Apoyándome
en su hombro, Jason me sostuvo y me guió hasta el salón para
sentarme en el sofá. Él me estudió de pie y salió un momento para
volver con las gasas y el alcohol. Se sentó a mi lado y me miró con
media sonrisa. Me incliné para coger de sus manos lo que había
traído y me lo retiró.
- Yo te curaré – me miró severo – pon tu rodilla sobre mis piernas.
- ¿Quién te crees que eres? – enarqué una ceja.
- No soy nadie, solo intento ayudarte. Quizás así confíes un poco en mí – sus ojos encontraron los míos. No supe lo que me transmitió, pero algo me decía que le hiciera caso.
- Me acabas de decir que hago bien en no confiar en ti – respondí poniendo la pierna sobre las suyas mientras aguantaba mi peso con las manos sobre el sofá.
- Una cosa es lo que está bien. Otra lo que yo quiera conseguir – su tono orgulloso y confiado de sí mismo me repelieron – Por lo general hago lo contrario a lo que está bien. ¿Y tú?
Esparció
un poco de alcohol sobre la herida y gemí de dolor echándome hacia
atrás y tumbándome en el sofá sin poder aguantar la punzada en la
rodilla. Sentí que Jason soplaba sobre la superficie para aliviar el
escozor. Después colocó una gasa y la pegó con esparadrapo.
Suspiré.
- Gracias – dije avergonzada de que alguien me hubiera visto en esas condiciones.
- No es nada – ladeó la cabeza – ¿Vas a contestar mi pregunta?
- Yo … hmmm, bueno … Suelo cumplir las normas – me incorporé y me encogí de hombros.
- Eso es aburrido – torció sus labios con maldad.
- En resumen, soy aburrida – bufé. No es que estuviera ofendida, era la verdad. Sin embargo algo en mi interior quería que yo le resultara interesante a aquel chico y me sentí decepcionada conmigo misma.
- Puedes aparentar eso – contestó – Yo creo que no has tenido la oportunidad de demostrar de lo que eres capaz.
- ¿Propones que te lo demuestre a ti? – volví a alzar las cejas con algo de burla.
- Te saldrá solo, sin ni siquiera intentarlo – se levantó del sofá y me miró desde arriba – ¿Quieres quedar mañana?
- No tengo nada que hacer – me encogí de hombros – Salvo conocerte para ese dichoso trabajo de ética – torcí los labios – ¿Qué quieres que hagamos?
- No suelo salir con chicas como tú – sonrió – Mejor elige tú, no quiero asustarte con mi elección – tras su gesto de diversión, algo perverso se escondía en su rostro.
- Mmm … yo directamente no salgo nunca con nadie – rodé los ojos – Lo que elijas tú será mejor – dije con cansancio por no saber como actuar y socializar.
- _____, quiero saber lo que te gusta hacer. Quiero que seas tu misma y te sientas cómoda conmigo. Cualquier sitio, cualquier cosa con lo que te sientas relajada – rogó.
Pensé
en el único lugar donde dejaba de fingir y me sonrojé por lo
extraña que podía ser mi idea. Sacudí la cabeza para mí misma
deshaciendo aquel pensamiento y volví a mirar los ojos de Jason. Su
mirada exigía una respuesta sincera y estaba forzada a abrirme a
aquel chico.
- El cementerio – susurré agachando la cabeza.
- ¿Qué? – demandó.
- Olvídalo, será mejor que vayamos a tomar un café como cualquier persona normal diría – negué con la cabeza mientras observaba sentada el suelo.
- ¿Has dicho el cementerio? – se agachó poniéndose en cuclillas entre mis piernas para alzar la cabeza y encontrar mis ojos avergonzados. Los cerré negándome a revelar lo que sentía – Puedo ser tan anormal como tú, ¿sabes? – desplegué los párpados y lo miré escéptica – Podemos ir al cementerio y … tomar un café – sonrió – Un poco de rarito y otro poco de normal – se burló.
Me
sorprendí por su entusiasmo. ¿No se suponía que cualquier persona
saldría corriendo en el momento en el que alguien le diría de ir a
un cementerio para pasar el rato? No podía creer su desinterés en
mis rarezas. En aquellos momentos no sabía si se estaba tomando muy
en serio el trabajo de ética y que pasaría sobre cualquier cosa
para aprobar o era posible que no le importa lo extraña que era y lo
que pensara la gente al verlo conmigo.
- ¿Aceptas o no? – me miró insistiendo en clavar sus pupilas sobre las mías.
- Sí – asentí – claro que sí – torcí mis labios sin llegar a sonreír.
- Entonces pasaré a por ti a las cinco – asentí aceptando la hora – Nos vemos mañana – se giró para marcharse y lo vi salir por la puerta.
