viernes, 26 de abril de 2013

Capítulo 45: Quizás Te Convenga Marcharte

Anonadada y totalmente perdida abrí los ojos. Lo primero que vi fue el rostro de Justin con un ceño fruncido y la mirada llena de preocupación. ¿Qué había pasado? Intentando mirar otra cosa que no fuera la cara de un Justin demacrado y poniendo en acción todos mis sentidos me di cuenta de que seguía en el hospital y otras miradas estaban pendientes de mí. Justin rodeaba mi cintura con sus fuertes y firmes brazos sentado en una silla. Me tenía en su regazo. Un hombre con una bata blanca estaba enfrente de nosotros con una expresión serena.
  • Parece que solo fue un desmayo – comunicó – ¿Cómo se encuentra señorita?
  • Mareada – admití llevando una mano a mi sien.
  • ¿Hace cuanto que no comes, _____? – me preguntó Justin apretando su abrazo a mi cintura de forma protectora. Me quedé pensando y me sonrojé avergonzada.
  • No comí nada desde ayer cuando merendamos – contesté.
  • Sus niveles de azúcar deben ser muy bajos – informó el médico – y quizás la presión y el estrés afectaron aún más a su sistema. No la deje sola – le indicó el hombre a Justin – podría caerse de nuevo.
  • Gracias – respondió Justin con educación. El doctor se fue y Justin buscó mis ojos con los suyos – ¿Me dejas llevarte a casa?
  • Por favor …
  • Prometo quedarme callado. No te molestaré – dio un beso en mi frente y se levantó de la silla sin dejarme en el suelo.
  • Puedo caminar – intenté desprenderme de él.
Justin no protestó y me dejó posada en las baldosas blancas del hospital sujetando mi cintura firmemente. Andamos juntos hasta donde estaba estacionado su coche. Él me abrió la puerta y me ayudó a que me sentara sujetando mi mano. Cuando estuve cómoda cerró el coche y se subió a mi lado. Encendió el coche y lo llevó a la vida.

El paseo fue rápido y silencioso. Justin cumplió su palabra de no abrir la boca. En cuanto estuvimos frente a mi casa, él salió a toda prisa y vino a mi lado para ayudarme a salir. Aún molesta con él, no podía evitar agradecer que fuera tan atento conmigo.

Dentro de mi casa me acompañó a la cocina. Abrí el frigorífico esperanzada de que hubiera algo rápido de preparar. La mezcla de olores al abrir el refrigerador abrió mi apetito dormido durante horas. Justin se sentó en la silla frente a la mesa observando mis movimientos.
  • ¿Sigues mareada? – interrumpió el silencio.
  • Estoy bien – dije – ¿quieres comer algo? – ofrecí con amabilidad.
  • Estoy hambriento – reconoció – lo que sea que me pongas me lo comeré.
Viendo un par de pizzas en lo alto del frigorífico, las saqué y las puse en el horno sin pensarlo mucho. Eran la mejor opción. Rápidas de preparar, sabrosas y de gusto para ambos.

Me apoyé en la encimera mientras esperaba a que las pizzas se cocinaran.

Justin me miraba desde su sitio.
  • Di algo – dije incómoda por el momento.
  • Se te cayó la pistola en el coche de Lucas – sacó la FIE Titan del bolsillo de su cazadora.
  • Vale, mejor cierra la boca – bufé rodando los ojos.
  • Lo siento – inclinó la cabeza – supongo que no la querrás volver a ver – dije guardando el arma en el mismo bolsillo del que la sacó – Al menos todo terminó.
  • ¿Todo? – pregunté – ¿Qué has hecho con Melanie? ¿Me vas a explicar en que demonios estabas pensando cuando te fuiste solo a aquel sitio? ¿Me vas a hacer entender como pudiste permitir que me secuestraran? ¡Tú y tus malditos planes! – bramé empezando a marearme por mis propios gritos.
  • Relájate, ¿quieres? – se levantó de la silla y se aproximó a mí – Todo ya está bien.
  • ¡No! Solo nos hemos librado de una pequeña parte de mis problemas. Mis – enfaticé – problemas. Ahora Zayn está postrado en una cama en estado crítico. Y todavía siguen estando todos aquellos que quieren mi cabeza porque fui tu novia. ¿Cómo quieres que me relaje? ¿De verdad crees que todo está bien?
  • He sacado a Melanie del país, no volverá a molestar a nadie. No tienes que temer.
  • Sabes bien que ella no era la única que me quería a mí para acceder a ti – le recordé.
  • Nadie más se va a atrever a acercarse a ti. ¿Crees que lo que ha pasado no va a ser noticia entre todas las pandillas? Soy intocable, _____.
  • Tú, eres intocable. Tú – hinqué mi índice en su pecho – eres el invencible Justin Bieber. Yo – me señalé a mí misma – Soy tu debilidad. Acepta eso. Lo has hecho tan evidente que todo el mundo me mira como un trofeo, como una presa fácil.
  • ¿Y que quieres que haga? No puedo cambiar la forma en que vivo, _____.
  • ¿Y en la forma en que vives tienes que dejar que secuestren a la gente que te importa? Si es que te importo … – puse los ojos en blanco.
  • Me importas – dio otro paso hacia mí – pero eso era parte del plan. Jamás quise que algo malo te pasara. _____, las cosas se complicaron. No salieron como yo quería. Realmente no me importaba Zayn, solo necesitaba que viniera para tenderle una emboscada a Melanie cuando pensara que todo iba como ella quería. Tengo una gran pandilla que no conoces aparte de Lucas y Johnny. Ellos estuvieron por allí, en el almacén, pero no te diste ni cuenta porque solo estuviste pendiente de que Zayn estuviera bien …
  • ¿Me culpas? – lo interrumpí – Él fue por mí, ¿de verdad creías que no me iba a preocupar por él? ¿Pensaste que toda esta mierda no me iba a importar?
  • Simplemente no pensé en ello – reconoció – solo quería acabar con todo.
  • ¡Eres un imprudente! – reclamé.
  • ¡Lo siento! – bramó irritado.
  • No, no lo sientes. El caso es que te sientes bien con lo que has hecho.
  • ¡Maldita sea, sí! – gritó – ¡Te he salvado la puta vida! ¡Tú eres lo primero, vas incluso por delante de mí!
  • ¡Eres insoportable! – contesté llevándome las manos a la cabeza y cerrando los ojos para tranquilizarme – No puedo aguantar esto mucho más.
  • ¿Qué vas a hacer? – preguntó Justin temeroso.
  • No lo sé – dije abriendo los ojos y aproximándome al horno para sacar las pizzas – Lo más probable es que me vaya con Ally y así desconecte de toda esta mierda. Ella tiene toda la razón del mundo – dije colocando las pizzas en platos. Justin cogió un cuchillo y empezó a cortar la pizza en porciones mientras yo lo ponía unas servilletas en la mesa y me sentaba – No puedo dejar el viaje que planeé casi toda mi vida por nadie.
Justin se sumió en el silencio. No estaba pidiendo su opinión. Realmente estaba decidiendo por mí misma lo que haría, aunque por supuesto, antes de marcharme iba a tener que solucionar muchas cosas y hablar con varias personas.

