Capítulo 42: Jugamos una Doble Personalidad

Han pasado siete meses desde que desaparecí, siete meses desde que nadie sabe nada de mí salvo Zayn, siete meses sin saber nada de Jason para mantenerme fría, siete meses desde que lo último que supe de él fue un mensaje que decía: “Dónde estás? Te echo de menos”. Fui feliz con el hecho de que estuviera echando de menos mis mensajes y saber todos mis movimientos. Después de aquel mensaje guardé el móvil en un lugar para no usarlo más y desconectar finalmente de todo mi pasado.

Mi vida era completamente nueva. Era otra ____. Las únicas personas que veía en mi entorno eran Zayn, Drake, drogadictos y ancianos.

Mi plan estaba en su culmen. Tomaba muchos riesgos pero yo estaba consiguiendo sacarle información a Drake que después le pasaba a Zayn. Éste la utilizaba como más le convenía y la compartía con Justin y su pandilla. La guerra se había desenredado y yo era un topo, una infiltrada que Drake podría eliminar en el momento que se diera cuenta. Él me había pasado a vender drogas por ciertas zonas. Los tratos se hacían y quedaban en ciertos lugares, yo acudía para dar el encargo y a mí me pasaban el dinero. Obviamente iba armada y últimamente daba mucho uso a mi pistola para apuntar cabezas y amenazar. Más de una vez había tenido que disparar, las circunstancias eran muy extrañas y duras a mi alrededor. No había manera a que me acostumbrara a toda aquella mierda a pesar de haber pasado más de medio año.

Zayn y yo siempre nos veíamos en las afueras de Delaware para que nadie nos viera. ¿Qué como iba? Drake compartía conmigo parte de las ganancias por traficar y había conseguido comprarme un coche, pequeño, pero un coche al fin y al cabo para ir a todas partes.

Hablaba poco con el que era mi padre biológico, pero estábamos estrechando una buena relación. Él me aconsejaba, se preocupaba por mí a pesar de que lo mantenía al margen y básicamente no sabía nada de como estaba siguiendo mi vida. Solo tenía temor por lo mismo que yo. Por que Drake se diera cuenta de lo que estaba pasando … aunque mientras yo lo mantuviera contento él no pensaría que yo estaría engañándolo. Drake aún creía que era una chica inocente cumpliendo sus órdenes y deseos. Ciertamente había incluso momentos en los que pudiéramos parecer amigos aunque otras tantas acabásemos de otra manera. Estaba jugando muy bien mi papel, tanto que me empezaba a apetecer hacerme actriz.

Salí de mi turno de la residencia de mayores para dirigirme a mi departamento. Sí, trabajaba con ancianos. El lugar quedaba cerca, me mantenía ocupada y nadie me encontraría allí. Tan solo Drake sabía donde trabajaba pero él nunca acudiría allí para encontrarme.

Los ancianos me entretenían. Me hacían sentir más humana. La residencia necesitaba un empleado que ayudase a aquellas personas. Los escuchaba, les contaba historias de mi vida aunque algunas fueran inventadas. Podía llegar a ser divertido aunque a veces fuera desconsolador ver a la gente tan envejecida pero aún así tan llenas de espíritu. Tampoco había mucha calma todos los días, como en los que te encontrabas con ataques cardíacos, perdidas bruscas de memoria o grandes temblores de manos … Era un buen trabajo. El sueldo era bajo pero merecía la pena pasar mi tiempo allí para aprender sobre la vida.

Por el camino entré a una tienda para comprar bebidas. Drake siempre que venía bebía algo de vodka, cerveza o whisky. Estaba segura de que moriría de alguna deficiencia del hígado si alguien no se encargaba de matarlo antes.

Una vez que estuve tirada en mi sofá, encendí la televisión y empecé a holgazanear. Llevaba haciendo durante mucho tiempo. Mi vida era aburrida en el estudio, sin embargo cuando salía era todo para tener acción. Eran casos tan extremistas que ya no sabía ni lo que prefería. Había dejado de ser feliz. Todo rastro de humor había desaparecido de mi vida.

