Los escudos que se habían debilitado ante los dulces ojos de Jase volvieron a ponerse firmes ante su enfado y lo que empezaba a creer un sarta de mentiras.
- Será mejor que nos vayamos – dije con voz seca.
Sin prestarle atención a su respuesta me di la vuelta y caminé hacia la casa para despedirme de mi abuela. En lugar de encontrarme con el jovial rostro de la mujer que me había criado, hallé los ojos caídos de un hombre canoso y muy envejecido.
- ¡Abuelo! – exclamé avanzando hacia él hasta cerrar mis brazos alrededor de sus hombros – ¡Te eché de menos abuelo!
Mi abuelo rodeó mi espalda y me dio un apretón contra él. Lo miré alegre y vi sus ojos azules lacrimosos.
- Has vuelto, pequeña – sonrió tristemente – Aunque ya no eres tan pequeña, te has hecho una hermosa mujer, ____ – hizo que me sonrojara.
Jason entró detrás de mí y se encontró con la atenta mirada de mi abuelo.
- Abuelo, él es Jason.
- ¿Tu novio? – atajó.
- ¡¿Qué?! ¡No! – me abalancé a soltar – Es un compañero de clase.
- ¿De amigo lo rebajaste a compañero de clase? – preguntó mi abuela saliendo de su cuarto – Mark, este chico trajo a ____ a visitarnos muy amablemente – le informó mi abuela a mi abuelo echándome una mirada de advertencia. Sabía que ella estaba extremadamente agradecida porque estuviera allí y era gracias a Jason – Cielo, esto es para ti – me tendió un libro con unas tapas renegridas y viejas. Ella se acercó a mi para susurrarme – Es el diario de tu madre – la alarma se disparó en mis ojos – léelo tranquila y que no lo encuentre Greg – advirtió. Asentí con energía.
- Gracias abuela – la abracé – Ya nos íbamos – comenté.
- ¿Ya? – se quejó – ¿La volverás a traer, Jason? – preguntó mi abuela con descaro y una sonrisa dulce en su rostro.
- Por supuesto, señora – respondió con educación.
- Clarise, por favor, muchacho. Clarise me hace sentir más joven – sonrió y volteó a verme – Te veo pronto, pequeña – me dio un beso en la mejilla.
- Adiós – di un beso a mis dos abuelos sujetando el libro contra mi pecho.
- Fue un gusto conocerles – dijo Jason tendiendo la mano a mi abuelo y despidiendo con la mano a mi abuela.
Salí por detrás de él y cuando llegamos a su coche lo abrí por mí misma para sentarme rápidamente y empezar a observar el diario por encima. Jason se sentó a mi lado sin decir palabra. El ambiento fue totalmente tenso en aquel momento. Lo ignoré para pasar las páginas desde atrás hacia adelante. Estaba escrito espesamente. Con aquel diario escrito por mi madre iba a poder conocerla más a fondo y comprendería mucho mejor la vida que tenía antes de que yo naciera junto a mi padre.
Jason arrancó fuertemente y empezó a conducir a toda velocidad. Pegué toda mi espalda al asiento algo asustada por lo mucho que se pasaba del límite. Pensé en decirle que mi padre era policía, pero no merecía la pena. Jase no era un chico que se dejaba intimidar por amenazas.
El camino pasó lento y eterno en un silencio sepulcral. Cuando llegamos a mi casa lo miré por un segundo y después llevé la mano a la manilla que abría la puerta para salir.
- Gracias por todo – iba a abrir cuando puso su mano sobre la mía para detenerme – ¿Qué haces? – lo miré confundida.
- ¿Por qué estás enfadada?
- No lo estoy – mentí y me escabullí del coche.
- Si lo estás – corrió tras de mí mientras iba a la puerta de mi casa – Coops, se te cayó esto – me tendió un papel y lo recogí – Se parece a ti – comentó echándole una ojeada.
- Es mi madre – dije con voz casi inaudible observando el rostro de mi la mujer que me había dado la vida y yo no conocía de nada. Regresé la vista a él – Gracias, otra vez – suspiré cansada de agradecer. Aquel chico me estaba haciendo muchos favores cuando yo solía ser independiente.
- Deja de agradecerme – negó con la cabeza – ¿por qué demonios te has enfadado? Te dije que me gustas y saliste corriendo hecha una furia.