Mirando a Justin dar un mordisco a su pizza me quedé paralizada. Él no decía nada. No protestó, no puso ningún inconveniente. No me pidió que no me fuera.
  • Quizás te convenga marcharte – suspiró.
  • ¿Lo dices en serio? – Justin asintió – Creí que me pedirías que me quedara – reconocí en voz alta. Justin me miró arqueando una ceja.
  • ¿Te quedarías si lo hiciera? – negué con la cabeza – Pues eso – dio otro bocado de pizza. Yo hice lo mismo – Además, pensándolo bien. Es bueno que desaparezcas de estos barrios en un tiempo. Por tu seguridad – agregó.
  • Justin … Si me voy, no será por poco tiempo. No sé cuando volveré – le informé con cautela – ¿sigues contento por que me vaya?
  • Nunca he dicho que me alegre alejarme de ti. Solo sé reconocer lo que es mejor para ti.
  • En el fondo sabes que lo mejor para mí es que no esté contigo – murmuré temiendo su reacción – Por eso te fuiste. Por eso me dejas ir … pero después …
  • Después lo único que quiero es estar contigo – terminó por mí – Esto es lo único en lo que soy débil, _____. A la hora de alejarte del peligro. Yo soy el peligro personificado y si tú te acercas a mí, yo no puedo alejarte. De hecho, no puedo contenerme muchas veces para buscarte, te busco porque para mí todo está bien contigo, pero me alejo porque para ti todo está mal a mi lado.
Me di cuenta del amor tan confuso que tenía por mí. Por amor me alejaba de él para protegerme, pero por el mismo sentimiento me quería a su lado. Por un lado me trataba duramente para que me cansara de él y me fuera, por otro era dulce porque no podía resistir la idea de que fuéramos felices.

Masticando y tragando con esfuerzo la comida, miré sus ojos mieles. Estaban opacos, sin apenas brillo. Nuestra relación nunca había sido fácil, nada parecido a coser y cantar.

Desde el principio corrimos riesgos, tuvimos peleas, hubo deseo, atrajimos el peligro e intentamos permanecer juntos. Pero tantos acontecimientos nos habían afectado.

* * *
Acababa de volver al hospital por mí misma. La situación entre Justin y yo seguía tan tensa como siempre. Después de todas las duras palabras que habíamos tenido dudaba que nos volviéramos a ver en mucho tiempo.

Caminé por los pasillos del enorme centro médico. Odiaba estar por allí y ver a tanta gente enferma, el simple olor a medicamentos y productos químicos me daba mareos.

Llegué rápido al cuarto de Zayn. Él estaba tumbado boca arriba con el cuello girado hacia la ventana. Desde ahí se veía la calle ruidosa por los calles y transitadas por montones de personas ocupadas y apresuradas. Otros iban más despacio disfrutando de un paseo o con bolsas de tiendas. Era curioso observar a la gente desde lejos sin que se dieran cuenta.

Zayn estaba igual que cuando lo dejé con Vivianne. Me pregunté donde estaría ella y porqué habría dejado solo a su nieto.