Escuché la puerta abrirse a mi espalda. Me giré para encontrarme a Drake entrando en el departamento.

• Hola nena – se acercó a mí inclinándose para besarme.

Era algo que había tenido que aprender a soportar. Todo con Drake era una actuación y toleraba muchísimas cosas pero yo misma me había puesto límites. Como por ejemplo, el sexo.

• Hola – respondí volviendo a girarme hacia la televisión – ¿Qué tal el día?
• Ajetreado. Necesito que vengas esta noche conmigo.
• ¿Por qué? – fruncí el ceño. Pocas veces habíamos salido juntos. Solo alguna vez me sacó del apartamento para respirar aire fresco entre sus amigos cuando empecé a involucrarme en el negocio de las drogas – ¿Hay algún encargo?
• Hoy tendrás una misión diferente. Simplemente me acompañarás y punto – me miró serio. No iba a darme más información – ¿Has hecho la cena? – negué con la cabeza y él se sentó a mi lado en el sofá – Bien, porque traje comida china – sonrió colocando una bolsa llena de cajas sobre sus piernas.

En ciertos aspectos, Drake podía ser agradable. No era demasiado difícil estar en su presencia mientras no se pusiera agresivo.

Hice un amago de sonrisa torciendo mis labios agradecida. Lo último de lo que tenía ganas era de cocinar, me había salvado.

• ¿Y adónde vamos a ir? – pregunté por sacar conversación.
• Sabes que no te voy a dar explicaciones de lo que haremos, sea donde sea – dijo sacando una caja blanca y roja y tendiéndomela – Tallarines.
• Gracias – cogí la caja y un instante después Drake me dio unos palillos chinos – Va a ser una hazaña si consigo comer con esto – mascullé. Él se carcajeó sacando comida para él – Si voy a tener una misión, ¿no se supone que deba saber que hacer?
• No. Tú simplemente acatarás mis órdenes en el momento que te las dé, ¿entendido? – asentí sin ganas intentando coger los palillos de alguna manera que fuera correcta – Eres un desastre – se burló mientras yo intentaba coger los tallarines – ¿Qué hay de beber?
• Compré de todo un poco antes de venir del trabajo – señalé un armario y él se dirigió a él para sacar una botella de cualquier cosa – Creo que hay tequila en el fondo. Pega con esta comida, ¿no? – Drake asintió y cogió lo que yo dije.
• No vamos a beber mucho ahora – advirtió. La mayoría de las veces acababa emborrachándole para que me dejase tranquila – ¿Cómo te fue con los viejos?
• Bien – dije encogiéndome de hombros mientras seguía atrapando tallarines. Sabía que a Drake no le interesaban nada los ancianos a mi cuidado – ¿A qué hora nos iremos?
• Tarde. Hay tiempo para relajarse – dijo sirviéndose un vaso – ¿Quieres? – negué con mi cabeza – ¿Pasa algo, ____?
• ¿Debería? – enarqué una ceja.
• Llevas días poco comunicativa – dejó su comida sobre la mesa y me quitó la mía para hacer lo mismo. Lo miré con expresión neutra. No mostrar mis emociones era primordial – Sé que no eres feliz desde hace tiempo pero últimamente te ves más amargada todavía – dijo poniendo una mano sobre mi pierna – ¿Qué sucede?
• ¿Tú alguna vez has sido feliz, Drake? – eso le tomó de sorpresa – Vives en un mundo de mierda. ¿Qué clase de felicidad conoces?
• Hmm … quizás, ¿la felicidad cuando me preparas la cena? ¿El sexo? – se rió. Yo negué con mi cabeza – Necesitas un buen polvo, nena. Te quitará todo el estrés.
• No necesito una mi*erda – bufé – Si lo quieres tú, búscate una pu*ta. Yo no soy de tu propiedad – le di una mirada lasciva.
• ¡¿Por qué?! ¿Porque eres de Jason? – gruñó levantándose – ¡Soy el único al que tienes ahora!
• ¡Yo no soy de nadie! – me puse a su altura desafiándole con la mirada aunque solo yo debía saber que Jason era el único que podía tocarme.
• Pues entonces yo te voy a reclamar – masculló sujetándome con fuerza de los brazos y tirando de ellos hacia él – Te voy a hacer mía – amenazó entre dientes.