- No es lo que te suelen hacer las chicas, ¿cierto? – Jase enarcó una ceja. Obviamente él era de los que conseguía con facilidad que las chicas cayeran a sus pies con poca cosa – No me lo creo, Jason. ¿Por qué te iba a gustar yo, eh? Soy rara, mi aspecto es como el de todas las chicas del montón y tengo una vida complicada. ¿cómo demonios va a gustarte eso?
- No lo sé – negó riéndose.
- No te rías – le pegué en el hombro – Tómate esto en serio – lo miré frunciendo el ceño.
- No eres rara, eres diferente – corrigió – Eso no te hace del montón, a parte, tienes unos ojos preciosos – señaló la foto en mis manos – los mismos que los de tu madre – sonrió – En cuanto a vidas complicadas, la mía supera a la tuya – torció el gesto.
- Estoy harta de que digas que eres lo peor del mundo y que no especifiques nada.
- Eso es algo que nadie debe saber si no quiere meterse en líos – dijo con su voz repentinamente llena de amargura.
- Escúchame Jason – lo miré desafiante – No me gustas nada. Muchas veces eres agradable pero otras das verdadera mala espina …
- ¿Y cuál de esas dos partes te gusta más? – me guiñó un ojo.
- Eres insoportable – volteé para entrar a casa.
- Espera – me cogió de la muñeca – Mañana me toca a mí – lo miré confundida sin saber a que se refería – Mañana elijo yo lo que hacemos, ¿de acuerdo? – mis ojos cansados querían decir “lo que sea” y él asimiló que aceptaba – Vendré a buscarte pronto – sonrió – hasta mañana, Coops.
- Adiós, Biebs – respondí con irritación.
Dejándolo ir, me di la vuelta para entrar en mi casa. Cuando estuve en el interior y cerré la puerta tras de mí me di cuenta de que sobre el mueble del recibidor estaban las llaves de mi padre. Un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo. Justo en ese momento alcé la vista para ver a mi padre apoyado con su hombro sobre la pared del pasillo. Su sonrisa irónica y sus ojos crueles prevenían problemas. Aferré el libro a mi pecho como si me diera seguridad.
Cuando vi a mi padre ponerse firme un impulso hizo que me moviera para correr escaleras arriba. Corrí hasta mi habitación. Estaba huyendo de mi padre. Lo primero que hice al llegar a mi cuarto fue esconder el libro bajo el colchón. Justo cuando lo dejé escondido mi padre abrió la puerta de par en par con su semblante serio y cuadrando los hombros.
- ¿Con quién viniste?
- Con un compañero de clase – respondí rápidamente – Estamos haciendo juntos un trabajo de ética – expliqué.
- ¿Crees que me chupo el dedo, niña? – alzó una ceja – Has hecho que un chico se interese en ti – dio tres palmadas para hacer una falsa ovación – bravo, ____ – rió y me miró frunciendo el ceño – Espero que lo hayas disfrutado. Te prohíbo que vuelvas a salir con nadie, ¿te enteras? Siempre has estado sola y así te vas a quedar, tal y como tú hiciste que me quedara yo – declaró con rencor – Pobre de ti si te vuelvo a ver con él.
- Yo no tengo la culpa de nada – siseé.
- ¿Qué no tienes la culpa? – preguntó con sarcasmo – Tú eres la culpable de todas mis desgracias estúpida. Jamás pienses que serás feliz. Serás tan miserable como yo por la muerte de tu madre, porque por ti murió – rebatió.
- ¡No es cierto! – grité desesperada – ¡No tienes derecho a controlar así mi vida! ¡En cuanto tenga la mayoría de edad me largaré de aquí y no podrás hacer nada para evitarlo!
Su mano se alzó en el aire y sentí como su palma alcanzaba mi mejilla. Clavando la mirada en el suelo y sin querer alzar la cabeza me quedé petrificada. No era la primera vez que me encaraba, tampoco era la primera vez que Greg me pegaba. La asimilación del golpe fue rápida pero dolorosa.
Sabía que si alzaba la vista lo único que podría transmitirle sería todo mi odio, y aquello solo provocaría que me pegara de nuevo para hacerse respetar.
- Puedo hacer lo que me dé la gana contigo. Y si te vas de aquí, seguiré haciéndote la vida imposible vayas donde vayas. Allí donde estés, te haré pagar. No mereces vivir, ____.