Aunque la puerta estaba abierta toqué en ella con los nudillos. Zayn giró la cara para ver quien lo visitaba esta vez. Cuando vi su rostro sentí nuevas ganas de derrumbarme, sin embargo, mantuve mi rostro neutro y fijé mi mirada en sus ojos.
  • ¿Puedo pasar? – él asintió y yo pasé dentro para sentarme a su lado en la silla que había. Dejando mis manos muertas en mi regazo agaché la vista sin saber que decir en ese momento salvo una disculpa – Lo siento.
  • ¿Por qué? – preguntó con voz débil y ronca.
  • Estás aquí por mi culpa – expliqué.
  • No es por tu culpa – tosió – hay muchos motivos detrás de lo que pasó. Yo me lo busqué.
  • ¿Fuiste por mí al almacén? – él asintió ladeando un poco una sonrisa – ¿Cómo puedes sonreír por eso? ¿Has visto como estás? No sabes lo mal que me siento por ti gracias a tu gran heroísmo – dije con ironía – Aparte, siento tanto como te traté antes de todo este embrollo. He sido una imbécil y una inconsciente – me incliné sobre mis rodillas sujetando mi cabeza con las manos y apoyándome con los codos.
  • Tú me precaviste de que esto podía pasar …
  • Te hice daño – suspiré arrepentida.
  • Estás aquí. Creo que aún te importo aunque sea un poco – su voz sonó seria – No evites mi mirada, _____ – alcé la vista con tristeza por estar con un Zayn totalmente roto por dentro que me estaba perdonando – Dame la mano, yo apenas me puedo mover – le hice caso y cogí su mano con delicadeza evitando rozar sus magulladuras – ¿Qué pasó allí? – preguntó refiriéndose a que pasó en el almacén.
  • Justin quería engañar a Melanie. Ella era MF – empecé – Ella nos quería tanto a Justin como a mí allí para hacernos pagar la muerte de su hermano. No sé porque le interesaba que fueras tú … pero cuando me secuestraron fue para atraer tu atención.
  • Caí en la trampa – dedujo. Yo asentí.
  • Cuando yo llegué al almacén, Justin estaba con Melanie y supuestamente iban a llegar los amigos de Justin para ayudar ya que Justin tenía un localizador en el móvil pero no llegaron a tiempo, y entonces fue Melanie quien traicionó a Justin y nos llevaron a sitios distintos. Realmente, no sé muy bien que pasó allí, pero … todos acabaron muertos – siseé para que nadie escuchara salvo él. Cada vez hablaba más bajo por temor a que oídos extraños oyeran – Avenue Cribs ha sido destruido, de hecho, han explotado el almacén entero.
  • Ha salido en las noticias – señaló la televisión de enfrente en el cuarto. No me había dado cuenta de que estaba encendida pero en silencio – Nadie sospecha quien ha sido ni que ha pasado. Es extraordinario – murmuró.
  • No tiene nada de extraordinario, lo que ha pasado es espantoso – Zayn asintió dándome la razón – Te encontré con un pie cruzando al otro lado – hablé metafóricamente – Por poco mueres, Zayn – me incliné llevando mis labios a sus manos.
  • Melanie me quería muerto por pagar una cuenta pendiente de hace mucho tiempo – explicó cogiendo aire. Cerró los ojos con dolor por sus costillas – ¿Recuerdas el encargo de droga que perdí y por el que estuve en líos? – asentí – Era para ellos. Habían pagado mucho dinero y nunca les llegó nada de mercancía. Hace tiempo que ya no debería vivir – masculló.
  • No digas eso – sin darme apreté su mano y él soltó un quejido – Lo siento.
  • Tranquila – su pulgar levemente acarició el dorso de mi mano.
  • ¿Por qué estabas solo?
  • Mi abuela fue a cuidar de Waliyha – asentí.
  • Claro … ¿Cómo está ella? ¿Qué le has dicho?
  • Que las pandillas me habían vuelto a buscar. Que no pude evitar que me encontraran y meterme otra vez en líos. Ella quiere que nos vayamos de la ciudad lo antes posible. Empezar de nuevo en otro sitio, nada nos ata a esta ciudad.
  • Parece que viajar siempre es una buena alternativa. Cambiar de aires – suspiré – Yo también me voy de aquí. Me dieron una beca para trabajar en Europa y no sé cuando volveré.
  • Creí que te quedarías con Justin – dijo con sinceridad. Yo sacudí la cabeza.
  • No puedo estar con él, no ahora. Simplemente después de todo lo que ha pasado necesito alejarme de aquí y olvidar el pasado. Han sido demasiados golpes duros en pocos meses.
  • ¿Cuándo te vas?
  • En un mes. Aprovecharé para estar contigo todo lo que pueda y asegurarme de que mejoras.
  • Gracias – susurró.
  • Gracias a ti por haber estado conmigo ante todo. Gracias a ti por perdonarme después de todo lo que he hecho. Gracias a ti por no dejarme nunca sola. Sé que las palabras sirven de poco, solo para decirte lo que pienso, pero te demostraré que estaré aquí para lo que sea como hiciste tú – declaré mirando sus ojos color avellana.
  • Aunque te vayas a Europa y yo me vaya de aquí, prométeme que seguiremos hablando. Sé que ya hay pocas posibilidades de que tú y yo tengamos una historia juntos, pero si hay especial entre nosotros es la amistad – volvió a acariciar mi mano trazando círculos.
  • Siempre fuiste un amigo incondicional y confidente – sonreí – claro que mantendré el contacto contigo – miré por la ventana sumiéndome en los recuerdos de todo lo que había pasado con aquel chico y lo mucho que me ayudó. El lazo sentimental que nos había unido y después el montón de trapos sucios que fueron saliendo por parte de ambos – No es que tengas pocas posibilidades – dije pensando en voz alta – La verdad es que ahora no puedo estar con nadie por mucho que te quiera a ti o lo quiera a él.
  • Vas a seguir tu vida de cualquiera de las maneras – asintió Zayn – Te iré informando de si sigo disponible cuando quieras volver a tener pareja – bromeó.
  • No parece que estés enfermo, Zayn – torcí los labios – Sigues tan risueño como cuando te conocí. ¿Cómo lo haces?
  • Me ha gustado hablar contigo – dijo con simpleza – Creo que así estaré más tranquilo.
  • Te alivia que no me vaya con Justin – adiviné – Si te sirve de consuelo, estoy bastante cabreada con él porque te metiera en este lío. Te usó de cebo – mascullé irritada.
  • Es consolador. ¿Le pegaste? – bufó con burla. Lo miré seria – Eres la única que puede hacerlo sin que él no se descontrole. ¿En serio no lo hiciste?
  • Sí, si que lo hice – admití – Discutí muy fuerte con él en el mismo aparcamiento del hospital – dije algo avergonzada bajando la mirada – Pero no puedes mofarte de eso – lo regañé.
  • Siempre lo defiendes – suspiró.
  • Tanto como cuando él se mete contigo – respondí.
Zayn no me guardaba rencor. Yo no tenía que elegir a ninguno. Me iba a marchar y ellos lo habían asimilado bien. Cada uno iba a seguir con su vida, tal y como Ally había dicho. Yo también iba a seguir mi camino, la pregunta era, ¿los olvidaría? O peor aún, ¿me olvidarían ellos?