Su boca se pegó a la mía mientras yo intentaba resistirme. Aquello parecía excitarlo más. Su mano se colocó tras mi nuca para apretarme más contra su figura. Puse mis manos en su pecho empujándole pero todo era en vano. Le mordí el labio con fuerza y Drake se apartó gruñendo.

• Ya te dije que soy demasiada mujer para ti – siseé – Tú no sabes una mierda de lo que yo necesito – dije mirando sus ojos – Te odio.
• ¿Me odias? – frunció el ceño simulando estar dolido – ¿Qué te hice yo?

Enumeré mentalmente los motivos: Había estado a punto de violarme, por su culpa no estaba con Jason, trabajaba con Greg (el cual quería matarme), mató a la madre de Jase, me había metido en narcotráfico y era absolutamente infeliz. ¿Le podía parecer poco? A pesar de todo, no le di una respuesta y me callé. No iba a reflejar nada de lo que opinaba o descubriría mi tapadera.

• ¿Y si yo me he enamorado de ti? – dijo soltando su agarre en mí. Su voz había caído. Me sorprendí de que palabras como aquellas salieran de su boca – Hemos pasado siete meses viéndonos, no me mires así. Eras la única chica a la que he tenido tiempo de conocer.
• Tú no sabes NADA de mí – remarqué – ¿Qué vas a saber tú del amor, Drake? La gente que ama no hace esto – señalé las marcas de sus dedos en mis brazos – La gente que ama cuida a las personas y tú lo único que haces es ponerme en peligro.
• ¿Y si me odias por qué sigues abriéndome la puerta?
• Porque me amenazaste de muerte, ¿recuerdas? – saqué mi tono más sarcástico – ¿O esa es tu gran manera de demostrar amor? “Te mataré si no follamos” – cité con rabia – ¿Vas a hacer eso? Amenazarme, asustarme para que te haga caso. ¡¿Quieres que sea una pu*ta marioneta?! – reclamé.
• ¡NO! Eres así. No te doblegas. ¡Y maldita sea! Eso me encanta de ti.
• ¡Soy fuerte pero no insensible, Drake! Hay veces que me das miedo, ¿cómo pretendes que me gustes de esta manera?

Drake se apartó tirándose del pelo hacia atrás y sacudiendo los brazos hacia abajo desahogando toda su frustración. Me dio una mirada que no pude descifrar pero de repente no estaba en guardia contra aquel chico. No, lo compadecía. ¿Podía verse tan perdido como yo?

• Perdón – dijo arrepentido – No quiero que me temas, ____. Por favor – se volvió a acercar a mí lentamente – Por favor – me rogó rodeando sus brazos alrededor de mi cintura con delicadeza – No me tengas miedo.
• E-está bien – vacilé rodeándole también con mis brazos sin saber muy bien que acababa de pasar, consciente de aquello posiblemente fuera una treta – Ya no importa – suspiré acordándome de mi actuación. 

Drake me se inclinó a darme un beso en la mejilla. Un beso tierno para mi sorpresa. Deslizó su mano a lo largo de mi brazo, acariciándome, hasta llegar a mi mano para entrelazar sus dedos con los míos. Se volvió a sentar en el sofá y me guió para que me sentara a su lado. Sin soltarme, pasó su brazo por mis hombros y me llevó a su pecho. No discutí. A pesar de que lo detestaba, era la única persona con la que realmente podía socializar. Un poco de contacto no le hacía daño a nadie. Y después de lo alterada que había estado, aquello me podía relajar aunque fuera un poco. De alguna manera, aquello era hacer las paces … por el momento.

* * *

Drake me llevaba con su coche a través de las calles oscuras. Habían pasado las doce y media de la noche. Estaba muy inquieta. A pesar de la oscuridad tenía la sensación de que aquel lugar me sonaba, había estado allí, pero no situaba el momento.

Cuando el coche fue estacionado miré de vuelta al conductor. Drake me dio una de sus sonrisas fatales. Yo como siempre me encontraba seria, inmutable. Era una chica carente de emociones por fuera que se estaba ahogando en su infierno helado por dentro.

