miércoles, 12 de junio de 2013

Capítulo 7: No sé Porqué, Pero Confío en Ti

Escabulléndome por un callejón de detrás de mi casa salí a la calle de atrás sin que los vecinos me vieran. Me había vestido con unos jeans grises y algo ajustados a mi figura junto con una camisa rosa pálido y con unos zapatos blancos que hacían juego con una chaqueta de primavera. Me había maquillado durante varios minutos para que no se notase la marca en mi cara. Jase no la iba a notar. 
Cuando vi el coche de Jason a unos metros de mí, me acerqué a paso rápido para no ser vista. Entré rápido y me senté a su lado. Jase me dio un repaso y finalmente miró mis ojos. 


  • Te ves bien – “Es increíble el poder del maquillaje” pensé en mi interior – mereció la pena estar aquí por media hora, dijiste diez minutos – me miró mal.
  • Lo bueno se hace esperar – crucé los brazos y miré hacia delante. Ni siquiera sabía porqué había dicho aquello – ¿Nos vamos? 
  • Sí, señorita – chasqueó la lengua y arrancó el Porsche – ¿Por qué no me abriste antes? Sé muy bien que no era por estar en pijama y no estás enferma – atajó antes de que diera alguna escusa barata – Dime la verdad – dijo en tono exigente. 
  • No tengo porque contarte todo, Jase. Hay cosas privadas, ¿vale? – dije molesta por su autoridad. Él no tenía nada que hacer sobre mí. 
  • Está bien – suspiró.


A partir de ahí la tensión creció en el interior del coche. Me maldije por haber salido de casa y tener que aguantar a aquel chico tan arrogante. Miraba siempre por la ventana en completo silencio. Yo tan solo podía escuchar mi respiración y me pregunté si él podía oírla tan bien como yo. Me estaba agitando por la tensión creada entre nosotros en aquel momento. 
Jase quería saber de mí, y no sabía el motivo por el cuál yo no quería contarle todo de mí. En mi interior, sabía que necesitaba confiar en alguien de mi edad, necesitaba que alguien me escuchara y me entendiera, necesitaba a alguien que no se asustase cuando le contara toda mi verdad. Ese alguien en aquel momento parecía ser Jason. 


  • Mi padre estaba en casa cuando llegamos – Jase me miró de reojo y volvió la atención a la carretera marcando la mandíbula – Nos escuchó y me prohibió volver a verte ni quedar con nadie en mi vida. Si se entera de que estoy contigo me matará. 
  • Lo siento – se disculpó apenado – No pensé que pasaría algo así. Creía que al final te habías asustado de mí y no querrías volver a verme – arqueé una ceja – No es nada disparatado. 
  • No tengo miedo de ti – temía más a mi padre que a ese chico cada vez menos desconocido – Bueno, ¿no pensarás secuestrarme ahora, no? 
  • Quizás si … – sonrió – ¿A que hora vuelve tu padre del trabajo? 
  • Bueno, teniendo en cuenta que mi padre es policía me podría encontrar pronto si me secuestras, lo que pasa es que le importo tan poco que pasará de pagar una recompensa por mí – bufé – Así que tendrás que devolverme sin nada a cambio sobre las siete. 
  • ¿Tu padre es policía? – preguntó serio apretando el manillar.
  • Sí – respondí extrañada por su cambio de humor – ¿pasa algo con eso? – Y entonces me di cuenta de todas las advertencias que me había dado sobre su vida, sus complicaciones y su peligro – Oh, Dios, claro – exclamé en realización – Espera, ¿no pensarás que le diré algo de ti acerca de que parezcas un criminal? – me puse nerviosa, tampoco quería decir aquello – Bueno, no un criminal, pero sobre lo que dijiste que eres peligroso y todo eso … 
  • Conoces poco de mi lado oscuro – cortó – Si te digo que soy un criminal de verdad, ¿saldrías corriendo ahora mismo? 