Zayn quería seguir en contacto conmigo … ¿pero qué iba a hacer con Justin? Con él fue con quien más traumas había tenido, con él era con quien más complicadas estaban las cosas, con él todo era mucho más difícil, desde estar juntos y mirarnos a los ojos sin decir palabras hasta tener una simple conversación sobre el futuro, sobre planes normales o sobre que quería hacer.

Miré a Zayn enternecida por su rostro de agotamiento y aún así su notable atención en mí.
  • Deberías descansar – él asintió – Duerme – acaricié su mano.
  • No te vayas – susurró cerrando los ojos.
  • Me quedaré aquí – sonreí viendo como se quedaba dormido.

miércoles, 24 de abril de 2013

Capítulo 44: Ellos son Mayorcitos y Saben lo que Hacer ¿Y Tú?


Narra _____
¿Podía el tiempo pasar más lento? Seguramente no.

Vivianne ya había llegado y estábamos todas esperando a tener noticias de alguien que saliera del quirófano y nos informara de como iba la operación o de que todo había terminado bien.

Ally seguía abrazándome. No sabía que hubiese hecho en ese momento sola, sin alguien de confianza que me diera algo de seguridad.
  • _____ – me llamó Ally. De vez en cuando intentaba distraerme con cosas al azar, como si quería tomar algo. Tenía el estómago cerrado – Hay algo que no te he dicho.
  • ¿Tú también me has guardado secretos? – dije sin ánimo tratando de hacer una broma.
  • No. Simplemente no pude decírtelo antes – se encogió de hombros.
  • ¿De qué se trata?
  • ¿Te acuerdas de que solicitamos una beca para ir a trabajar al extranjero hace unos meses?
  • Sí, nuestro gran sueño de viajar por Europa – sonreí débilmente – ¿Qué ha pasado? ¿Nos excluyeron? – supuse.
  • A mí me la han concedido – sonrió – Seguramente a ti te mandaron tu respuesta por correo electrónico y no la viste.
  • No creo que me la hayan dado – suspiré – pero me alegro mucho por ti, Ally – la abracé.
  • Compruébalo – agarró mi móvil del bolsillo – Veamos los mensajes.
  • Ally … – suspiré.
  • ¡Aquí! – empezó a leer silenciosamente por un minuto. Me di cuenta de que lo releyó un par de veces. Después me miró decepcionada – Esta gente es idiota.
  • Te dije que no me la darían – susurré agachando la cabeza.
  • ¡No! Son idiotas porque te la concedieron antes a ti que a mí – protestó burlándose – A ti te lo enviaron una semana antes que a mí. ¿Hace cuanto que no miras tu correo?
  • ¡¿Me han concedido la beca?! – exclamé. Todas las miradas se centraron en mí. Agaché la cabeza sonrojada – Dios mío, pero … ¿y que voy a hacer ahora?
  • Pues nos iremos juntas a Francia, España, Alemania e Inglaterra – sonrió – Haremos nuestro tour para aprender un poco de cada cultura y …
  • No, Ally, no. No lo entiendes. Yo antes quería irme a hacer todo eso, pero ahora esta todo muy complicado aquí – gemí – No puedo marcharme con todo esto desbaratado.
Ally se quedó pensando por unos minutos. Tras aquella larga pausa en la que ninguna de las dos sabíamos que decir, ella abrió la boca para hablar, pero se arrepintió y no dijo nada.
  • ¿Qué piensas? – le pregunté.
  • Que en el fondo querías que no te la concedieran para no tener que tomar la decisión de marcharte o quedarte aquí con alguno de esos chicos – dijo inesperadamente – Te cuesta tanto ver lo que tienes que hacer – suspiró – Haz algo por ti misma y valora lo que es bueno para ti. Tú querías este viaje. Ni Justin ni Zayn, ni nadie debería impedirte cumplir lo que soñaste por años. ¡Llevábamos planeando esto juntas desde principios del instituto cuando éramos unas niñas! ¿Pretendes dejarlo a un lado por un chico?
  • ¿Pero no ves lo que ha pasado, Ally? – señalé lo obvio en el hospital.
  • Sí, si que lo veo. Eres tú la que estás ciega y no te das cuenta de que con esto se te abre otro camino, otra alternativa para seguir adelante. Has estado tan presionada estos días por esos chicos y tantos problemas que ya no crees que puedas tomar otra vía que quedarte con uno de ellos cuanto antes. ¡Necesitas desconectar! Ellos son mayorcitos y saben lo que hacer para seguir adelante – sentenció – ¿y tú?
La mirada de Ally era inescrutable. Su discurso fue severo. Acababa de hablarme como una hermana que se preocupaba por mí, por mi futuro y mi salud. Sí, todo ese tiempo lleno de dramas estaban afectando a mi cabeza.

Ally estaba muy irritada. Le había molestado mucho que no quisiera irme con ella cuando era lo que habíamos querido prácticamente la mitad de nuestras vidas.
  • Tienes un mes para decidirte – añadió – Yo me iré para cuando está organizado el vuelo y que empecemos a trabajar. Solo espero que mi amiga tome la opción correcta.
Y dicho aquello se fue. Sentí mi estómago caer. Me levanté impotente para seguirla justo cuando alguien abrió una puerta tras de mí. Me giré para ver a Rebecca. Vivianne se puso en pie enseguida para escuchar las nuevas noticias.

Yo también me aproximé dejando pasar la oportunidad de arreglar las cosas con Ally. Jamás la había visto tan enfadada. Quise pegarme a mí misma por tomar tan malas decisiones en la misma racha … tenía que cambiar aquello. Pero no podía pensar en actuar según el bien de los demás, tenía que considerar lo que yo quería y lo que era conveniente para mí.