Salí del coche y Drake enseguida me alcanzó para caminar juntos. Entre los callejones fui recordando cuando había estado yo allí. Habíamos llegado a aquel descampado donde los pandilleros se reunían para sus jueguecitos de chicos malos. Jason me había llevado allí con Peyton y los hermanos Ian y Dober. Me tensé al ver tantísima gente. Había una hoguera en un lado. Coches viejos en los que la gente se sentaba a fumar, pincharse y a saber si a tener sexo … asqueroso.

• Quizá eres demasiado sexy para estar aquí – me siseó burlón Drake.
• No vas a dejar que nadie se me acerque … ¿o sí? – arqueé una ceja. Él sonrió negando – ¿O hubieras preferido que viniera como una mojigata?
• Me gustan esas botas con tu falda – aclaró – Vamos con Eiden.

Tragué saliva al recordar a aquel inepto. Eiden se había peleado con Jason y fue brutalmente derrotado. Aquel día gané un buen dinero con apuestas. Esa noche no llevaba nada para apostar. Tan solo llevaba una pistola en la bota por si alguien se propasaba conmigo.

Las mujeres me miraban con desprecio a medida que nos acercábamos a un círculo de personas. Mi mirada estaba fija al frente demostrando seguridad. Parte verdadera, parte fingida. Siempre tenía una vocecilla en mi interior gritándome que corriera. No había desaparecido en siete meses.

Drake pasó su brazo por mi cintura mientras hablaba con algunos chicos. Yo no decía nada. Mi última intención era socializar con más gente loca. Suficientemente mal estaba mi vida como para involucrarme en más problemas.

• Pareces un palo, ____. Estás tensa – dijo Drake en mi oído.
• No me gusta estar aquí – respondí.
• Solo será un rato. Se dice que hoy va a suceder algo interesante y no me lo quiero perder. Pensé que te vendría bien salir un poco.
• Preferiría mil veces estar en mi cama – Drake alzó una ceja divertido – Sola – maticé.
• Morirás sola y amargada – bromeó.
• No creas que no soy consciente de ello – espeté con irritación.

Tenía el presentimiento de que algo iba mal, muy mal. Al principio había dicho que tenía una misión a su lado. Improvisar se me daba bien pero me sometía a mucho estrés. No sabía que estaba pasando pero Drake tramaba algo y mis nervios se estaban acumulando por momentos.

Repentinamente, Drake aplastó sus labios con los míos. Me quedé paralizada por la sorpresa cuando su mano apretó mi trasero haciéndome gemir en protesta. Me acercó a él y profundizo el beso mientras yo permanecía estática, sin embargo, sin alejarme. No convenía llamar la atención de forma negativa en su territorio y entre sus amigos.

Escuché silbidos de la compañía riendo sobre la espontanea “muestra de afecto”. Drake sonreía mostrando una perfecta dentadura y yo miré hacia otro lado queriendo mandar a otro lado la repulsión que sentí por él.

Entonces lo vi. Su cara. Sus ojos mieles. Sus labios apretados en una línea. Su mandíbula marcada. La confusión, la rabia y la decepción. Su brazo apoyado en una muleta. Estaba de pie. A su lado estaban Peyton e Ian juzgándome con sus miradas. Quise llorar por lo sucia y avergonzada que me hicieron sentir pero evitando considerar su opinión volví a mirar a Jason.

Una mano giró mi cuello sujetando mi mentón. La sonrisa orgullosa de Drake me colmó de ira.

• Esta era tu misión secreta – comentó con sorna – Richards vuelve a ganar contra McCann – dijo con autosuficiencia. Apreté los puños a mis costados – Has sido buena chica.
• ¡Y una mi*erda! – exploté.

Sin poder contenerme más lancé mi puño contra su mandíbula desde abajo haciendo que su dentadura inferior golpeara la superior, cerrándole la boca, borrando su estúpida y petulante sonrisa. Soltando todo lo que me había contenido desde el día en que me amenazó en el instituto.

