Justin además me animaba a salir para que no estuviera allí
encerrada y absorta en la horrible imagen que ofrecía mi novio.
Jason tenía menos color del acostumbrado y sus labios estaban
agrietados. Por sus brazos y piernas se veían quemaduras de haber
rozado contra el asfalto a toda velocidad. En el quirófano le habían
tratado heridas internas por roturas de costillas. Jase se veía
débil y como si eso fuera contagioso, yo me sentía igual por él.
Tras terminar mi jornada en el trabajo fui directa al hospital en el
Porsche de Jason. Subiendo a la segunda planta me dirigí al cuarto a
través de los largos pasillos. Cuando abrí la puerta tímidamente
vi a Jason durmiendo solo. Por tercera vez en aquellos días, me
senté en el horrible sillón a su lado. Cogí su mano queriendo
sentir su tacto y tener el más mínimo recuerdo de lo que era estar
con mi Jase, pero él estaba tan carente de vida que me fue imposible
tener algún recuerdo bueno. Acaricié su dorso y entrelacé nuestros
dedos para llevar su mano a mis labios y darle un suave beso.
- Despierta pronto, Jase – le dije.
Cerré los ojos cansada después de haber estado trabajando y no
haber tenido unas buenas horas de sueño desde hacía dos noches. Me
apoyé en su cama aún sosteniendo su mano. Una lágrima corrió de
lado hasta mi sien, no me molesté en retirarla mientras esperaba que
el cansancio me enviara a la oscuridad para dormir.
Sentí una mano en mi hombro y me sobresalté abriendo los ojos.
Justin me miraba inexpresivo desde su altura. Poco a poco esbozó un
atisbo de sonrisa.
- Deberías ir a casa, ____ – sugirió.
- No tengo a donde ir – dije mirando a Jason. Siempre esperaba a encontrarme sus ojos pero continuamente los encontraba cerrados.
- ____ …
- No – corté – El único lugar donde he podido estar todo este tiempo ha sido con Jason. Si hay un sitio donde me siento en casa es a su lado, no en un edificio. Aquí estoy mejor que en ningún sitio. Espero que no te importe que me quede hasta que despierte – dije firme.
- Está bien – suspiró – Gracias por quedarte con él – negué con la cabeza. No hacía eso como un favor – Yo … tengo que irme. Si despierta llámame, da igual la hora.
Asentí volviendo a inclinarme hacia adelante apoyando los brazos y
la cabeza en el borde de la cama de Jason sin dejar de sostener su
mano. No había manera de que alguien me sacara de aquí.
* * *
Narra
Jason
Sentía mis ojos pesados. Era realmente difícil abrirlos, más
cuando lo único que sentía era cansancio y ganas de dormir, pero
quería ver que había pasado. Me obligué a mí mismo a abrir mis
párpados pasados varios minutos en los que estaba semiconsciente.
Notaba que algo en mi cuerpo no iba bien más allá de todas las
heridas en mi cuerpo.
Recordé el choque. Como un coche me había envestido desde un lado
de la carretera con todo el morro cuando menos me lo esperaba. Estaba
seguro de que había sido la misma estratagema que habían trazado
con mi madre. Coche robado. Conductor irreconocible a la fuga. Coche
quemado a las afueras de la ciudad. Y la policía nunca averiguaba
nada de lo que había sucedido.
Al empezar a entreabrir los ojos percibí una leve luz procedente de
la esquina en la habitación. Debía estar hospitalizado, obviamente.
Miré a ____ sosteniendo mi mano en la postura más incómoda que
debía haber para dormir. Ignoré la preocupación por lo que debía
sentir o no en mis extremidades, lo que me preocupaba en ese momento
era ella. La había dejado tirada en el trabajo. Supuse que alguien
fue a recogerla por mí al darse cuenta de lo que había pasado
conmigo. No tenía idea de quien había avisado a mi padre, solo
recordaba a un hombre de unos cincuenta años que vio el accidente de
milagro y enseguida llamó a una ambulancia. Posiblemente le debía
la vida a ese hombre … antes de que llegaran para llevarme a
urgencias él se había quedado conmigo pero yo perdí el
conocimiento por todo el dolor acumulado antes de que los enfermeros
me recogieran.