Rebecca nos contó que Zayn ya estaba fuera de peligro por el momento pero que se tendría que quedar internado por bastante tiempo mientras se recuperaba y sería revisado periódicamente para controlar su avances o si algo iba mal. Aliviada por un momento, dejé soltar un suspiro.

En ese momento empezó a vibrar mi móvil en el bolsillo de mis jeans. Miré la pantalla al tiempo que veía de reojo como Vivianna pasaba a seguir a Rebecca, quién la conducía a la zona de hospitalizados.

Apartándome contesté a la llamada de mi hermano.
  • ¿Qué tal, Mike? – saludé.
  • ¿Has visto las noticias? – preguntó efusivo.
  • No, ¿Qué ha pasado?
  • Han explotado unas bombas en las afueras de la ciudad. Se dice que era un almacén abandonado donde se producía el tráfico de armas.
  • Ah – suspiré como si nada – ¿Y? – traté de sonar indiferente.
  • Quería asegurarme de que estabas bien – siseó.
  • Lo estoy, Mike. Gracias – sonreí un poco aunque con cansancio – ¿Tú lo estás?
  • Sí, pronto volveré a casa. Se te acabó la independencia – se burló – estos días han sido demasiado para ti – trató de burlarse.
  • No lo sabes tú bien – mascullé tomándome en serio lo que acababa de decir – Mike … ¿Qué opinas de que me vaya a Europa? – aproveché para pedir la opinión de mi hermano.
  • ¿Te concedieron la beca? – adivinó – Sería genial, _____. Aprenderás mucho y regresarás con una gran experiencia. Es algo que muchos quisieran hacer. Si tú tienes la oportunidad, aprovéchala, porque será lo mejor para ti.
  • Gracias – solté un suspiro – Necesitaba otra opinión.
  • Háblalo con papá y mamá. Creo que vuelven pronto para vernos y controlar como estamos. Después regresarán a sus vacaciones – bufó riendo.
  • Oh, estupendo – bufé.
No es que no quisiera encontrarme con mis padres, pero no sentía que fuera el momento de que volvieran y me pudieran controlar cuando y cuanto salgo de casa. No era de su incumbencia con quien pasaba los días, no con los problemas que tenía en mi vida. “Tú solita te metiste en ellos” Me recordó una vocecilla interior.

Pensé en la noticia que me había dado Mike. Así que … ¿Justin y Lucas se fueron para borrar el rastro de los acontecimiento en el día? Sentí arcadas y la bilis subir por mi garganta. Una vez más había estado en medio de una batalla terrible, entre la vida y la muerte. El sentido común me gritaba que me alejara de eso, que corriera en sentido contrario a Justin. Y en aquellos instantes tenía muchas ganas de hacer caso a mi lado más racionalista. Decir que estaba enfadada con Justin era subestimar la cólera que sentía por dentro contra él.

Miré a mi alrededor y me percaté de que estaba sola en la sala de espera. Quería entrar a ver a Zayn, pero lo más seguro era que él estuviera durmiendo y que Vivianne quisiera un rato a solas con su nieto. Era de agradecer que no hubiese llevado a Waliyha, podría haber sido mucha presión para una niña estar en un entorno tan deprimente como era un hospital y encima quedar en vilo mientras operaban a su hermano. Sí, ella ya lo había pasado mal, ¿por qué tendría que recordar el mal momento de perder un familiar?

Entonces me sentí afortunada. Yo realmente nunca había perdido una persona cercana a mí. El ser querido más cercano que había perdido alguna vez fue … Justin, a mi pesar. Pero no podía contar aquello. Él no era un familiar, además de que había vuelto. “Por ti” Saltó dando brincos aquel diablillo tan pedante. Bufé negando para mí misma. No podía seguir pensando así, aunque fuera internamente. Tenía que controlarme de cualquiera de las maneras.

Había estado ahí esperando por casi tres horas a tener noticias de Zayn. En ese momento que me habían dicho que ya estaba fuera de peligro, quería comprobar por mí misma que él estaba mejor.

Seguí el camino por donde anteriormente se habían ido Vivianne y Rebecca. Un largo pasillo se extendió a mi paso. Mirando a cada lado por las puertas abiertas, fui echando un vistazo para ver donde podía estar Zayn. Al cabo de un minuto encontré el cuarto en el que Vivianne extendía su mano agarrando la de su nieto con algunas lágrimas en su rostro.

Rebecca pasó por detrás de mí.
  • Se pondrá bien – anunció.
  • Está muy débil, ¿verdad? – dije en un susurro. Ella no respondió, era obvio que Zayn estaba muy mal – ¿Cuanto tiempo crees que tenga que quedarse aquí?
  • Mucho. Cuando salga todavía tendrá que seguir visitando al médico para que le hagan revisiones. Tiene lesiones muy graves – explicó.
  • ¿No vas a preguntar que ha pasado? – pregunté algo intimidada por su comportamiento tan profesional.
  • No lo necesito. Sé en que líos se meten los chicos como Zayn, al igual que mi hermano. Solo que unos saben cuidarse mejor que otros – bufó de mala manera.
  • Él es fuerte – respondí como si excusara su descuido cuando la verdad era que estaba postrado en esa cama por mí.
Rebecca volvió a quedar en silencio. Sin molestarme con ningún comentario ofensivo, se fue. Quizás era hora de que yo también madurara y aprendiera a comportarme sin meterme en líos ni discusiones. A ese paso, parecía que todos iban contra mí y que era repelente para la sociedad.

Observé desde fuera las máquinas conectadas al cuerpo de Zayn y los monitores controlando su estado. Escuché los pitidos y los sonidos de cada instrumento que ayudaba a mejorar la salud del chico que había arriesgado su vida por mí sin pensarlo dos veces.

