martes, 12 de febrero de 2013

Capítulo 17: Me Saca de mis Casillas


Escuchamos la puerta de abajo abrirse y a dos personas hablando. Miré el reloj instintivamente.
  • Podrías quedarte a comer – me ofreció Zayn.
Era tan dulce. Acaricié su mejilla y me acerqué a él. Presioné un suave beso en sus labios y me separé de él. Ambos sonreímos y nos desquitamos de toda la tensión almacenada con la conversación.
  • Mis padres me esperan – me disculpé.
  • Quiero seguir hablando contigo – hizo un puchero.
Una niña irrumpió en el cuarto y saltó al lado de Zayn.
  • Waliyha, te dije que tocaras a la puerta antes de entrar – le regañó – ella es mi hermana – me indicó Zayn – y ella es ____ – le dijo a la chica.
  • Hola – me saludó. Volvió la vista a su hermano – ¿estás enfermo?
  • Un poco – le acarició el pelo – ¿ya hizo la abuela de comer? - asintió enérgicamente – anda baja y ayúdale a poner la mesa, ahora voy yo.
  • ¿Comes con nosotros? - me preguntó – Nunca has traído una chica a casa, Zayn – le acusó Waliyha – ¿cuántos cubiertos pongo?
  • Solo para vosotros, yo tengo que irme – le sonreí.
La niña de unos once años se encogió de hombros y salió dando saltos de la habitación.
  • Mmm … creo que te traído un problema viniendo sin avisar.
  • Probablemente pregunten un poco – sonrió – no importa. Pero seguro mi abuela insista en que vengas a comer otro día. ¡Eres la primera chica que viene! - se burló.
  • ¿Que les vas a decir?
  • Que somos amigos, no necesitan saber más. Pero ____ … ¿en que punto estamos en realidad? - me miró con cuidado.
  • ¿En qué punto quieres estar? - contraataqué.
  • Es obvio que somos más que amigos – asentí.
  • No te he preguntado en que punto estamos, sino en cual quieres estar – sonreí victoriosa.
  • Lo sabes, sabes lo que he querido desde que te vi.
  • Bueno, pues estoy aceptando estar en ese punto de nuestra relación.
  • Han pasado dos semanas desde que nos vimos por primera vez, ¿sabes que estás aceptando ser mi pareja?
  • Sí, Zayn, lo sé – lo miré a los ojos – me da igual el poco tiempo que nos hayamos visto, sé que quiero estar contigo.
Me abrazó y tiró de mí hasta que quedé sobre él encima de la cama. Al principio estaba pegada su cuerpo por completo, alcé la cabeza y su boca asaltó la mía en medio de una sonrisa.
  • Será mejor que bajemos – susurró al distanciar nuestros labios.
  • Sí – reí – aún te toca llamar – le recordé.
  • Lo sé – se levantó y me tendió la mano – no tardaré mucho en hacerlo.
* * *
 
Llegué a justo a tiempo para comer con mis padres. Después subí a mi cuarto para empezar a hacer los deberes del instituto. Abrí la mochila y saqué un par de libretas. Un folio doblado cayó al suelo. Lo recogí y lo desdoblé para ver que era antes de tirarlo a la papelera. No eran apuntes, era una carta.

Tú, _____ Bolton. Eres la culpable de todo el dolor de dos familias. No creas que vas a escapar y a salir de rositas después de todo lo que has provocado. Tú y tu estúpido novio, vais a pagar. No sé donde demonios se ha metido Justin, pero ambos acabaréis en el mismo sitio, en mis manos para llevaros al infierno. No sabes quien soy, no me conoces, pero no te impacientes, pronto lo sabrás y desearas no haber nacido nunca. Dile a Justin que da igual donde se esconda, lo encontraré o lo haré venir.

Atte. MF.

Pasó cerca de un minuto hasta que me di cuenta de que no estaba respirando. Era una clara amenaza de muerte. Este estúpido creía que Justin seguía conmigo y se había escondido de él. Maldito Justin. La carta estaba en mi mochila. Alguien del instituto tenía que haberla metido. Mierda, mierda, mierda … no tenía seguridad en ningún sitio. ¿Cómo se estaba moviendo este acosador, MF? ¿Me seguía? ¿Sabía todo lo que hacía como Zac y Troy? No … sino sabría que … no, ¿que iba a saber? Antes de ver a Zayn no había salido apenas de casa, y me distancié de todo el mundo. Eso la gente lo podía interpretar de cualquier manera menos por lo que era en realidad. Zayn … ¿y si me veía con él? ¿Lo estaba poniendo en peligro? Joder. Claro que sí. ¿Qué iba a decirle a Zayn? No, no puedo decirle nada. “¿Estás loca?” Me grita el subconsciente. Tendría que hacer algo para mantener lo nuestro de manera discreta. Maldita sea … ¿Justin creía que de verdad empezaría de cero? Toda esa mierda de pasado me seguía y no me dejaría en paz.