Mi instinto de emergencia me alarmó. El tono grave de su voz era de lo más amenazador. 
  • Siempre que hemos estado juntos me has hecho sentir bien – titubeé – y dijiste que no me harías daño el primer día, cuando me acompañaste a mi casa por la herida.
  • Jamás te haría algo así – negó con la cabeza seriamente mirando fijamente la carretera – Yo solo me encargo de los que se meten conmigo. 
  • ¿Quién se ha metido contigo? – pregunté sin pensar. 
  • Eso no importa ahora – me miró a los ojos cuando aparcó el coche – Te advertí desde el principio que soy una persona complicada y que no te conviene andar conmigo, aún así sigues aquí – suspiró. 
  • Eres muy insistente – respondí en un susurro. 
  • Lo sé – torció los labios sin llegar a mostrar felicidad – ¿quieres volver a casa? 

Lo miré sin saber que decir. Me estaba dando la oportunidad de marcharme, y si le pedía que me regresara a casa lo más probable era que no volviéramos a hablar. Todo se enfriaría. Las cosas que sabíamos el uno del otro se irían al traste, perdería la oportunidad de tener a alguien a mi lado que por primera vez había mostrado interés en mí … y por último y menos importante suspendería ética. 


  • No, no quiero – sacudí la cabeza – No me preguntes porqué, pero confío en ti.
  • Yo también – contestó haciendo media sonrisa – por eso te traje aquí. 

Miré a mi alrededor. El coche estaba aparcado en medio de un gran jardín. Frente a nosotros se alzaba una espléndida casa. Me mordí el labio nerviosa. 


  • ¿Es tu casa? – asintió – Jase … yo no le diré nada a nadie acerca de ti. Mucho menos a mi padre, sabes lo mal que me llevo con él – miré mis manos.
  • Lo sé – salió del coche y rápidamente vino a mi lado para abrir mi puerta y tenderme la mano – Gracias por … no salir corriendo. 
  • No me has dado ningún motivo para hacerlo – lo miré a los ojos poniéndome a su altura – por el momento – agregué. 

Sonrió de lado y tomó mi mano para conducirme por el camino hacia la entra principal de la casa. 


  • ¿Está tu familia?
  • No, nos hemos mudado de aquí. Mi hermana se fue con su pareja, mi padre y yo ahora estamos en un apartamento de la ciudad. Pero a mi me gusta estar aquí a pesar de los recuerdos – dijo al tiempo que sacaba la llave de su bolsillo y abría la cerradura – por mi madre, ya sabes – me miró y asentí comprensiva. 


Abrió la puerta blanca con cristales opacos de par en par y pasó dentro sosteniéndome la puerta para que le siguiera. El suelo estaba cubierto de moqueta beis. Frente a nosotros había una gran escalera con cortes de madera muy elegantes. Dirigiéndote a la derecha podías ver la entrada a una cocina a través de un arco de color roble. Jase me guió a la izquierda y entramos en un enorme salón. 

Había grandes ventanales por los que entraba la luz y daban aún más sensación de amplitud. En un lado estaban dos sofás color crema frente a un televisor y alrededor de una mesa de café. Junto a nosotros se desplegaba un elegante piano blanco de cola. 
Miré el piano con plena admiración y ganas de tocarlo. Las ganas de sentarme me poseían. Miré a Jason con un brillo en los ojos. 


  • Dijiste que sabes tocar una versión de Broken Strings con el piano – asentí. Jase se movió a unos pasos de mí y sacó una guitarra de un armario – Lo haremos juntos – torció sus labios. 


Con timidez me acerqué al instrumento musical. Me senté en el banquillo con ligereza y acaricié las teclas con las yemas de mis dedos. Toqué un par de notas para comprobar como sonaba y sonreí. 


