Llegamos a la puerta e iba a tocar cuando alguien la abrió
inesperadamente. Un chico de unos quince años se quedó pasmado
frente a nosotros reconociéndonos a ambos. Era moreno, de ojos
azules y piel pálida. Aunque tenía aspecto inocente, se notaba que
tenía unos brazos bien trabajados con su polo de manga corta.
- ¿Qué hacéis vosotros aquí? – preguntó.
- ¿Peyton? – se sorprendió Jase.----------------------------------------------------------------------
- Hijo, ¿qué pasa? – un hombre se asomó detrás de nosotros apoyando su mano en el hombro de Peyton. Me miró y abrió los ojos – ¿_____?
- Hola tío Lucas – saludé con neutralidad – cuanto tiempo.
Jason y Peyton se miraron entre ellos y después miraron como
saludaba al hermano de mi madre. Mi tío me recogió en un abrazo y
me hizo pasar. Los otros nos siguieron detrás y cerraron la puerta.
Mi abuela me vio y enseguida se acercó a darme otro abrazo
sonriente.
- Oh, Dios mío. ¡Nos hemos reunido toda la familia!
- ¡Pequeña! – exclamó mi abuelo detrás para darme un beso – ¿Qué haces aquí?
- Venía a saludar – respondí con timidez.
- ¿Ya has visto a tu primo Peyton y a su madre? – me preguntó mi abuelo contento. Volteé y vi a una mujer rubia de ojos grises junto a mi primo.
- Hola – alcé la mano desde mi sitio. Ella sonrió y se aproximó a mí.
- Hola _____, has crecido mucho desde la última vez que te vi – me abrazó – No sé si me recuerdas – extendió su sonrisa – Soy Ally.
- Me acuerdo poco – reconocí. Miré a Jason y sonrió.
- Ni siquiera se acuerda de su primo que se lo cruza todos los días en el instituto – se burló ligeramente y mi abuela torció los labios.
- Os habíais visto muy poco de pequeños. Es normal – se encogió de hombros – Hola, Jason – saludó mi abuela – Gracias por traer otra vez a mi nieta.
- No hay de qué, Clarise – respondió Jase educadamente.
- ¿Os quedáis a cenar? – preguntó mi abuelo – Íbamos a preparar una barbacoa.
- ¡Claro que se quedan! – contestó mi abuela sin esperar nuestra respuesta – Hoy haremos reunión familiar después de tantos años – dijo ilusionada.
* * *
Jason, Peyton y yo habíamos salido de la casa para pasear por el
inmenso terreno. Enseguida que vi a Kiara, mi yegua, pastando por el
campo se me iluminaron los ojos. Todo el ambiente había estado tenso
y cualquier conversación que intentábamos sacar era terminada
rápidamente por no saber que más decir. Mi primo y Jason eran
amigos de hacía tiempo, daba la sensación de que era yo la que más
incordiaba en aquel momento.
- Voy a montar sobre Kiara – anuncié empezando a caminar más rápido para alejarme de ellos. Me volteé para ver sus caras. Peyton se veía intranquilo mientras que Jason estaba más curioso – Ya podéis empezar a hablar sin que yo os moleste – les animé con ironía.
Narra
Jason
Agradecí que ____ se fuera. Era una coincidencia increíble que ella
fuera la prima de mi mejor amigo. Era un lío tremendo que ninguno de
nosotros podía comprender. Peyton se veía notablemente incómodo.
Miré como ella se aproximaba con delicadeza al animal, lo acariciaba
y empezaba a guiarlo hacia el establo. Miré a Peyton.
- ¿No tenías idea de que tienes una prima? – pregunté.
- Lo sabía, pero no la recordaba. Éramos muy pequeños y creía que hace unos años su padre se la había llevado de la ciudad.
- Solo se la llevó de esta casa – aclaré.
- ¿Por qué la has traído? – preguntó intrigado.
- Nos llevamos bien – respondí sin dar muchas explicaciones – y me gusta – añadí.
- Eso ya era obvio – rodó los ojos – Todos estos años pensando que era una extraña chica solitaria y ahora resulta que es de mi familia – bufó.
- ¿Sabes que su padre es policía? – Peyton cuadró los hombros y tensó la mandíbula.
- Supongo que por eso mi padre decía que era mejor alejarse de algunos familiares – suspiró – ¿Te imaginas en el lío que nos meteríamos si la policía nos pilla?
- No la recrimines por la profesión de su padre.
- No es por nada, pero tú eres el que está metido en más líos – me recordó.
- ¿Crees que no sé lo que hago? – lo callé – Ella se lleva fatal con su padre. La trata muy mal, realmente necesita ayuda – lo avisé.
- ¿Me estás diciendo que me haga su amigo? – me miró estupefacto.