Observé sus pasos marcharse y cerrar la puerta. Los temblores empezaron a agitar mi cuerpo. No podía aguantar más. Me iba a derrumbar. Mis rodillas flaquearon hasta el punto de que caí al suelo. Las lágrimas ya no llegaban a mis ojos. Había sucedido demasiado y mi cuerpo estaba resentido por todas las novedades. Un día tan especial como el que había sido aquel se había transformado en una pesadilla en el último momento y sentía que todo pesaba a mi alrededor.
Las palabras de mi padre, si es que todavía lo podía llamar de aquella manera, rebotaban en mi cabeza. A veces realmente pensaba que no merecía vivir … no hacía nada en el mundo, mi vida no tenía ningún sentido. Todos mis actos carecían de un propósito y saber que Greg iba a hacer que odiase mi vida por el resto de mis días provocaba mis ganas de desaparecer del mundo.
* * *
Seguía encogida en el interior de mi cama. Hacía horas que había amanecido, hacía tiempo que Greg se había ido de casa. Volvía a estar sola, la mejor de las situaciones cuando no quieres que nadie te moleste o se interese en lo que estás pasando. Una vez más, estaba aislada.
Sin querer hacer otra cosa que pasar el día en mi cuarto, saqué el libro de mi madre de su escondite.
Las tapas negras estaban arrugadas por el uso y el paso del tiempo. Se notaba que era algo especial. En mi interior sentía mi corazón palpitar aceleradamente por la antelación. Deshice el lazo que unía las tapas del libro y lo abrí por la primera página para empezar a leer.
Contemplé la hermosa caligrafía que había escrita en tinta negra. Sostenía las páginas con tanta delicadeza como cuando cogías un bebé. Tenía miedo de quebrarlas por lo finas que eran las hojas.
17 de Abril de 1995
Querido diario, hoy hace tres años que me casé con el amor de mi vida. Es increíble lo lejos que hemos llegado juntos desde el instituto. No hay duda de que …
En ese momento tocaron el timbre. Fastidiada por la interrupción proseguí leyendo sin darle importancia a al timbre. No podía ser nadie importante … Sin embargo, volvieron a tocar.
Irritada tiré de las sábanas hacia atrás y bajé hacia la planta baja para abrir la puerta. Mirándome por un instante en el espejo que había en el pasillo distribuidor recordé lo que había pasado la noche anterior. Mi mejilla seguía enrojecida y con algo de piel levantada sobre ella. Sin querer prestarle atención me dirigí a la puerta. Volvieron a tocar insistentemente. Miré por la mirilla asustada de quien podría tener tanto interés en que abriera la puerta tan temprano. Jason apareció en mi plano de vista. Cogiendo aire profundamente y expulsándolo con lentitud me llené de valor. No podía meterme en más líos con mi padre por él.
- Jason – hablé tras la puerta – será mejor que te vayas.
- Mmm … ¿por qué no abres la puerta?
- Porque sigo en pijama – di como excusa. Sabía perfectamente que si abría la puerta sería más difícil deshacerme de su visita y entonces también tendría la oportunidad de ver mi herida – Por favor, vete. No me encuentro bien.
- ¿Sigues enfadada? – preguntó apenado.
Las ganas de llorar se apoderaron de mí. Yo no estaba para nada enfadada con él, por arrogante que hubiera sido la noche anterior, estaba agradecida por lo bien que me había tratado hasta aquel momento. Sacudí la cabeza aunque sabía que él no podía verme.
- No, no lo estoy – dije con voz baja tras la puerta.
- Ábreme. No importa como estés vestida, por favor. Ayer se me ocurrió una gran idea sobre lo que podríamos hacer hoy.
- Jase, no. No voy a salir. Lo siento – protesté.
- Sé que pasa algo, Coops. No me voy a ir hasta que abras la maldita puerta. Y no me importa lo que piensen los vecinos o si viene tu padre o quien sea.
- Llamaré a la policía entonces – dije desesperada para que se marchara mientras me apoyaba abatida en la puerta.
- No serías capaz – adivinó – _____, ¿qué pasa?
- ¡Nada! ¡Simplemente lárgate, Jase! Te veré mañana – me aparté de la puerta y empecé a correr escaleras arriba.
El timbre volvió a sonar. Sabía que no se iba a rendir y no se iría hasta después de un rato, pero estaba convencida de que al final se marcharía. Volviendo a encerrarme en mi cuarto esperé pacientemente a que dejara de sonar el timbre pensando en como dar una explicación si se fundía el timbre …
Cuando el sonido agudo y molesto del timbre dejó de sonar y hacer eco en mi cabeza, di un suspiro aliviada. Me sentí mal por él, no sabía que planes podría haber organizado, pero realmente no podía verlo aquel día … estaba demasiado abatida y mi padre me había amenazado por si volvía a verlo.