Me tiré a la cama histérica. Empecé a llorar y a dar puñetazos contra el colchón. No era justo. Esto tenía que ser una pesadilla y me despertaría en cualquier momento. Quería despertar ya. Seguí llorando desconsolada rogando que todo fuera un mal sueño, irónicamente, me desmayé en un sueño aterrador.
* * *
Me desperté. Eran las tres de la mañana. “¿Cuántas horas he dormido? No he hecho nada del instituto y tengo que ir allí en cuatro horas.” Empecé a hacer toda la tarea que pude, a duras penas, la terminé cuestionando la certeza de todas las respuestas. La carta estaba en el suelo. La recogí y la doble para guardarla en una caja. MF. Estuve pensando … supuse que esas iniciales correspondían a su nombre y su apellido. No había nadie con esas iniciales que conociera, pero alguien cercano tuvo que meter la carta en mi mochila mientras estaba distraída.

Fui al baño. Las ojeras marcaban mi rostro. Creí que había llorado en sueños. Me duché pensando en alguna solución. ¿Qué co*ño haría Justin? Volverse loco, eso lo primero. Y yo ya estaba desquiciada, así que … primer paso hecho. Hubiese ideado un plan, lo más seguro es que hubiera pedido ayuda a sus amigos, pero yo no tenía amigos en ese momento, así que trazaría un plan y lo resolvería por mí misma.

Me maquillé y me vestí. No podía amargarme. No otra vez, no. Tenía que ser más valiente y dar una imagen de chica fuerte y segura de lo que hacía. No iba a mostrar más temor.

Miré el salón, Clark dormía en su cestita. Fui a la cocina y llené su comedero de comida y agua por si despertaba. Después de un buen desayuno, salí pronto de casa, quería conducir despacio para controlar mis nervios. Me aseguré de mostrar buena cara antes de poner un pie en la calle. Recordé a Justin. Siempre lo acusaba de su chulería, sin embargo, le funcionaba para ser esquivado.

Salí del coche y entré en el instituto. Había poca gente por los pasillos. Dejé lo que no necesitaba en la taquilla y cogí los útiles de mi siguiente clase … Mierda. ¡Había examen y lo había olvidado por completo!

Entré al aula con las manos sudando. Saqué el bolígrafo intentando hacer un repaso mental de todo lo que había estudiado la semana anterior. Me he quedado en blanco … estoy segura de que me sabía todo el temario pero con los nervios no recordaba nada. El profesor repartió el examen y todos empezaron a escribir. Leí y releí las preguntas. Nada. Sentía la impotencia por todo mi cuerpo. El estómago se me revolvió. Escribí estupideces que asomaban en mi cabeza sobre como resolver las derivadas y las integrales. Los problemas era algo imposible en lo que pensar. Quedaba media hora de examen y yo sabía que no escribiría nada más. Me levanté y le di el papel al profesor. Me miró sorprendido, le miré con disculpa.
  • He terminado, no me encuentro bien, ¿puedo salir de clase?
El profesor asintió seriamente para que me retirara. Sentí arcadas. En cuanto puse un pie fuera del aula corrí al baño para vomitar. Tarde dos minutos en recomponerme. Me miré en el espejo y me lavé la boca. Tras colocar bien los cabellos rebeldes abrí la puerta del baño. A tiempo, vi que había un chico en el pasillo mirando a todos lados. Me escondí y miré disimuladamente. El chaval se puso frente a mi taquilla y metió un sobre.

Una nube de ira cubrió mi visión. Salí del baño y me puse tras él. Cuando se giró se sobresaltó y lo arrinconé contra las taquillas presionando la mitad posterior de mi brazo en su cuello.
  • ¿Que mierda haces aquí, eh?
  • Lo siento, lo siento – repitió varias veces alzando las manos a los lados. Aquello me enfadó más. Cogí el mechón de su flequillo y tiré de él para rebotar su cabeza contra la taquilla – perdón – suplicó.
  • ¿Quién te manda?
  • No puedo decírtelo, por favor, no me hagas daño, si te lo digo me matara – sentí un pinchazo en el estómago.
  • ¿Has leído las notas?
  • No, no, no. Lo juro. Por favor, créeme.
  • Te creo – le solté enfurecida – dile a MF que no le tengo miedo, que Justin se ha ido para siempre y que si tiene cuentas pendientes que venga de frente. ¿Entendiste? - el chico asintió fuera de sí – ¡largo!
El chico desapareció por la esquina. Abrí la taquilla y cogí el sobre que acaba de meter el chico. Una sola palabra. <<ASESINA>>

La palabra sonaba tan horrorosa y llena culpabilidad que me dio un escalofrío. Rompí el papel en pequeños pedazos hasta que la palabra fue ilegible y los tiré a una papelera.

Yo no era una asesina. Había sido defensa propia. Sino hubiese disparado aquella pistola Justin hubiera muerto en mis brazos y Zac me hubiese matado después de violarme. No era culpa mía. O sí … yo jugué con él e hice que se enfadara tanto que buscó venganza.