  • Hace tiempo que no toco un piano – admití deslizando los dedos por varias teclas haciendo sonar una melodía improvisada que no sonó mal. Miré una de las partituras y comprobé que era la correspondiente a la canción que él quería tocar – ¿Desde cuando te gusta Broken Strings? – pregunté con curiosidad. 
  • No lo sé, es una buena canción – se encogió de hombros mientras se acercaba a mí con la guitarra y se sentaba a mi lado en el piano – A mi hermana le gustaba mucho cantarla y terminé aprendiéndola yo también – torció los labios – Le encanta James Morrison. 
  • A mí también – sonreí tocando el inicio de la canción – Quizás me equivoque en algún acorde – hice un gesto de desagrado por la falta de práctica – Más te vale cubrirme – lo miré sujetando su guitarra española. 


Volví a tocar desde el principio y dejé llevar mis dedos por el piano. La letra de la canción resonaba en mi cabeza y la susurraba en silencio moviendo los labios. Jase me acompañó con la guitarra en la segunda parte. La música resonaba en toda la casa. Ambos nos empezamos a olvidar de lo que hacíamos allí. Ni siquiera necesitábamos estar pendientes de la sincronización entre ambos instrumentos. Jason empezó a cantar parte de la letra en voz alta.
Oh, what are we doing? We are turning into dust, playing house in the ruins of us. Running back through the fire, when there's nothing left to say. It's like chasing the very last train when it's too late. Oh, it tears me up. I try to hold on but it hearts to much, I try to forgive but it's not enough to make it all okay. 
La letra me caló hondo con su voz. Él cantaba increíblemente bien y sabía que con parte de esa canción tan dura ambos nos identificábamos de manera incomprensible. En susurros seguí acompañándolo hasta el final. 
When the truth hurts, and lies worse, I cant like it anymore … You can't play on broken strings, You can't feel anything that your heart don't want to feel, I cant tell you something that ain't real. 
Let me hold you for the last time, it's the last chance to feel again. 
Terminé tocando con unas notas de más. Me sentía totalmente bien tras haber tocado junto a él. La mayor de las sonrisas apareció en mi rostro mientras miraba a Jase. 

Narra Jason

Realmente no sabía bien lo que había pasado. Simplemente había empezado a cantar delante de ella sin cortarme lo más mínimo. La letra de aquella canción me recordaba profundamente a lo que sentía en aquel momento por lo que le había sucedido a mi madre. Algo reaccionó dentro de mí recordándome que tenía que vengarla y me sentí mal por tener allí a ____, quien no sabía nada de los demonios que tenía en mi interior. 
Coops era una chica inocente. No tenía idea de en lo que se estaba metiendo al estar conmigo, y yo no acababa de entender porque le estaba dejando entrar hasta en lo más privado de mi vida. Quería protegerla; siempre la veía insegura y aquello me instaba a querer permanecer a su lado para hacerla sentir mejor. Pero por otro lado no era nada bueno que conociera lo peor de mí, no porque ella huyera de mí, ya había demostrado que no le importaba lo que hiciera en las calles, sino porque llevarla a mi terreno la cambiaría y no quería que mi ambiente la trastornara. 
La vi relajarse al terminar de tocar las últimas notas con el piano. Me miró feliz y aquello hizo que me sintiera satisfecho de mi trabajo con ella. 
La distancia entre nosotros era corta. Yo estaba a su lado con la guitarra sobre mis piernas y mirándola con fascinación. Sin apenas darme cuenta me incliné hacia ella. Era preciosa y no se daba cuenta de ello. Sus grandes ojos verdosos cubiertos de largas y rizadas pestañas me tenían hipnotizado. El tono trigueño de su piel y sus finos labios rosados provocaban el ruego de mi cuerpo por tocarla. ____ se dio cuenta y se quedó paralizada observando mis movimientos. 
Me gustaba verla tan frágil ante mí. Aunque ella no lo quisiera reconocer, yo le gustaba tanto como ella me gustaba a mí. En mi interior sabía que no era que se hiciera de rogar, sino que no sabía como manejar lo que sentía y tampoco como actuar. La primera opción siempre era el rechazo. 