Una vez más Zayn y Justin se parecían demasiado, y de esa manera no podía decidirme por ninguno.

Salí siguiendo los mis pasos que había dado hasta aquel sitio, pero al contrario. Saqué el móvil. No había nada. Aún estaba preocupada por Ally, pero era mejor hablar con ella más tarde cuando se le pasara el enfado y pudiéramos hablar con tranquilidad.

Me di cuenta de que no podía irme del hospital por mí sola. No tenía coche.

Me pregunté que estaría haciendo Justin después de haber resuelto y limpiado el escenario de los acontecimiento ocurridos. Bajé hasta la planta baja cogiendo el móvil para llamar a un taxi.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron vi en la sala de recibimiento a Justin sentado en una de las estrechas e incómodas sillas. Me acerqué a él poco a poco sabiendo que me estaba esperando a mí. “¿Qué está haciendo aquí ahora después de todo lo que le solté?” me pregunté a mí misma. A medida que caminaba sentí que mis fuerzas se desvanecían. Mis piernas flaquearon y mi visión empezó a descentrarse dando tumbos. Sentí que mi cuerpo no respondía a mis órdenes y que empezaba a caer. Y así, perdí el conocimiento.

sábado, 20 de abril de 2013

Capítulo 43: Siempre Estuvimos En Líos

Sollocé e hipé en el hombro de Ally con los ojos cerrados intentando olvidar, tratando de consolarme con el apoyo de mi mejor amiga. No hizo falta nada más. Estuvimos así como tres minutos. Cuando me separé avergonzada debido a mi arrebato sequé mi cara de toda el agua escurrida por mis ojos con el dorso de mis manos. Ni siquiera me había dado cuenta de que Justin se había ido y Lucas había desaparecido con él. El coche ya no estaba.
  • Lo siento – dije avergonzada.
  • ¿Por qué? – preguntó mi amiga enternecida – Nada de esto ha sido tu culpa y necesitabas desahogarte con alguien. Justin estará bien – me tranquilizó – vamos – extendió su mano para rodear mi cintura – Te acompañaré esperando a tener noticias de Zayn.
  • Gracias – susurré sin saber que más decir.
Lo que estaba haciendo Ally por mí era muy grande.

Juntas estuvimos sentadas en la sala de espera. Rebecca salió muy seria y angustiada. Preparada para cualquier acusación o burla me incorporé. Sinceramente, no sabía que iba a responder si alguien se metía conmigo en ese momento. Estaba destrozada y abatida, cualquiera podía cogerme y tirarme a la basura y a mí no me iba a importar. Me sentía la persona más baja del mundo.
  • Acaba de pasar por el proceso de observación. Tiene muchas heridas internas. Van a operarle. Las lesiones son graves … – susurró ¿afligida? Rebecca se veía realmente afectada por Zayn – Las intervenciones pueden ser complicadas y largas. Ahora mismo llamaré a su casa si me das su número de teléfono – informó algo más firme.
  • Claro – saqué mi móvil para buscar la agenda y pasarle el número – ¿estarás en el quirófano? – pregunté insegura.
  • Sí, ahora mismo lo están sedando. Cuanta más prisa me dé antes podré regresar – dijo cortante.
  • De acuerdo. Gracias – contesté agachando la cabeza.
Rebecca caminó a paso firme por el pasillo. Pensé en lo que ella le diría a Vivianne y como se lo tomaría. Probablemente ella viniera destrozada porque su nieto estuviera otra vez metido en problemas de pandillas cuando ella creía que todo ya estaba solucionado.

No quise pensar en lo que le pasaría por la cabeza de Waliyhal. Zayn ya me dijo que con la muerte de sus padres ella cambió y dejó de hablar. Se volvió más introvertida. ¿Y si perdía a su hermano mayor? Sacudí la cabeza. Eso no podía suceder.

Zayn tenía que sobrevivir y seguir adelante. Él tenía un gran futuro, era una preciosa persona. Zayn no podía acabar de esa manera. Mucho menos por mi culpa …

Me sentí indefensa. Apareció un nudo en mi garganta. Todo daba vueltas y más vueltas como si un tornado me estuviera absorbiendo y después me fuera a lanzar fuera con toda la fuerza posible para que me estampara contra el mundo.

Quería desvanecerme, hacerme polvo y que el viento me llevara. Todos aquellos problemas me sobrepasaban. Ally pasó su brazo por encima de mis brazos y me invitó a acurrucarme en su regazo. Hipando, empecé a rezar por Zayn. No me quedaba otro remedio que tener fe para que Zayn me salvara.
* * *

Narra Justin

Lucas y yo habíamos vuelto al almacén. Nos quedaba un asunto pendiente para zanjar toda aquella historia. Íbamos a terminar todos nuestros problemas.