Me quedé
fijamente mirando el camino por donde se había ido. Aquel chico no
era normal. Jason tenía tan poco sentido común como yo y eso era
consolador por una parte, por el otro lado era totalmente inquietante
porque lejos de que Jason fuera un chico corriente, él escondía
algo que lo rodeaba de oscuridad.
Narra
Jason
Después
de haber estado casi toda la tarde con _____, regresé a casa
extrañado de que hubiese realizado planes tan normales como salir
con una chica … aunque teniendo en cuenta que sería en un
cementerio, no podía decirse que fuera un plan muy normal. No
importaba, _____ parecía una chica desconfiada del mundo entero. No
sabía porqué, pero verla tan desafiante me hizo verla como un reto
para que ella me diera una oportunidad de entrar en su vida e
intentar conocerla.
Habíamos
estado en la misma clase durante cuatro años y nunca habíamos
hablado. Ella siempre había querido pasar desapercibida y se sentaba
en un rincón, como yo. Aquello fue lo que atrapó mi atención sobre
ella. Llevaba observándola tiempo y nunca había sido como hasta
aquel día. Sin darse apenas cuenta, me había revelado que algo
dentro de ella tenía ganas de salir y revelarse ante los demás.
Después de todo, toda su vida callada y sin amigos tiene que ser
algo irritante.
Paseé
por casa y encontré a mi padre en el despacho donde solía trabajar
mi madre. En aquel momento recordé porque estaba evadiendo a mi
familia. Mi padre estaba destrozado desde hacía dos semanas y
parecía no querer recuperarse y salir del profundo pozo en el que se
había escondido.
Toqué a
la puerta y entré. Él alzó la cabeza y me miró intensamente para
después servirse algún tipo licor en un vaso. Sabía por sus
ojeras que llevaba ahí muchas horas.
- Hola papá – saludé.
- Hola Jason – respondió con voz ronca – ¿Qué tal tu día, hijo?
- No estuvo mal – me encogí de hombros – ¿y tú que hiciste?
- Nada, estuve aquí todo el día – me tendió el vaso invitándome a echar un trago. Negué con la cabeza y cogí el vaso para alejarlo de él – ¿Qué haces, Jason? – se irritó.
- No puedes pasar los días aquí, papá. Tú nunca te emborrachas, tú siempre has sido fuerte.
- Dejé de serlo cuando perdí a tu madre – me recriminó. Una punzada me atravesó el pecho. Yo sabía muy bien que mi madre había tenido el supuesto accidente cuando iba a recogerme del colegio y me sentía culpable de ello.
- Mamá no querría verte así – mi hermana surgió detrás de mí para respaldarme – Si sigues así esta casa se va al infierno, papá. Literalmente – mi padre la miró con cautela – eres Justin Bieber, ¿crees que tus enemigos no saben que estás pasando por un momento de debilidad?
- No te permito que me hables así, Janelle – se levantó mi padre – Tu madre nunca hubiese querido que te metieras en mi trabajo así que mantente al margen – advirtió.
- ¿Cómo quieres que nos quedemos a un lado cuando no estás haciendo nada? – pregunté yo – ¡Sabes como yo que lo de mamá no fue un maldito accidente! – grité.
- ¿Y qué quieres que haga? ¿Crees que es tan fácil averiguar quien lo hizo y vengarse? Le prometí a vuestra madre que cuidaría de vosotros – quedó pensativo por un momento. Enmudeció y vimos sus ojos hincharse en sangre – Voy a cumplir mi promesa a partir de hoy – pareció recapacitar – Siento haberos abandonado estas dos semanas, chicos. Vosotros estáis tan mal como yo – reconoció – Las cosas van a cambiar – sentenció.
- ¿Vas a vengar la muerte de mamá? – se alarmó Janelle. Antes de que mi padre diera una respuesta, mi hermana soltó su torrente de palabras – No papá, no te metas en más líos – sollozó – Ya perdimos a mamá como para que te perdamos ahora a ti.
- Janelle, tu madre nunca se metió en mis asuntos pero de todos modos me dejaba actuar a mi manera. Ella sabía perfectamente como era mi mundo. Sabía lo peor de mí y nunca quiso que vosotros vierais aquello – hincó un codo en la mesa y tiró de su cabello hacia atrás en desesperación – Tenéis que alejaros de todo esto. Para empezar, nos mudaremos. Tienes razón cuando dices que esta casa va a ir al infierno.
- No puedes vender esta casa – musité. Ambos me miraron – Aquí están todos nuestros recuerdos como familia. No quiero alejarme de ellos – expliqué.