Lo había hecho. En el momento que presencié el silencio de una gran multitud, por lo general ruidosa, me arrepentí. Si en eso momento hubiera habido grillos hubiesen sido los únicos en escucharse. “Se acabó” fue lo único que pensé.

Drake giró su cara llevándose una mano a donde le había golpeado. Masculló entre dientes algo que me sonó a “zorra”. Sonreí sardónicamente hasta que lo vi alzar su mano en alto. Entonces me agaché para esquivar el golpe y meter la mano en mi vota para sacar la pistola. Me incorporé rápidamente dando dos pasos atrás y apuntando hacia él. Drake alzó las manos con su rostro condescendiente. ¿Podría verme ridícula rodeada del enemigo y apuntando al jefe? ¿Yo sola contra todos? Sí, era patético pero me sentía valiente.

• Quizá quieras que hablemos a solas, ¿verdad pequeña? – propuso Drake dando un paso hacia mí – Vamos, nena. Sabes que ni está cargada.

Sonriendo, apunté al borde de sus pies y disparé. Drake saltó hacia atrás y todos se alarmaron por el estruendo que había armado el cañonazo.

• ¿Quieres apostar donde irá la siguiente bala si te me acercas? – dije apuntando a su cabeza – Muévete – ordené – A cinco metros de mí hacia aquel callejón. Vamos a negociar – sentencié – Y que a ningún amiguito tuyo se le ocurra venir a por ti. Yo no dudaría que lleve más de un arma – amenacé – y no voy a dudar en usarlas para defenderme, ¿queda claro? – arqueé una ceja.
• ¡Que nadie venga tras nosotros! – avisó Drake viendo la seriedad de mi rostro mientras empezaba a caminar a la oscuridad y soledad de una callejuela – Es una mujer con carácter – bromeó. Se escuchó algún resoplido de fondo.
• ¡Camina! – advertí asqueada.

Drake y yo nos alejamos del bullicio. Poco a poco noté como se iniciaban los murmullos a medida que nos alejábamos y entrábamos en el callejón. No bajé mi seguro de vida en ningún momento. Drake tenía sus manos en alto a la altura de la cabeza y yo sentí que tenía el poder.

• Dime ____, ¿Qué tal viste a McCann?
• ¡Se acabó Richards! – clamé – Te dije que Jason era mi pasado. McCann era mi límite en lo que iba a participar o hablar contigo. ¡Nunca debiste utilizarme contra él!
• ¿Por qué? ¿Por amor? – se burló utilizando un tono afeminado.
• No sabes nada, Drake – me reí – ¿Y tú esta tarde decías estar enamorado de mí? – dije con sorna – ¿Qué tan payaso puedes ser?
• ¿Y qué tan ingenua eres tú? – rebatió – No tienes idea de por qué te recluí. No eres más que una perra estrecha de piernas – dijo con asco.
• Entonces aquí los dos jugamos una doble personalidad, ¿cierto, cariño? – ironicé riéndome en su cara.
• ¿De qué hablas? – frunció el ceño.
• ¿Cuántas veces crees que te emborraché o te drogué para que soltaras toda tu información? ¿Cuántas veces crees que amaneciste en mi cama y fingí que tuvimos sexo? – torcí una sonrisa hacia arriba – Todas, Drake. En la vida habría permitido que me tocaras porque todo lo que estaba haciendo ha sido por Jason. Porque soy suya …

Mi momento de burla terminó cuando Drake dio un paso adelante y me agarró las manos para arrebatarme la pistola. Sabiendo que no podría forcejear mucho tiempo por la diferencia de fuerza, apreté el gatillo y Drake chilló por el alcancé de la bala en su hombro.

Lo tomé como mi oportunidad para correr hacia el fondo de la callejuela. Puse toda mi insistencia en acelerar el movimiento de mis piernas para huir; Drake iba a correr detrás de mí, de eso estaba muy segura y posiblemente no lo fuera a hacer solo.

Dando un vistazo hacia atrás vi a Drake dándome alcance, sin embargo escuché también pasos más lejanos. Daba la impresión de que venían de distintas direcciones. Maldije por dentro. No sabía que hacer. Estaba perdida. En ningún momento había planeado una escapada de este calibre.