Dando una patada a una puerta abrí el cuarto donde _____ había dejado encerrada y atada a Melanie. Ella estaba de rodillas. Su rostro lleno de odio me miró con dificultad por la reciente claridad que había entrada en el pequeño espacio de aquel bochinche que olía a humedad.
  • ¿Impaciente por saber tu destino?
  • ¡Púdrete Bieber! ¡Te voy a matar!
  • ¿Qué te parece Lucas? La perra aún no sabe que hemos ganado – me agaché y me puse frente a ella. Su cara estaba muy magullada – _____ ha hecho un gran trabajo contigo – me burlé – esa chica sabe defenderse, ¿eh? – intenté pasar desapercibido el pinchazo en mi estómago al recordar lo último que escuché de ella – Vamos a terminar la tarea.
  • ¿Donde esparcimos la gasolina? – preguntó Lucas.
  • Por todas partes. Quiero que este sitio arda como el infierno y no quedé ni rastro de lo que pasó aquí, principalmente que desaparezcan los cadáveres – deshice el nudo con el cinturón que maniobró ____ para dejar los pies de Melanie libres y mantuve sus manos inmóviles – Camina perra – la puse en pie de un tirón – Vas a ver con tus propios ojos como tu imperio ha caído.
En cuanto la saqué de la oscuridad de aquel cuarto vio el primer cuerpo tirado en la estancia. Sus ojos se mostraron impasibles. Ella ya había previsto que algo parecido había pasado.
  • Ve contando los cuerpos, quizás te hagas una idea de quién queda para vengar tu maldita fortuna en el futuro – sugerí con veneno.
La arrastré por el camino a la calle. Aquel sitio estaba tan alejado de la ciudad que nadie se había podido enterar por el momento de lo que había pasado. Nosotros lo haríamos oficial con fuegos artificiales. Me alejé todo lo que pude del almacén y puse a Melanie con vistas a su fuerte secreto mientras esperábamos a que Lucas saliera.
  • ¿Contaste cuantos supervivientes quedan de Avenue Cribs? – susurré con sorna – Solo hay uno – me acerqué a su oído – Tú – reí – y vas a vivir para arrepentirte de todo lo que provocaste – amenacé – ¿Sabes lo mejor de todo esto? – formulé aquella pregunta retórica para mortificar aún más a Melanie – Mi fama va a crecer, voy a ser aún más temido y vosotros ya no seréis un estorbo para nadie. Porque todos están muertos y tú … pronto estarás muerta en vida.
  • ¿Quién te asegura eso? – habló amenazante – ¡Si me dejas vivas voy a volver!
  • Oh, no lo creo. Digamos que tengo un colega que me debe un favor y tú tienes tantos enemigos como yo, que no son pocos – torcí mis labios, Lucas ya salía y venía corriendo hacia nosotros – Que empiece la función – musité.
Y entonces una bomba estalló. El almacén estaba repleto de explosivos de todo tipo. La onda de expansión nos tiró hacia atrás y caímos al suelo. Al cabo de un par de unos segundos nos levantamos y contemplamos todo arder. Los cuerpos de todos aquellos hombres debían haberse reducido a cenizas y las paredes del almacén estaban totalmente destrozadas y quemadas.

Un grito de frustración y dolor salió de la garganta de Melanie. Lloró con rabia, juraba y maldecía.
  • Tranquila, Melanie. Ellos han tenido más suerte que tú. Al igual que Zac y Troy, a ellos también los quemamos – le recordé.
  • Cuando vuelva a alzarme desde cero me encargaré de cumplir la amenaza que le hice a tu chica – tosió – Juro que volveré solo para haceros sufrir una vez más. Haré que jodan a _____ y tú verás con tus ojos como tu vida se va a la mierda.
  • Ya veremos a quién van a joder – la cogí del pelo con rabia.
Tiré de ella de mala manera y la metí en el coche. Lucas iba detrás de ella controlándola. Conduje a toda velocidad para desaparecer del escenario. La policía iba a llegar pronto y yo tenía que encargarme de que Melanie deseara no haber nacido.

Llegué a otro de los recónditos sitios secretos en los que yo quedaba con mis clientes. Daniel me esperaba cruzado de brazos sobre el capó de su coche en la solitaria carretera que solía estar abandonada.

Salí del coche y lo saludé con un apretón de manos.
  • ¿Tienes todo listo?
  • En cuanto arranque el coche partiré a la frontera.
  • Aquí tienes los documentos que necesitarás – le tendí las falsificaciones que había tenido preparadas – asegúrate de que esa perra viva lo suficiente y desee estar muerta.
  • ¿Por qué a México? – preguntó Daniel.
  • Cuanto más lejos mejor. No quiero que de ninguna de las maneras vuelva a pisar los Estados Unidos, ¿lo captas? – lo miré severamente.
  • Ha quedado claro – volvimos a tendernos las manos cerrando el trato – Ya no te debo nada, Bieber – aclaró algo temeroso aunque sosteniendo mi mirada.
  • Cuídate, por si acaso – torcí los labios en una sonrisa malévola.
Lucas tomó como señal nuestro choque de manos para salir del coche y sacar a Melanie. Ella se sacudía y se esforzaba por liberarse.
  • Melanie, Melanie, ¿recuerdas lo que pensaste hacer con mi chica? – le pregunté – Bueno, pues el karma es algo muy jodido. Ve despidiéndote de este país, por cierto – le guiñé el ojo.
  • ¡No! – gritó – ¡No! ¡Justin, por favor!
  • Oh, ¿ahora suplicas? – fingí enternecerme – Que bonito. Lástima que no te arrepintieras antes de meterte en mi vida.
  • ¡No! ¡No!
Daniel la cogió por detrás y la durmió con cloroformo. Seguro que así tenía un viaje mucho más tranquilo. Me mantuve firme en la carretera viendo como sucedía todo. Daniel la metió en la parte trasera de su coche y después se metió en su coche.

