguida me agaché para ayudar a ____ levantarse. 

• Hijo de p*ta – mascullé – ¡ponle una mano encima y desearás no haber nacido! – grité al tipo con los dientes ensangrentados que se estaba sacudiendo el polvo por la caída.
• Justin … – escuché a ____ sisear.
• ¿Estás bien? – puse mis manos en sus mejillas mirando sus ojos. Ella asintió débilmente.
• Mirad a quien tenemos aquí – escuché detrás de mí – pero si es _____ Bolton, la más perra de las perras en todas las fiestas. ¿Cómo te llamaba tu amiguita? ¿La cazadora de hombres? – rió Melanie dirigiéndose a una _____ aún bloqueada.

Apreté a ____ contra mí para protegerla. Entonces noté algo duro entre su pecho. Llevaba la pistola. “Oh, ____, te has lucido” pensé para mis adentros. A mí me habían cacheado y me habían quitado la Glock, sin embargo, era improbable que comprobaran a “la inocente” ____.

Ella se apartó de mí empujándome desde el pecho. Su mirada se centró en Melanie.

• Así que eras tú … MF, Melanie Fox – quedó pensativa unos segundos – Que … guarra – exclamó inesperadamente.
• ¿Os conocéis? – pregunté atónito.
• Ella – la señaló Melanie – ella era que siempre se llevaba a todos los chicos. Incluido a ti, Bieber. Claro que conocía a su competencia. Ella jugaba unas piezas y yo otras ¿Qué se siente siendo ahora la presa, ____? ¿Qué se siente que jueguen contigo? – preguntó con sorna – Lo malo es que no soy un tío interesado en ti. Soy la “guarra” – hizo comillas en el aire por el apelativo que había usado ____ – que te va a hacer pagar lo que hiciste a mi hermano.
• ¿De qué hablas? – me entrometí – este no era el trato, Melanie – mis instintos se dispararon sabiendo que algo iba mal y que mis chicos aún no estaban en posición para el ataque.
• Oh, Bieber, Bieber, Bieber – se burló – Zayn aún no está aquí, y no es lo mío esperar mientras leo una revista. Torturar a nuestra amiga va a ser más divertido – hundió su mirada en _____ – ¡Cogedlo! – ordenó Melanie a su grupo – yo me encargo de la furcia.