Había explotado como una granada detonaba después de pasados unos segundos de intensa expectación, solo que yo más bien había sido como un misil que no había parado de seguir su objetivo durante siete meses hasta darle alcance para estallar. Jason. Mi Jason había sido la señal para salir de mi actuación. Jase, Jase, Jase. La última imagen que había tenido de él se reproducía en mi cabeza y quería darle una explicación de todo lo que había sucedido.

Atisbé tres figuras masculinos al final del callejón. Gemí mientras escuchaba a Drake gritarme por detrás. La pistola se me había caído tras el forcejeo y el disparo con mi perseguidor, estaba indefensa. Tenía una navaja como última alternativa en la otra bota pero no había manera de detenerse para cogerla.

Una de las figuras irreconocibles corrió hacia mí y yo me asusté hasta que pronto me dio instrucciones.

• ¡Corre al coche!

Era Peyton. Por un momento aminoré mi carrera y me giré corriendo de espaldas hasta que Ian y Dober pasaron también a mi lado y me instaron a seguir el camino con sus miradas asesinas. Más gente venía del fondo del callejón y tuve miedo por todos ellos.

• ¡Corre! – insistieron a la vez.

Me apresuré al coche negro al final de la calle mientras escuchaba como pistolas estaban siendo cargadas. La puerta del coche fue empujada hacia afuera desde el interior antes de que llegara. Entré precipitadamente para sentarme y cerrar el coche con rapidez. El conductor le dio al acelerador y las ruedas rechinaron contra el asfalto perturbando el silencio de la crucial noche.

Respirando con dificultad tras mi gran carrera de huida, alcé la cabeza y miré a mi lado para ver quien me estaba sacando de la gran pesadilla. Una vez más, Jason.

• Jase – siseé.

Alivio, sorpresa, felicidad, seguridad y calor vinieron a mí por el simple hecho de estar a centímetros de distancia. Ese era el poder que tenía aquel chico sobre mí.

Jason no dijo nada mientras seguía conduciendo apretando su agarre al volante marcando sus blanquecinos nudillos. Estaba enfadado, y no dudaba que fuera conmigo entre otras cosas y por diversos motivos.

Me daba lo mismo. No lo había visto en más de ocho meses y no había tenido ni una noticia suya en siete. Lágrimas amargas empezaron a contenerse en mis ojos. La mezcla de emociones me estaba golpeando de la peor manera por todo lo ocurrido.

Me esforcé por respirar regularmente. Noté a Jason mirarme en el espejo del coche por el rabillo del ojo.

• ¿Estás bien? – preguntó finalmente con su voz dura y ronca.

Mi vello se erizó y un escalofrío recorrió mi espina dorsal al escuchar de nuevo su voz. ¿Cuánto lo había podido echar de menos para que ahora me impactara tanto cualquier cosa de él?

• ____ – me llamó viendo mi bloqueo mental.

Había dicho mi nombre. Era agradable volverlo a oír pronunciarlo. Estaba demasiado abstraída viendo cada uno de sus rasgos y estudiando sus gestos. Que me hubiese hablado me tranquilizaba en sobremanera.

• ¿Estás herida? ¿Te golpeó? – lo noté agobiarse porque no contestaba.
• No, estoy bien – respondí finalmente.

Suspiró asintiendo y siguió apretando su mandíbula mientras conducía. ¿A dónde íbamos? Estábamos en la autopista. Sinceramente, sabía que estaba a salvo pero quería tener alguna idea de cual era su plan.

• ¿Dónde has estado viviendo? – preguntó sin emoción. Era duro escucharlo tan indiferente conmigo. Estaba dolido.
• En un estudio. No queda lejos – susurré en el silencio del coche.
• Indícame el camino – ordenó – Recogerás tus cosas y nos iremos.
• ¿Adónde? – pregunté notando que había utilizado un nosotros. Irnos. Juntos.
• A casa – sentenció con aspereza.

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@itsBieberFanfic
Comentad bastante si queréis capítulo mañana, sino lo retrasaré ;)