- Yo tampoco – contestó mi padre – Nos iremos a mi apartamento de la ciudad. Este sitio ya no es seguro. Está alejado de todos sitios y para estar seguros necesitamos bullicio a nuestro alrededor … al menos por el momento – susurró.
- Papá … yo prefiero irme con Christian – sugirió Janelle.
- ¡Ni creas que te voy a dejar ir con tu novio así por las buenas! – gritó mi padre.
- ¡Tengo la misma edad que cuando tú y mamá me concebisteis! – le echó en cara – Solo prefiero vivir tranquila con mi pareja antes que estar presente en los líos en los que te vas a meter – explicó más calmada para que mi padre entendiera.
- No me fío de ese chico – se quejó. Una vez más quedó en silencio, supuse que en ese momento echó de menos a mi mamá – Pero tu madre tenía razón, ya eres mayorcita – siguió nostálgico.
Janelle
se acercó a mi padre y rodeó sus hombros cariñosamente. Mi padre
me miró y supe que estaba invitado a unirme. Los abracé a ambos
intentando recordar el calor que podía sentir con los abrazos de mi
madre. No sabía cuanto tiempo llevábamos sin acercarnos a mi padre.
Desde el funeral habíamos estado muy distantes, pero parecía que
una vez más podríamos ser una familia unida, tan solo con la pieza
faltante que era la figura materna.
Narra
_____
Terminando de tomar mi cena y guardando los restos en la nevera como
había mandado mi padre, me dirigí a mi cuarto para encerrarme y
evitar el encuentro entre mi espléndido padre y yo.
Tirada en mi cama e intentando dormir, repasé lo último que había
pasado en el día. Recordé cuando le dije a Jason que había vivido
con mis abuelos … los echaba de menos. Hacía mucho tiempo que no
los veía porque ellos vivían lejos y mi padre nunca estaba
dispuesto a llevarme a ningún sitio, mucho menos a la montaña.
Escuché ruidos abajo y cerré los ojos. Escuché las botas de mi
padre arrastrarse por el pasillo. Cuando lo sentí subir las
escaleras me sentí amenazada. Noté la puerta entreabrirse y yo
simulé estar dormida.
- ¿Por qué demonios finges? – espetó – Es muy temprano para dormir.
El tono de su voz me advirtió que estaba bebido. Aquello lo hacía
posiblemente más agresivo de lo que podía ser. Empezaba a
asustarme.
- No fingía. Solo intentaba conciliar el sueño – expliqué.
- ¡Escusas! – reclamó – ¡Me evitas! – era algo que hacía siempre, no sabía de que podía extrañarse por borracho que estuviera – ¿Con quién estuviste hoy, eh?
- ¿Q-qué? – tartamudeé. No entendía nada – Solo fui al instituto – aseguré incorporándome en la cama. Lo miré y me sentí acorralada por su mirada.
- ¡No mientas, perra! – gritó – El vecino te vio entrar con alguien a casa.
- Yo, yo … Me caí, él me ayudó a llegar. Solo eso – dije a toda prisa.
- ¡Eres una inútil! – hundí mi cabeza entre mis rodillas – ¡Fuiste el mayor error de mi vida! ¡¿Lo entiendes?! ¡Eres débil y no sirves para nada!
Dicho aquello se giró orgulloso y salió dando un portazo tras de sí
con el que me encogí de miedo. Mi cuerpo empezó a dar sacudidas y
me recosté hundiendo mi rostro en la almohada. Amortiguando los
sollozos, borrando las lágrimas al segundo que salían y evitando
por todos los medios que mi padre me escuchara llorar. Sobre todas
las cosas, si me oía, le daría el gusto de restregarme que tenía
razón en cuanto a que era débil. Lloraba todas las noches y si él
lo hubiera sabido me habría dado ya una paliza. Yo había sido lo
peor que había acontecido en su vida y siempre me iba a despreciar.
FAST FAST FAAAAAAST RUUUUN! SIGUIENTE CAPITULO RAPIDOOOO!! Me enkanta tu segunda temporadaa!! Perdon por no aber comentado, es que con los examenes... Es un poco dificil conseguir algo de tiempo... Bueno que ya me he enganchado a tu novela! Con 3 capitulos! Esque escirbes geniaaaaal! Tendrias que dedicarte a estooo y si lo harias, seria tu mayor seguidora y compraria todos tus librooooos! Bueno, me encanta el estilo k utilizaen esta temporada. No te aburro, siguiente pero yaaa lo necesito. Me encantaria k saliesen juntooos! Espero k pasee. Y me parece muy mal k se aya muerto._____. Te dejo escribirr jajaja. Tekierooooo
ResponderEliminarPD: En tuenti soy Oihana Santiago Segura.