Contemplé el coche irse hasta que desapareció en el horizonte. Después me volteé y miré a Lucas.
  • Se acabó – suspiré.
  • Con esto sentenciaste el cúmulo de problemas que nos trajo _____.
  • Puede que _____ fuera el motivo por el que tuvimos esta batalla con la pandilla de Melanie, pero sinceramente, ¿crees que no nos hubiéramos peleado de todos modos sin _____ de por medio? – me quedé reflexivo – Siempre estuvimos en líos.
  • ¿Te estás cansando de esto?
  • No es agradable. Pero no puedo hacer otra cosa. Estoy metido en esto hasta el fondo y ahora … sabes la de rumores que se difundirán por todos los barrios por lo del almacén.
  • No eres feliz con esto porque temes por _____. Sino, te daría igual.
  • Nunca más la dejaré sola sino es porque ella me lo pide. Está más insegura sola que conmigo aunque yo fuera quien provocó que todos los ojos se pusieran sobre ella. Tú fuiste más listo al no dejarte ver con Ally.
  • Nos va bien juntos, aunque … Se acabará marchando – dijo mirando el horizonte – Le han concedido una beca para irse a estudiar a Europa.
  • Con nuestro estilo de vida quizás fuimos demasiado afortunados de tan solo conocerlas y tenerlas por algo más de un año – me resigné.
  • ¿Vas a renunciar ya a _____? – se sorprendió – ¿Después de todo lo que habéis pasado? Justin, Ally se va pero eso no significa que vaya a rendirme. Ella es …
  • Especial – le interrumpí sabiendo que lo mismo que le pasaba a él me pasaba a mí con _____ – Jamás te agradecí que me la presentaras.
  • No hay de qué, tío. Fue lo único por lo que mereció la pena ir al instituto aquel año, conocerla. Conforme vi su carácter supe que os llevarías genial – rió.
  • Al principio peleábamos por todo – recordé con nostalgia – No nos soportábamos.
  • Solo porque los dos erais unos engreídos – bufó – Pero era obvio que saltaban las chispas.
Recordé la primera vez que la vi. Como cabía esperar, en una discoteca, su territorio de cacería. Sabía que pretendía que yo fuera una de sus presas, y aunque me costó pude resistir a todas sus curvas, su sensualidad y su sonrisa traviesa. Aquello le molestó tanto que pasé a estar en su lista negra y siempre que nos encontrábamos me incordiaba con sus típicas frases que daban en el clavo para molestarme. De hecho, así provocó que la besara por primera vez. Por mucho que intentara humillarla ella no se rendía, era tan persistente que me enfurecía.

** Flash Back **
  • ¿Quieres callarte de una vez?
  • No – se mordió el labio – Molestarte es parte de mi diversión cada noche que te encuentro.
  • No te conviene enfadarme, nena. Ve cerrando el pico o te haré callar.
  • Muchas advertencias y pocos actos, Biebs. Eso es …
La corté. No soportaba más oír su palabrería con aquella voz tan juguetona y picante. Cogí sus mejillas entre mis manos de forma brusca y la besé efusivamente. Sus labios correspondieron y encajaron con los míos como si siempre me hubieran estado esperando.

Finalmente cogió mi labio inferior con sus dientes mientras sonreía hasta que me soltó.
  • Bueno, tardaste en hacerlo. Te contuviste demasiado Bieber – se burló – creí que ese no era tu estilo – me miró por debajo de sus pestañas.
  • Cierra la boquita, nena. Hazme ese favor.
  • ¿Sino me volverás a callar? – sonrió dulcemente enroscando sus brazos en mi cuello y fijando su mirada en la mía – Porque si es así pasaré el resto de la noche molestándote.
  • Puede que no te haga callar – me acerqué a su oído – Puede que el resto de la noche te haga gritar – mordí el lóbulo de su oreja y la sentí gemir.
  • Ambas opciones me parecen buenas.
  • Pero la segunda es mejor, nena. Mucho mejor.
Ella sonrió sin ningún miedo. Aunque sabía que era peligroso andar conmigo por los crecientes rumores sobre mi persona, ella confió en mí y se dejó llevar.
** Fin de Flash Back **
  • Realmente se fió de mí desde el principio. Nunca le dio miedo lo que le podía causar salir conmigo. Es admirable.
  • Sí, lo es.
Tanto Lucas como yo hablábamos de personas distintas, pero ambos sabíamos lo que llevábamos por dentro y no era muy distinto lo que sentíamos los dos por nuestras chicas. Ellas eran de armas tomar.

Necesitaba volver con _____. Aunque ella estaba completamente enfurecida conmigo en ese momento lo que más me hacía falta era tenerla a mi lado. Todo había terminado, ya podíamos estar en paz. Lo único que me apetecía era celebrarlo con ella. Sin embargo … todo lo que había soltado en el aparcamiento del hospital fue tan duro. Jamás la había visto tan enfadada.

Si yo bien sabía que era un monstruo que a veces era un insensible, lo que más dolió fue escucharlo de su boca mientras lloraba.

Tiré de mi los extremos de mi pelo en frustración porque todo salió mal. Nadie iba a morir esa noche, ni siquiera el imbécil de Zayn … sabía que corría mucho riesgo, en parte no me importaba lo que le pasara a ese desgraciado. Mi único objetivo era vencer a los Avenue Cribs en cuanto me enteré de que tenían como objetivo a _____, y a mí junto a ella.

Sí, mentí a Zayn sobre mi plan. Lo manipulé. A sus ojos me puse como un héroe que iba a hacer un sacrificio por la mujer que amaba y lo único que le pedí fue que la protegiera por la noche porque yo no estaría. Podría habérselo pedido a los chicos, pero no, se lo pedí a él para que se sintiera más involucrado y parte del plan … iluso.

Melanie quería su cabeza por haber perdido un montón de dinero con un paquete de droga que desapareció en su responsabilidad. Quién sabía lo que había pasado para que perdiera un encargo tan importante y se metiera en tan lío … pero la cagó hasta el fondo.

Y yo también lo acababa de tirar todo por la borda con mi precipitación. Dejé que ____ se asustara y la secuestraran para atraer a Zayn a una trampa mortal.

Yo quería ser quien engañase a Melanie. Hubiese apostado lo que fuera a que Zayn llevó una pistola al almacén para ayudar a _____ pero claro está, solo no pudo hacer nada.

Si Melanie no nos hubiera encerrado a los dos por separado para torturarnos, si hubiésemos podido esperar … Tanto Lucas como Johnny también hubiesen venido a ayudar con otros para aniquilar todos nuestros enemigos.

Pero aquel giro inesperado torció todo.