Mis odiosos vecinos le dirían a mi padre si lo dejé entrar o no. Alguno de ellos controlaba si entraba o salía y yo estaba harta de aquella situación.
Bajé de nuevo y me asomé a la puerta para comprobar que Jason ya no estaba. Una punzada incoherente de decepción me atacó al pecho. No debía sentir aquello cuando yo misma lo había rechazado y echado sin ni siquiera abrirle la puerta.
Encontré un papel en el suelo del recibidor. “Llámame si necesitas algo, Jase”. Al final de la nota me había dejado su número de móvil y algo me decía que se había quedado preocupado. En un momento cogí mi móvil y guardé su móvil para después hacerle una llamada.
- ¿Diga?
- Jase, soy yo – musité.
- ____ – susurró – ¿estás bien?
- Sí – hasta yo noté la inseguridad en mi voz – lo estoy. No pasa nada – intenté convencerme más a mí misma que a él.
- Te vi asomarte a la puerta – quedé en silencio – sigo en mi coche esperando a que vengas conmigo para hacer lo que me propuse.
- ¿Qué has planeado? – pregunté curiosa aunque sin estar convencida de ir.
- Te gustará, lo prometo.
- Jase …
- Cancelé todos mis planes de domingo por ti. Dame este gusto, ¿quieres?
Suspiré en derrota. Él me había llevado a casa de mis abuelos, me había escuchado en el cementerio, me había llevado a casa cuando yo estaba herida … y ahora él solo me pedía que compartiéramos juntos otro momento, algo que me sentaría bien siempre y cuando mi padre no se enterara.
- Está bien – acepté – pero espérame en la calle de atrás. No quiero que los vecinos tengan más cosas de las que hablar con mi padre. Tardaré diez minutos.
- Te esperaré – sonó victorioso.
Siguiente yaaa, no puedo esperaaar
ResponderEliminarOh dioooooos cielo,llevo.muchisimo.sin comentarte D'': puues aqui estoy,a ver,lo primerisimo de todo me encantó el final de la otra novela ^^ lo segundo no veas como llore,que me acuerdo de los momentos en los que Juss queria recuperarla y puuuf!!! Y tambien llore cuando murio :''( bueno,que has empezado genial esta nove,que me encanta Jase...es tan akdkskdks no se si me entiendes,si,tu tienes que entenderme que ODIO CON TODAS MIS FUERZAS A GREG!!!!!! Y que ame el anterior capitulo cuando Jase le dice a ___ que le gusta! Que me encabta como se preocupa por ella y que porfa te lo suplico,qye llevo todo el dia esperandolo y ahora quiero SIGUIENTEEEE
ResponderEliminarP.D1:Soy Directioner Selenatica Belieber Forever ;)
P.D2:Siento no haber comentado antes.
P.D3:Amo.con locura tus novelas.
P.D4:Saca libro.
P.D5:Se que te gustan los comentarios largos...
P.D6:¿que tal me ha salido?
P.D7:¿me.lo he currado lo suficiente?
No te preocupes por el tiempo, el caso es comentar alguna vez para ver si hay buenos resultados en la novela. Al parecer a ti te gusta jaja, en serio, GRACIAS. Yo también lloré muchísimo escribiendo la muerte de ____ Bolton después de todos los momentos vividos en BMS, pero en fín ... Jase es PERFECT. ¿Quién no odia a Greg? Hay varios personajes malos, pero en definitiva, él va a ser el peor jajjaja Ya verás porqué, de momento lo dejaré en el misterio.
EliminarPD: Amo tus comentarios, gracias por apoyarme con todo lo que escribo.
PD2: Me sacaste la mayor sonrisa con tu cuarta posdata. Lo haré en un futuro, es uno de mis mayores sueños, pero quiero esperar a algo bueno.
PD3: El comentario te ha salido de p*ta madre, solo por lo feliz que me hizo te lo puntúo con matrícula de honor :P
Oh dios eres mala ¬¬
ResponderEliminarDe verdad? Pues yo lo comlrare la primera D: aunque no sea de famosos,sera kdkwkdksnd gracias por la matricula xD sigue asi de bienllegaras.lejisimos!!!! Me alegra haberte hecho feliz,comentaree siempre que pueda^^
O dios mio siguiente ya por favor
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