Sabía en aquellos días que las cosas se iban a complicar a medida
que pasara el tiempo y mi padre fuera matando a más y más tipos de
la calle. No vi venir que pasaría aquello porque me había distraído
pensando en ____. Ahora ella estaba más en peligro que nunca y yo no
la podía proteger. Apreté mi mandíbula pensando en lo que tenía
que hacer. Arrastrar a Coops a mi vida había sido un error grave.
Era algo que tenía que arreglar de manera rápida. Si la amaba la
tenía que proteger de la última manera que me quedaba.
Acaricié la mano de ____ con mi pulgar y fui a través de lo largo
de su brazo. Lo último que quería era que sufriera más de la
cuenta y en mis condiciones lo iba a hacer, demasiado. Ella no
puede cargar conmigo. Ya le he hecho pasar demasiado. La voz en
mi cabeza me convencía de que iba a hacer lo correcto.
La vi despertarse levemente. Tenía que hablar con ella antes de que
los médicos llegaran. El reloj colgado en la pared marcaban las
cuatro de la mañana. Me preguntaba cuanto tiempo habría estado allí
postrado.
Los preciosos ojos verdes de Coops se abrieron y me miraron con
adoración. Sentí algo retorcerse en mis entrañas. La quería
demasiado.
- Dime que esto no es un sueño – susurró incorporándose mientras me estudiaba.
- Estoy … – aclaré mi voz. Estaba ronco después de lo que serían muchísimas horas sin hablar – Soy yo.
- Has despertado – dijo con fascinación levantándose del sillón – Oh Dios mío, Jason. No sabes lo preocupados que estuvimos todos – exclamó un poco más alto.
Ella se inclinó y me dio un beso en la mejilla y después viajó a
presionar sus labios con los míos. No respondí. Me mantuve quieto y
cerré los ojos intentando contener todas mis emociones. Ser neutro y
poner mi mejor cara de pocker era mi objetivo.
- ¿Estás bien? – preguntó – Oh, mierda. Soy idiota, voy a llamar un doctor.
- ¡No! – la detuve cogiendo su mano. Agradecí que las vías intravenosas estuvieran en la otra muñeca – Tengo que hablar contigo.
- ¿Qué sucede? Puede esperar, Jase. Tu estado es lo primero.
- No – le indiqué que se sentara a mi lado. Su rostro cambió. La ilusión de verme despierto había desaparecido y habían vuelto las finas arrugas de preocupación en su frente – Cuando te vayas de aquí, quiero que no vuelvas más, ¿entendido? – sus ojos se abrieron al mismo tiempo que su boca. Antes de que hablara proseguí – Tú y yo jamás debimos estar juntos – tragué saliva incrédulo de que pudiera decir aquello. Ella era lo mejor que me había pasado – Todo fue un error. Tu vida no encaja con la mía.
- Estás loco – me interrumpió.
- No, nunca he estado más cuerdo – la rectifiqué – Esta es la mejor decisión que he podido tomar desde que te conocí – dije sintiendo los propios cuchillos que le estaba clavando a ___ en ese momento – Debes irte y no volver a meterte en mi vida, ¿lo tienes? Yo tengo que centrarme en mis asuntos, esos que no te gustan nada – mascullé con rabia. No dirigida a ella, sino a la mierda de vida que nos había tocado – No podemos estar juntos. Nunca más – sentencié.
- Jason … – pronunció como una súplica – No puedes hacernos esto.
- Quiero que te vayas. ¡Ya!