Poco a poco me acerqué a ella para besarla. Con mi mano libre acaricié su mejilla y su labio inferior tembló de lo nerviosa que podía estar. Se inclinó levemente hacia mí. Aproximé mis labios a los suyos cuando escuché el sonido de la puerta abrirse y cerrarse. Enseguida me puse firme y miré hacia el sitio de donde provenía el ruido. Quitando la guitarra de encima de mí la coloqué en el suelo apoyada contra el piano y me levanté mirando a _____ con una disculpa. 
Antes de que pudiera pronunciar palabra, Janelle apareció por detrás de mí sonriente. 


  • Hola, Jase – saludó mi hermana dándome un beso en la mejilla. Hacía tiempo que no la veía. Poco después bajó la mirada a una _____ sonrojada – ¿Interrumpí?
  • No, tranquila – le insté – Janelle, ella es ____. Coops, ella es mi hermana – las presenté. 
  • Mucho gusto – ella se levantó del banco frente al piano y se dieron dos besos. 
  • ¿A qué has venido? – le pregunté a mi hermana – Creía que ya te habías instalado con Christian – me extrañé. 
  • Se me olvidaron unos apuntes de la universidad en mi escritorio – justificó – ¿y tú?
  • Me gusta estar aquí – contesté con simpleza – Y quería enseñarle a Coops nuestro piano – la miré y sonrió tímidamente mientras agachaba la cabeza. 
  • ¿Por qué Coops? – se extrañó Janelle del apodo que le había puesto a mi compañera. 
  • Le gusta abreviar mi apellido antes que llamarme por mi nombre – explicó ____ encogiéndose de hombros. 
  • Te llamas como nuestra madre – noté como mi hermana sonrió con nostalgia. Después me dirigió una mirada – Deberías decirle a papá que sigues viniendo aquí. 
  • No lo creo. Se enfadará … Ya sabes lo obsesionado que está con evadir los recuerdos. 
  • Ya – suspiró – Bueno, cogeré mis cosas y me iré – me dio un abrazo – Espero verte pronto, Jase. Llámame si necesitas cualquier cosa – asentí sonriendo agradecido. Mi hermana se había unido más a mí desde que mi madre se había ido – Me alegra haberte conocido, ____. 
  • A mí también – sonrió ____ amablemente. 


Cuando mi hermana salió del salón miré a ____. Ella esquivó mi mirada y supe que estaba avergonzada por lo que había pasado antes de la interrupción. 
No sabía que hacer en aquel momento. Tiré de mi cabello hacia atrás y miré a mi alrededor desesperado por saber alguna forma de hacer que ella no se sintiera mal. Iba a decir algo cuando escuché su voz. 


  • Cantas bien – me elogió.
  • Gracias – solté un suspiro – Mmm … ¿Quieres comer algo? 
  • No comí en todo el día – respondió en voz baja. 
  • ¿Por qué? – me alerté. Eran cerca de las dos del medio día. 
  • No tenía hambre – se encogió de hombros – Después llegaste tú y se me olvidó. 
  • Se te olvidó … – bufé – Anda, vamos a comer algo – cogí su mano para irnos de mi casa – ¿Te gusta Burger King? 
  • ¿A quién no le gustan las hamburguesas? – preguntó graciosa. 



* * * 

Narra ____

Después de comer juntos en el restaurante, habíamos decidido dar un paseo por la ciudad mientras comíamos un helado. Habíamos dado por olvidado nuestro casi-beso y yo me sentí mejor con ello. Jason actuaba como si nada hablándome de sus tantos hobbys. Le encantaba la música, los deportes, la mecánica … no paraba de hablar y yo lo escuchaba con atención al tiempo que me reía con algunos de sus comentarios. 
Miré al frente para ver a donde nos dirigíamos. Las calles estaban siendo muy transitadas debido al buen clima que había aparecido gracias a la primavera. Entre todas aquellas personas vi una moto de policía aparcada en un lado de la acera y rápidamente busqué entre la gente algún uniforme. Como si el destino me la quisiera pagar por la espalda, vi a mi padre. Justo cuando clavé mi mirada en él se dio la vuelta presintiendo que alguien lo observaba y yo me agaché como si se me hubiera caído algo para que no me notara. 
Jase, extrañado me miró desde arriba. Me incorporé de nuevo esperando no ser vista y dándome la vuelta para caminar en sentido contrario hacia donde estaba mi padre. 