“Justin te diría ahora que esos dos se merecían la muerte” Susurra esa diablesa interior tan perspicaz. Yo no era así. Si pensaba que habían exagerado su manera de hacerme pagar por burlarme de ellos, pero en ningún momento los hubiese matado sino hubiera sido por puro acto reflejo para salvar mi vida. Pero no me podía torturar por lo que hice, no era culpable, punto.

No podía llamar a la policía por este nuevo acoso, todo el mundo se enteraría de lo que paso aquella mortificante noche. No era yo sola la que estaba involucrada, sino Justin, Lucas, Johnny, e incluso Ally porque lo sabía todo y sería cómplice. No podía hacer nada de eso. Tenía que cargar con esto sola. Veamos cual es el siguiente paso de MF …

Volví al coche y le mandé un mensaje a Ally y Marcie. <<No estoy bien, me voy del insti, no os preocupéis>> ¿Qué hago ahora? No puedo volver a casa porque es muy temprano. Pensé en Zayn, pero no quería molestarlo … le mandé un mensaje. <<Llamame cuando puedas >>

No hizo falta esperar mucho enseguida empezó a sonar el tono de llamada.
  • Hey ¿Qué pasa? - saludó alegre – ¿me echas de menos tan temprano?
  • En realidad sí. ¿Podemos vernos?
  • Claro – respondió rápido – ¿no estás en clase?
  • No me encontraba bien y he salido. Necesito verte.
  • ¿Ha pasado algo?
  • Sí, no … bueno, ¿te apetece pasear por el parque?
  • De acuerdo. ¿Quedamos en la puerta?
  • Vale.
Aceleré el coche por las calles. No sabía ni siquiera que iba a decirle a Zayn. No, más bien era una vía de escape para ser un rato normal y no una chica constantemente acosada.

Aparqué el coche a unos metros del parque y me caminé hasta la entrada del parque. Zayn ya me esperaba y me vio enseguida. Caminó hacia mí para adelantar nuestro encuentro.
  • Hola – le abracé por debajo de sus brazos.
  • Hola – presionó un beso en mi coronilla – ¿estás bien? - asentí apoyada en su pecho – ¿por qué te pusiste mal?
  • Me puse nerviosa para un examen, me quedé en blanco, después me sentí impotente porque había estudiado y acabé con el estómago descompuesto.
  • ¿Quieres tomar algo?
  • Sí, me vendría bien ahora – me separé para mirar su rostro.
  • Vamos – dibujó una sonrisa, cogió mi mano y la beso antes de empezar a caminar hacia una cafetería con nuestros dedos entrelazados.
Nos sentamos en una pequeña mesa y pedimos una manzanilla para mí y un té para él. Zayn no soltaba mi mano en ningún momento.
  • ¿De qué quieres hablar?
  • No sé, preguntame lo que quieras – le sonreí.
  • Vale, ¿Cuál es tu color preferido? - preguntó al azar.
  • El malva – reí – Es un color muy vivo, me encanta verlo en el cielo cuando amanece.
  • Vaya, el mío es el azul noche – quedó pensativo – Dime una cosa, ¿quieres mantener lo nuestro entre nosotros?
  • ¿Te refieres a que … cuanto menos gente sepa que somos novios, mejor? Sí, lo prefiero.
  • Ya lo suponía – sonrió.
  • ¿Se lo querías decir a alguien?
  • No, estamos de acuerdo en esto. Soy bastante reservado en cuanto a con quien salgo.
  • ¿Muchas novias? - alcé las cejas de forma inquisitiva.
  • Novias, no. Ligues, muchos. Tan solo hubo una chica formal y acabamos mal.
  • Nos parecemos mucho – dije sin pensar.
  • ¿Por?
  • Yo también tuve una sola pareja de verdad, una por la que cambié y dejé de jugar a ser la “cazadora” como dice mi amiga Ally, pero … al final los dos acabamos fatal.
  • ¿Es por ese chico que estás así? - asentí sabiendo que se refería a mis inseguridades – vale, no hace falta que me digas más, si no quieres – rozó la yema de su pulgar con mi mano.
  • Entonces cambiemos de tema – sonreí.
  • De acuerdo – torció su boca en aquella sonrisa tan suya, mordí mi labio inferior – ¿por qué te muerdes el labio?
  • Por tu sonrisa – admití – me saca de mis casillas. Te ves demasiado – sexy, irresistible, irreal
    – bien – de la lista de cosas que había pensado escogí la más cutre.
  • Demasiado bien – repitió pronunciando la sonrisa – Me gusta volverte loca – rió, yo alcé mis cejas – digo, para variar un poco, siempre soy yo el que cae rendido a tus pies.
  • Lo sé – dije con fingida autosuficiencia – tengo mis encantos – reímos.
Zayn pagó la cuenta de lo que habíamos tomado y seguimos con nuestro paseo por el parque.

1 comentario:

  1. Necesito el proximo yaa por favoor.
    SIGUIENTE, eres la mejor solo 17 capitulos y ya estoi mas que enganchadaa, muchisimaa graciias por ser tan ¿Perfecta? si creo que esa es mejor palabra que puedo decir :)
    Nerea

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