La incredulidad y desolación cruzó su rostro. Negó con la cabeza
mirándome con los ojos llenos de incomprensión. Vi como su rostro
se contraía antes de darse la vuelta. Sabía que iba a llorar pero
que no me dejaría verlo. Por fuerte y duro que estuviera pareciendo
por fuera estaba muriendo por dentro porque quería decirle lo que en
realidad pasaba.
Ella finalmente salió acelerando sus pasos a medida que se alejaba
de mí. Cerró la puerta con fuerza sentenciando nuestra separación.
Solo rogaba para que llegara sana a donde fuera que se iba.
Intenté volver a dormir pero me reconcomía la consciencia. ¿A
dónde se había ido? ¿Qué iba a hacer? Pasé media hora
torturándome y diciéndome lo idiota que era por haber manejado las
cosas de esa manera. Básicamente había olvidado que ____ vivía
conmigo. Hasta que mi padre entró en la habitación. Él me dedicó
una mirada severa. No era el padre que debía estar preocupado porque
su hijo había sido atropellado, era el hombre que se preocupaba de
lo irresponsable que su hijo había vuelto a ser una vez más.
- ____ te avisó – empecé yo. Él asintió – ¿Está bien?
- ¿Lo dices en serio, Jase? – bajé la mirada sintiéndome culpable – Está rota, Jason. La he dejado dormir el resto de la noche en el departamento aunque dudo que lo haga.
- He hecho lo mejor – dije tragando el nudo en mi garganta.
- Eso es lo que tú crees – murmuró mi padre – ¿Recuerdas el accidente?
- Sí, pero no vi quien lo provocó – informé cerrando los ojos cansado – aunque ambos sabemos de quien sería el plan.
- No hace falta ser muy listo … No te preocupes, ya me estoy encargando de todo eso. No quiero que inmiscuyas más en esta mierda, Jason – el tono duro de su voz hizo que me sintiera peor – Ya perdí a vuestra madre, no voy a permitir que algo así vuelva a suceder. He mandado a Janelle fuera de Delaware, a una de esos estudios que tenía tu madre en Inglaterra. Se ha ido con Christian, así que estará bien.
- No puedes mandarme lejos a mí también – el dolor pinchó en mi cabeza.
Justin se sentó en el asiento que anteriormente ocupaba ____. Sentí
la angustia de tenerla lejos cuando hacía nada era toda mía. La
había liberado de mí, sin embargo, yo seguía sintiéndome atado a
ella. La estaba protegiendo. Era lo único en lo que quería pensar.
- ¿Por qué has dejado a ____? – preguntó mi padre.
- Estará mejor sin mí. Yo solo soy un crea problemas para ella. Más ahora – dije mirando mis pies inmóviles.
- Jase, yo dejé a tu madre a la misma edad que vosotros y acabamos sufriendo más. ¿Quieres verla con otro? Porque eso es lo que tarde o temprano pasará si no te esfuerzas por ella.
- Merece algo mejor – respondí sabiendo que me moriría si la viera con otro chico. Mataría a ese desgraciado por pura envidia – Jamás le convine.
- A ninguna mujer como ella le conviene estar cerca de un tipo como tú – acordó – Pero tú aceptaste estar a su lado una vez. Si la dejas estarás haciendo todo lo contrario a protegerla. ¿Crees que Drake no tiene un ojo en ella? – me tensé al escuchar ese nombre – Jase, la metiste en esta mierda y eso es como una sentencia de por vida, siempre va a estar en peligro porque tienes sentimientos por ella. Te dije que su suerte estaba sobre tus hombros. Tu decidiste por ella. ____ siempre se fió de ti y ahora le has dado una puñalada por la espalda. Esas fueron palabras de tu madre cuando hablábamos de cuando yo la dejé – recordó meditabundo – No quiero que cometas el mismo error que yo. Ella acabó estando en un grave riesgo porque la dejé al descubierto.