- No idiota – golpeé su hombro – Solo que la comprendas. De todos modos eres su primo, ¿no se supone que debéis llevaros bien?
- ¿Acaso tú te llevas bien con tus dos primas o tu hermana? – acusó. Alcé las manos en signo de retirar lo dicho – Eso pensaba – rió.
Contemplé a ____ trotando sobre el caballo por la hierba. Lo hacía
bien, estaba sentada recta y dirigía el animal con actitud. Era
admirable ver aquello, era una imagen hermosa verla parar y acariciar
el cuello de su yegua para después seguir viéndola dar vueltas.
- Deja de babear – se burló Peyton dándome un golpe en el brazo.
- No babeo, solo veo que cabalga bien – rectifiqué – ¿Sabes ya algo de los encargos de Drake? – cambié de tema.
- Creo que están preparando algo gordo, McCann. Esos tíos parecen tontos pero cuando tienen que actuar son jodidamente peligrosos.
- Explícate – exigí.
- Tienen varios grupos. Se trata de una banda grande con muchos aliados distribuidos por todo el país. La pandilla que se mete con ellos, es pandilla que desaparece.
- Eso son estúpidos rumores – mascullé irritado.
- Puede, pero si se comentan es por algo. Además, Dober ha averiguado que Drake tiene un hermano de unos diez años mayor que él. Aún no sabemos a que se dedica, pero dicen que tu padre se interpuso en algo y les jodió … de ahí que quisieran vengarse y …
- Mataron a mi madre – acabé con rencor. Peyton asintió sin saber que decir – ¿Dónde mierdas has escuchado todo esto? – tragó saliva y se negó a mirarme. Me estaba ocultando algo que no era bueno – Dímelo – ordené.
- Justin Bieber estuvo desparecido durante semanas – empezó a explicar nervioso – Sé que estaba mal por tu madre pero eso ha servido para criar cotilleos y muchos han estado celebrando el duelo de tu padre. Ya sabes cuantos enemigos tiene – suspiró – Le hicieron un homenaje al que tuvo el valor de meterse con tu padre y bueno …
- Ese hijo de puta va a pagármelo – apreté los puños – Todos y cada uno de los que participó en quitarme a mi madre. Incluidos los que se rieron y se burlaron de mi familia – juré.
- Sabes que no estás solo en esto – apoyó su mano sobre mi hombro.
- Gracias – tragué saliva. ____ se acercaba poco a poco con Kiara hasta que pude acariciar el morro de la yegua – ¿Pasándolo bien?
* * *
Habíamos pasado un agradable rato con la familia de ____. Ella se lo
había pasado en grande riendo con sus abuelos … de alguna forma
también conectó con sus tíos y con Peyton aunque seguía siendo
reservada. A pesar de ese detalle, llevaba una feliz ____ en mi
coche.
Me sentía bien con ella. Después de haber hablado con Peyton sobre
el asunto de Drake ella había vuelto conmigo en el momento justo. No
habíamos demostrado ser algo más que amigos. No hacía falta hablar
con nadie sobre como era nuestra relación. Ella y yo sabíamos
perfectamente lo que teníamos entre nosotros.
Esa noche no me quería separar de ella. Sentía que a su lado me
quedaba en calma y que cuando estuviera lejos volvería a ponerme
descontrolado para pensar en que iba a hacer para vengar a mi madre …
todavía me faltaban muchas cosas por averiguar.
- ¿En que piensas, Jase? – interrumpió mis meditaciones.
- En nada en concreto – sonreí – Fue una sorpresa que mi mejor amigo sea tu primo.
- Créeme, ha sido tan sorprendente para ti como para mi y para él – sacudió la cabeza sonriendo – Ha sido divertido volver a ir allí. Gracias por llevarme.
- Deja de agradecer, _____ – protesté cansado – Yo también lo he pasado genial. Encima nos han dado una cena fabulosa – torcí el gesto y ella sonrió.
Aparqué a unos metros de su casa para que nadie viera nada
sospechoso. Ella se dio cuenta y me miró compungida por su
situación. Me preocupé de fuera a llegar demasiado tarde y se
metiera en problemas con su padre.
- Se han hecho las ocho y media – suspiré.
- Está bien, no te preocupes. Alguna vez he llegado a más de las nueve por estar estudiando fuera de casa – la miré sorprendido y se encogió de hombros – Mi cuarto llega a aburrir y me voy a parques o a la biblioteca. Me funciona para no agobiarme al ver siempre el mismo sitio.
- Ya veo – torcí los labios – ¿Crees que puedas ayudarme con las clases que me perdí?
- Claro, el lunes tenemos un examen de historia – me recordó – ¿Quieres que practiquemos?