  • ¿Qué haces? – me preguntó mientras me seguía.
  • Mi padre estaba haciendo guardia por allí.
  • ¿Lo has visto? – se alarmó – Espera, ¿te ha visto? 
  • ¡No lo sé! – exclamé nerviosa. 


Jason miró hacia atrás con disimulo y después me devolvió la mirada. Su mandíbula se tensó. 


  • Está detrás de nosotros. Creo que sospecha de ti – explicó – ¿me vio el otro día?
  • Creo que no, solo te escuchó – empecé a morderme el labio. 
  • Ven – tomó mi mano y me tiró hacia un callejón – Nos pisa los talones, si quieres pasar desapercibida hazme caso, ¿de acuerdo? – caminamos hacia delante y me di cuenta de que aquello era un callejón sin salida. Jase me puso contra la pared y puso sus manos a cada lado de mi cabeza apoyándose en el muro de ladrillo – No te muevas – advirtió mirándome a los ojos. 


Su cuerpo estaba pegado al mío. Podía sentir su aliento chocar contra mi cara y su calor corporal manar de su camiseta. Sus ojos eran penetrantes en los míos. Poco después escuchamos unos pasos adentrarse en el callejón y me sentí acorralada por completo. Una de las manos de Jase se posó sobre mi cintura con delicadeza. Lo miré incrédula sin saber que estaba haciendo. 


  • Perdóname por lo que voy a hacer – rogó – pero confía en mí. 


Y entonces sus labios se presionaron contra los míos. Su mano me empujó desde la espalda hacia él cerrando aún más los huecos entre nosotros. Cerré los ojos dejándome llevar. Todo su cuerpo cubría el mío, era imposible que alguien me viera desde su espalda. 

4 comentarios:

  1. Ai dios mioooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!! que no me lo creooooo!!!!!Y encima se disculpa para que no se enfade si esque es añdkfjañdlkf me muero de verdad,que bonita parte la del piano,esa canción me gusta desde hace bastante y me la he puesto para vivir mejor el momento es tan especial!!! Amo el capitulo!!!Gracias por subir,y por hacer los capis tan largos claro!!! si fueran cortos me daría un ataque.
    Como ves cumplo mi promesa de dejarte comentarios,todos los dias me meto para ver si has publicado y hoy tenía que estudiar pero digo por diez minutitos no pierdo nada,descanso! XDD y aqui estoy dejandote uno de mis comentarios que tanto te gustan :33 Hoy no te hago P.D porque tengo prisita para que veas que soy una lectora fiel eeh! que aun teniendo que estudiar para las recuperaciones yo te comento :DD de verdad,te vuelvo a repetir que amo el capitulo,que ojalá no les pille su padre porque entonces me da algo y yo muero,animo con la nove que vas genial,mas ahora que espero hayan kisses,ai dios que Jase es to...ñalkdjfña ñadlkfjañdlkfjañd *---* Oc ya paro ajajja bye i love you!

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    1. We<3Broken Strings jaja No me des las gracias por subir, me alegra que te parezcan largos :)
      Gracias por el coment!! ÁNIMO CON TUS EXAMENES Y MUCHA SUERTE!! :) Intentaré poner el 8 pronto ;)

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  2. OMGGGG!!!!le ha besadooo,memuerooooo,q fuerteee,siguienteeee

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  3. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! No me lo dejes asiiiii que me mueroooo la ha besadooooo q fuerte y encima le dice q perdoooon aaaaawwww que mono es tan asdfrtyujhbvgtyuiknbvftyuikbvgyuk pero SIGUIENTE YAAAAAA PORFAAAA jajajaj besosos y me encanta la noveee

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