- No es lo mismo …
- Has cuidado de ella estos meses. ¡Eres jodidamente lo único que tiene! – se enfadó. Vi la impotencia porque estaba recordando a mi madre – Tendrías que haberla visto estos días – No quería escucharlo más. Apreté los ojos intentando bloquearlo, un acto inútil, él siguió hablando – ¿Sabes lo que estará pensando ahora? Que nunca te importó como tú le importas a ella. Y jodidamente te va a odiar para seguir adelante. Tú sabrás lo que haces.
Me rompí. No quería perderla. No quería que pensara que no me
importaba lo que hacía o dejaba de hacer. Ella debía saber que la
amaba, ella debía entender que estaba haciendo esto por ella. Empecé
a sacudirme por las irregulares respiraciones mientras lágrimas
rodaban por mis mejillas. ____ había estado a mi lado, sentada en
ese incómodo sillón para no dejarme solo en el caso de que
despertara y yo lo primero que había hecho había sido cortar. Era
un idiota por no pensar un poco más en ella, pero no había mejor
manera de romper. Era algo obligatorio en ese caso. Mi padre aún no
lo podía entender. La máquina a mi lado empezó a pitar y mi padre
se levantó intentando ayudarme a relajarme. Él se sentó a mi lado
y pasó un brazo por mis hombros. Debía estar preocupado. Jamás
lloraba. Mucho menos delante de él. Nunca lo hice desde los ocho
años hasta el día en que mi madre había muerto y ni siquiera
entonces me dejé mostrar tan débil como lo estaba haciendo en ese
momento.
- ¿Por qué lloras, Jase? Vamos, chico. Ya verás como todo irá bien – intentó tranquilizarme.
Me dio unos golpecitos en el hombro mientras yo intentaba
tranquilizarme. La máquina a mi lado aminoró el sonido al mismo
ritmo.
- Lloro porque no la voy a poder proteger, papá – él me miró serio para contradecirme cuando lo interrumpí – No siento las piernas desde que me desperté.
OMG Me has matado, xd lloro, me ha echo llorar :'( ppbre Rayiis, la ha dejado, entonces el la dejo por que no puede protrgerla, ya que no siente las piernas y puede quedarse silla de ruedas!?? Aish que me muero, que no se quede asi xd, que Rayis y Jase vuelvan pliiis, xd jaja te amo, aish lo que he llorado jaja Byee y espero aiguiebtee, un beso
ResponderEliminarAi madre he llorado :(. Pobre coops ahora ella pensará que el no la ama.. pobrecita jo,y jase omg que lastima! no siente las piernas no no no jase no :( juliiiin,en realidad pienso que si ella conoce a otro estaria guay por darle celos a jase y todo eso como en la otra nove.. y que luego vuelvan eso seria guay jajaja.Un besitooo miriam,magnifico como siempre :).
ResponderEliminarBY:MJCS.
Me estoy muriendo ahora mismo. COMOOOO???!!! JASE NO SIENTE LAS PIERNAS!!!. NO ME JODASSSSSS!!Rayis tienes que estar destrozada. Ahora si que esta solaaaa!. JDER. Me encantaaaaaaa.. Porfavor sube pronto.
ResponderEliminarMadre mia! Jason en el hospital sin sentir las piernas! y encima corta con ___!
ResponderEliminarSe está poniendo interesante la cosa
Espero que recapacite y le pida perdon a ____ y vuelvan a estar juntos, me encanta la pareja que hacen
publica pronto plis
besos
LO SABÍA!! Desde que leí lo de "mire mis pies inmoviles" sabía que ocurriría!! Tía enserio sabes lo que me gustaria? Que en un tiempo Jase y Coops no se vean (para darle tiempo a Jase para andar bien y tal) y que un día se encuentren y Coops este con Drake saliendo juntos me refiero y ya de hay te inventas tu jajaja me molaria pila la verdad jajaja sería la caña xD es una idea haz lo que quieras jajana
ResponderEliminarsabes una cosa, parte de eso lo tenía planeado pero me acabas de dar una idea increíble, ya verás lo que hago. Gracias :)
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