- Sí – asentí. Lo único que quería era pasar más tiempo a su lado y asegurarme de que estaba bien – Bueno … geografía también me va fatal.
- ¿Vendrás mañana? – preguntó esperanzada.
Sonreí por su entusiasmo y asentí. Poco a poco me acerqué a ella y
su cuerpo se inclinó hacia mí. Pasé mi brazo por su cintura y la
atraje para besarla suavemente.
- No quiero que te vayas – susurré sobre sus labios – aunque sé que te tienes que ir. Lo último que faltaba es que tengas más problemas por mi culpa.
- Te diría que te colaras por mi ventana para quedarnos juntos, pero está muy alta – bromeó.
- Sabes que eso no es un impedimento para mí, ¿verdad? – torcí los labios y contemplé su expresión incrédula – Tranquila. Sé que bromeabas, no iré a molestar tus sueños. Por ahora – añadí por lo bajo.
- ¡Jase! – me dio un golpe en el brazo y me reí – ¿A que hora vendrás mañana?
- A la hora que se vaya tu padre – respondí.
- Entonces te veré a las diez y media de la mañana – sonrió y me dio un rápido pero tierno beso en la mejilla – Hasta mañana, Biebs.
- Adiós, Coops – respondí mirándola con anhelo.
Abrió la puerta y la cerró con cuidado una vez que estuvo fuera del
coche. La vi caminar hasta su porche y abrir la puerta de su casa de
donde salía una intensa luz amarilla. Arranqué el coche cuando
desapareció de mi vista y me fui de allí hacia mi casa.
* * *
Llegué a mi casa y encontré a mi padre sentado frente a la mesa y
concentrado en algunos papeles. Sin hacer el menor ruido retiré una
silla y me puse a su lado para ver que leía. Eran fichas de algunos
gángsters, sus antecedentes, sus aliados, sus movimientos y puntos
de encuentro. Todo estaba detallado por un sinfín de
características.
- ¿De dónde has sacado todo esto? – pregunté atónito.
- Acuérdate de que soy Justin Bieber – sonrió con malicia – tengo enemigos pero también contactos y algunos aliados que ayudan bastante.
- La gente no ayuda sin nada a cambio – le recordé.
- ¿No crees que soy yo el que se está cobrando ahora los favores? Claro que nadie ayuda de gratis en este mundillo, yo principalmente – rebatió.
- ¿Sabes algo de Sean Richards? – pregunté por el hermano de Drake.
- ¿De que lo conoces? – me miró con semblante grave – Jason, te dije que te mantuvieras a un lado de todo esto.
- Y yo que no necesito tu ayuda para seguir adelante, aunque no vendría mal – me encogí de hombros – Yo también tengo contactos.
- Sean Richards se centra en hacer dinero fácil. Trafica con distintos materiales por todo el estado de Delaware – me pasó su ficha. Mientras la ojeaba seguía explicándome – Hace unos meses se entrometió en mi camino … ya sabes que últimamente esta subiendo el número de guardias por algunas zonas y este imbécil dio una alerta de donde iba a hacer la entrega de un encargo. Había mucho dinero de por medio y si nos hubieran pillado ahora mismo estaría en la cárcel – bufó – Por suerte siempre tomo medidas antes de ir al punto de encuentro, pero aquello no iba a quedarse así sin más, así que descubrí a Richards y le tendí una trampa con la que perdió una gran cantidad de dinero y parte de su prestigio.
- ¿No piensas que él sea quien causó el supuesto accidente?
- Hijo, todos los que están en esta mesa tienen los días contados – contestó con veneno – Estos hijos de puta colaboraron entre ellos para matar a tu madre, y te juro que lo que les espera no es una muerte rápida.
- La lista es larga – tragué saliva.
- Me da igual cuanto tiempo me lleve. Tanto Johnny como Lucas ya saben el plan que hemos trazado. El último en morir va a ser ese que tienes en tus manos – señaló la ficha.
- Para que sepa lo que le espera cuando todos sus aliados hayan muerto – analicé en voz alta.
- Lo destruiremos poco a poco – corroboró – Primero derribaré su negocio y después me encargaré de su asquerosa vida – amenazó.
- Quiero colaborar en esto.
- Ya te he dicho que te mantengas al margen y no hagas ninguna tontería – bramó con la severidad en su voz recogiendo las fichas.
Contemplé como apiló los folios y los metía en una carpeta que
guardó en uno de los cajones del salón. Con todas mis fuerzas
contuve las ganas de coger esa carpeta y revisar cada rostro. Si mi
padre no quería mi ayuda yo trabajaría sin él costase lo que
costase, al final, tendría que aceptar trabajar conmigo por lo
entrometido que estaría en el tema.
Mi padre se sentó en el sofá y empezó a ver la televisión. Me uní
a él en el sillón poniendo la mirada fija en la pantalla, sin
embargo, sin prestar nada de atención. Estaba en mi mundo pensando
en lo que debería hacer. Peyton me había dicho que Drake estaba
planeando algo y yo no me podía quedar quieto. Mi cabeza iba a echar
humor … en esos momentos deseaba estar con ____ y desconectar de mi
enredosa realidad y entrar en la suya. Por problemática que fuera la
vida de ella, prefería intentar pensar en ayudar la suya porque de
alguna manera se veía más sencillo. Hacerla sonreír se me estaba
haciendo fácil.
Cogí el móvil y le escribí un mensaje. “En estos momentos
desearía colarme por tu ventana. ¿Qué tal todo por tu casa?” La
respuesta llegó bastante rápida. “Dejaré la ventana abierta
;) Todo está tranquilo por aquí. Ya mismo me duermo”. Sonreí
ante su provocación para que fuera a su casa. Sinceramente no estaba
muy seguro de que eso fuera lo que ella quisiera, pero la
sorprendería, y eso siempre le gustaba. Sin embargo, esa noche no
iba a pasar. “Gracias por la invitación ;) Me alegra que todo
esté bien. Buenas noches, Coops” “Hasta mañana Biebs. Descansa
:)”.
- ¿Qué tal con tu chica, Biebs? – interrumpió mi padre.
- Bien, va bien – sonreí con orgullo extendiendo el brazo por el sofá.
- ¿Saliste hoy con ella?
- Sí – asentí – la llevé a casa de sus abuelos y nos encontramos allí a Lucas y a su familia. Resulta que ____ es prima de Peyton, ¿te lo puedes creer? – sacudí la cabeza con gracia.
- ¡¿Me estás diciendo que tu chica es la hija de Rebecca?! – se alertó – Santa mierda – suspiró y tiró de su pelo hacia atrás – Oh, Dios …
- ¿Qué c*ño pasa? – pregunté irritado – Tampoco es para tanto.
- Jase, su padre es policía – advirtió.
- Lo sé – me encogí de hombros.
- ¡No lo entiendes! ¡No es cualquier policía! ¡Es un policía corrupto que se vende por lo que sea y no le tiembla la mano para aceptar cualquier tipo de trato!
- ¿Y como sabes eso? ¿Qué más sabes de su familia?
- Solo te voy a decir que te alejes de ellos – me señaló advirtiendo.
- Ja – me reí en su cara – No. ¿Por qué iba a hacerlo? Si su madre era hermana de un criminal como Lucas y se casó con un policía, ¿por qué no voy a poder salir con su hija a la que odia? Ella jamás me delataría a mí ni a nadie con su padre sobre lo que hacemos.
- Sé más de lo que tú crees, ten cuidado con ella.
- ¡No la conoces! – grité a la defensiva poniéndome en pie.
- ¡Jason, siéntate! – ordenó mi padre.
- ¡Me largo! ¡Estoy seguro de que mamá me entendería mil veces mejor que tú! ¡Tú no sabes una mi*erda!
Salí del apartamento dando un portazo y bajé para llegar a mi
coche. Sabía que aquello le dolería. Parte de mí quería hacerle
daño porque quisiera que me distanciara de la única persona que
realmente me estaba ayudando desde que mi madre falleciera. Ella me
entendía y me aceptaba tal y como era a pesar de las discusiones. En
cierto modo, sabía que con ella podía comportarme de una manera que
solía podía mostrar a mi madre anteriormente.
No sabía que hacer en aquel momento. Prendí el motor y empecé a
conducir a toda velocidad para dirigirme a la autopista para correr
aún más. Lo único que sentía eran ganas de tirar todo por la
borda, destruir todo lo que me estaba amargando la vida.
Una idea pasó por mi cabeza ante lo que mi imaginación acababa de
plantear. Presionando el acelerador me dirigí al solar donde
solíamos reunirnos los chicos y yo.
Saliendo del coche entré en contacto con frío aire que se formaba a
las afueras de la ciudad. Caminé por el sendero escondido y hallé
el cuartucho abandonado que un día habíamos encontrado por
casualidad. Allí guardábamos ahora todas nuestras armas bajo un
falso suelo.
Abrí la puerta metálica y oxidada. Chirrió en medio la noche y un
escalofrío me recorrió la espina dorsal. Levanté una de las
baldosas y cogí una Glock junto a unos cuantos explosivos.
Ni siquiera sabía bien lo que iba a hacer, pero estaba decidido a ir
hacer explotar y reventar algunos planes de los que se habían metido
conmigo. Literalmente, los iba a hacer añicos.
--------------------------------------
Coméntame en twitter: @itsBieberFanfic :)
--------------------------------------
Coméntame en twitter: @itsBieberFanfic :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario