Capítulo 44: Vas a Pagarme Esto

 Atrapada en una habitación oscura, húmeda y sin ventanas. Olía a moho. Yo estaba maniatada por mis muñecas detrás de mi espalda, apoyada contra la pared y mis piernas extendidas por el suelo. Así me había despertado, tirada en el suelo y con un profundo dolor de cabeza. No tenía idea de como había llegado allí. Llevaba un tiempo allí sola negándome a llorar, aún así lágrimas rebeldes se escapaban inconscientemente.

La incertidumbre sobre como podría estar Jason me carcomía por dentro No hacía otra cosa que rezar porque eso era lo último que me quedaba, rezar. Tener un poco de fe porque cuando el miedo me poseía debía tener una pequeña voz que te diera esperanza, sino enloquecería.

Me obligué a pensar que él estaba bien. Que los chicos estaban bien. Que Justin, Zayn y Lucas se enterarían de todo lo que había pasado y nos ayudarían.

La puerta se abrió y una luz entró molestando a mis ojos acostumbrados a la penumbra. Miré entre mis pestañas para ver dos figuras, ambos hombres. Uno de ellos se fue acercando a mí. Me forcé a abrir los ojos para identificar el rostro de la persona que estaba cara a cara a mi lado.

• Drake – susurré en reconocimiento.

Ni siquiera sabía a quien esperaba encontrar. Estaba tan perdida y desconectada del mundo que no había pensado en quién me había secuestrado. Drake esbozó una asquerosa sonrisa mientras pasaba su mano por mis piernas desnudas. Sacudí la pierna para que se apartara, lo que solo sirvió para ensanchar su mueca.

• Dime pequeña, ¿empiezas a arrepentirte de jugármela?

No hablé. Me limité a mirarlo a los ojos con todo mi odio, desafiándolo. Él apretó su mano en mi muslo y con todo el asco que empezaba a sentir por su toque, le escupí a la cara.

Drake se apartó limpiándose la cara y maldiciendo. Entonces se incorporó del suelo y me dio con su mano abierta en mi mejilla. Grité ante el impacto.

• Vamos a ver quien va a sacar a quién información ahora, zorra – amenazó con veneno.

Alcé mi cara y volví a clavar mis ojos sobre los suyos. Me reí en su cara burlándome de él a pesar de sentir mi mejilla ardiendo. Su ceño se frunció, lo estaba irritando. Aquello no era un maldito juego pero sacarlo de sus casillas y demostrarle que seguía siendo resistente parecía una buena respuesta para la situación.

• No vas a sacarme nada, básicamente porque no sé nada – bufé.
• ¡Mientes! – me dio una patada en el estómago y sentí el aire escapar de mis pulmones para no volver en un buen rato – ¡Vas a soltarlo todo! ¡Yo mismo me encargaré, pu*ta!
• ¡Basta! – la voz de la otra persona lo detuvo y lo apartó de mí con un empujón. Cuando se agachó y lo vi quise vomitar – ¿Qué tal hijita?
• Muérete Greg – respondí.
• ¿Sabes que le pasará a tu pobre McCann si no colaboras? – no desvié mi mirada de la suya. Las dagas invisibles que nos lanzábamos uno al otro parecían chocar entre sí en el aire – Morirá. Igual que Malik, igual que Bieber, igual que todos sus amiguitos. Los mataremos – dijo con una calma inquietante – Creíste que el jueguecito de estos meses te saldría bien. Te equivocaste.
• Los mataríais antes si hablase, estúpido – espeté.
• Con la excepción de que si no hablas nosotros mismos nos encargaremos de matar a tu papi y a tu novio delante de esos preciosos ojos que heredaste de tu madre – habló con ironía – las dos igual de zorras – inclinó la comisura de sus labios hacia arriba burlándose.
• Para cuando los mates frente a mí te encargaras de matarme a mí, Greg. Ambos sabemos que no aguantas verme viva – dije con sorna – ¿Qué gano yo con decir lo que sea que sepa si es que sé algo que os ayude? – me reí – ¿Qué gana cualquiera de ellos? Estáis en una guerra. Todos sabemos que no os vais a detener hasta que todos vuestros enemigos estén muertos – impulsé mis palabras con amargura – ¿Te has parado a pensar si tú no acabarás muerto en el momento conveniente? – dije con sorna – Por cierto, ¿qué tal tu pierna?

Su mano agarró mi pelo instantáneamente y empujó mi cabeza con fuerza contra la pared produciendo un duro golpe que resonó en la estancia hueca y vacía salvo por nosotros. Maldije mientras veía todo negro. El anterior dolor de cabeza junto con este impacto me dejó medio muerta mientras apoyaba la espalda en en el muro e intentaba respirar lentamente.

• Hija de pu*ta – siseó.
• Podrías haberte muerto y me habría alegrado de que hubieras salido de mi vida. Creo que el sentimiento es mutuo – dije con sarcasmo sin abrir los ojos.
• Es toda tuya – lo oí arrastrar los pies y plegué solo un párpado para verlo cojear y apenas poder caminar bien. Algo había merecido la pena – Haz que sufra.

Miré a Drake y vi la mirada llena de lujuria que solía controlar cuando lo emborrachaba. Un escalofrío me recorrió. Greg salió y cerró la puerta con fuerza mientras Drake se acercaba a mí.

• Vamos a tener un poco de diversión – advirtió con sorna.
• No – mascullé.

Cuando él estuvo a mi lado y empezó a manosear mis muslos, pataleé. Drake se puso encima de mis piernas para inmovilizarme. Grité desesperada que se quitara. Sacudí mis hombros y él empezó a besarme por todas partes con su repulsivo aliento. Me prometí a mí misma que no iba a llorar a partir de ese momento. Que iba a ser fuerte fueran cuales fueran las circunstancias. Había pasado por muchas cosas, podría aguantar más. Me iba a obligar a seguir adelante. Aquello no iba a durar para siempre. Jason, Zayn, Justin … Vendrían a buscarme. Tenían que rescatarme, confiaba en ellos.

Drake me extendió por el suelo. Me quejé por las manos apretadas a mi espalda pero mi quejido pasó desapercibido. Alcé mis rodillas para golpear donde fuera al cuerpo sobre mí. No iba a gritar, no iba a rogar, no iba a ser débil. Me lo repetía a mí misma mientras cerraba los ojos.

Sus ásperas manos subieron la misma falda con la que me había visto la última noche. Lo escuché gemir y recordé que no llevaba ropa interior porque Jason se había deshecho de ella en su sofá. Una lágrima silenciosa corrió a esconderse entre mi pelo deslizándose por mi sien. Rogué a Dios para que me hiciera inmune al dolor por una vez. Recé por un poco de piedad al cielo. Supliqué que Jason hubiera salido vivo del incendio.

Sentí el impulso de Drake dentro de mi cuerpo y me estremecí de dolor. Apreté los ojos conteniendo mi boca de abrirse para no sollozar.

• Mala pu*ta, te acostaste con McCann, ¿cierto?
  
  

No esperó una respuesta mientras embestía, desgarrando todo en mi interior. Gemí de dolor en mi garganta cerrando los ojos. No quería mirar. No quería ver la mierda de mundo en la que iba a estar. Drake lamió mi cuello mientras seguía su ritmo. Me sentí sucia, asquerosa, utilizada. Sabía que no volvería a ser la misma por fuerte que quisiera ser e internamente le pedí perdón a Jase, sabiendo que nada iba a ser igual si un día llegaba a salir de allí.

• Vamos nena, disfruta esto conmigo – instó Drake jadeante.
• ¡Jase! – grité desolada.

No aguanté escuchar la risa asqueada de aquel desgraciado sobre mí. No pude aguantar más lágrimas mientras estaba siendo violada. Era imposible mantenerse fuerte … pero jamás hablaría. Ni aunque tuviera una palabra que decir, nunca delataría a ni a los Bieber, ni a Zayn, ni a Lucas, ni a mi primo porque ellos eran de los míos. Finalmente me di cuenta de que tenía una verdadera familia que quizá no volviera a disfrutar.

* * *

Narra Jason

“¿Cuánto quieres a tu chica, McCann? Búscala a medianoche en el almacén en ruinas. Solo”

No había podido parar de leer y releer el maldito mensaje de texto. Había salido de mi casa en llamas tras recoger una de las cosas que más preciaba de mi madre. Fue estúpido pero jamás se me ocurrió que alguien se llevaría a ___ una vez fuera.

Tiraba de mi pelo hacia atrás mientras caminaba de un lado a otro en el apartamento de mi padre. Mis piernas empezaron a resentirse y me senté emitiendo un gemido de frustración.

Todos meditaban a mi alrededor. Nos habíamos reunido yo, mi padre, Peyton, Ian, Dober, Lucas, Jhonny y Zayn en el minimizado departamento de soltero del señor Bieber.

• ¡¿Puedes quedarte quieto de una vez, Jason?! – rugió mi padre.

No dejaba de mover mis manos nervioso, sin saber que hacer, sintiéndome un inútil por no poder ir a salvar a mi ____. No sabía lo que tramaban los Richards pero tenía claro que aquel mensaje había sido expresamente de Drake. Me revolví incómodo sentado en el sofá.

• Tengo que ir a buscarla – me repetí una vez más.
• No vas a ir a ninguna parte, no tienes idea de donde la tienen. Y esta noche no saldrás solo. Aquel jodido sitio está desolado, es perfecto para tenderte una trampa – dijo mi padre con firmeza.
• Justo como sucedió hace veinte años – reflexionó Zayn.
• Solo que aquella trampa la tendí yo, idiota – espetó Justin – Esta situación es totalmente diferente – tensó su mandíbula.
• Jason no debe ir solo pero realmente no podemos ir todos allí – apuntó Lucas – Quizá no sea una emboscada allí. Quizá pretendan que desviemos nuestra atención a otra parte.
• ¡Ya quemaron su jodida casa! ¿Qué más pueden hacer? – preguntó con sarcasmo Ian.
• Pueden atacar nuestras familias, bombardear nuestras zonas, arruinar nuestro negocio en un chasquido de dedos … no podemos desatender nada – expuso Jhonny irritado por tener que dar la explicación a su hijo.
• Jason, yo no puedo ir contigo – anotó mi padre.
• Iré yo – agregó Zayn. Rodé los ojos, aunque al fin y al cabo se trataba de su hija.

Miré a todos allí desconcertado. Aquella sala era una jauría de hombres gritando todo lo que debíamos o no debíamos hacer. De repente se me ocurrió una idea.

• Pongamos explosivos en la zona – pensé en voz alta.
• ¿Perdona? – mi padre a mi lado me miró incrédulo.
• Que ese sitio sea doblemente bombardeado sería épico – se mofó Lucas – pero, ¿y si tienen el perímetro custodiado antes de que lleguemos?
• Habrá que arriesgarse – habló por primera vez Peyton.
• No, esto sería llamar demasiado la atención. La policía se entrometería – rectificó Lucas.

No llegábamos a ninguna conclusión. Ningún plan parecía suficientemente bueno y los minutos pasaban. Ella llevaba horas con ellos y allí estaba yo, solo con un par de quemaduras por el ataque incendiario. La angustia me comía por dentro estando allí quieto.

Tenía que salir de allí a preparar mi propio escenario sin que nada ni nadie se metiera de por medio.

Me levanté cogiendo una muleta a mi lado y me dirigí hacia la puerta. Todos me miraron enmudecidos salvo Peyton que en cuanto vio mis intenciones caminó a mi lado para acompañarme a donde fuera que fuese. Nuestro objetivo era claro, rescatarla siguiendo todos con vida. Sabía que Dober también hubiese ido con nosotros sino fuera por su brazo roto tras la pelea en el callejón de la noche anterior. Ian por otro lado, no estimaba a ____ lo suficiente para querer arriesgarse.

Peyton colocó su mano sobre mi hombro y no miramos atrás. Salimos.

* * *

Me encontraba con Peyton en el coche. Él había ajustado en mi cuerpo un complejo sistema que supuestamente activaría una cadena de explosivos en los alrededores en el caso de que me dispararan y yo muriera. Sabíamos que no debíamos llamar la atención de los medios, Lucas lo había advertido, por eso todo se trataba tan solo de un montaje para engañar a Drake, fácilmente se lo creería.

Cuando llegamos a la puerta del departamento de mi padre él se despidió de mí con un asentimiento y ocupando su lugar entró Zayn.

• ¿Vas armado? – pregunté poniendo el coche en marcha. Eran las once de la noche y la ciudad se veía tranquila. Lo vi asentir tragando saliva – Tendrás que ocultarte detrás del coche cuando yo salga a encontrarme con quien sea que traiga a ____.
• ¿Has considerado que quizá ni siquiera la traigan? – preguntó tranquilo.
• ¿Arrepentido de venir? – le devolví. No podía permitirme pensar tan mal. Si aquello sucedía tendría que hacer cualquier cosa por encontrar pistas, me volvería loco con tal de tener a ___ conmigo y lejos de cualquier mal.
• No le temo a la muerte – contestó – Prefiero que venga a mí que verla sobre los demás. Si mi hija realmente no aparece, créeme, responderé mal.
• ¿Finalmente ella te importa? – ironicé.
• Sí. No lo cuestiones – le lancé una mirada sin convicción – eres igual de escéptico que tu padre, ¿lo sabías? – bufó.
• Somos muy parecidos – me encogí de hombros – Y yo también sé lo que es preferir tu muerte a la de los demás – apreté mi mandíbula pensando en mi madre – Si a ella le sucede algo me iré con ella, no lo dudo.
• La quieres con tu vida – afirmó asintiendo – Por si salís de esta, llévatela de aquí. Iros a Europa, nadie os encontrará allí si cambiáis vuestra identificación. Después de todo, esa es la especialidad de tu padre, crear documentación falsa para sus clientes.
• Entonces ella te importa de verdad ...  – terminé creyendo por su proposición mientras aparcó en el mirador de la carretera próximo a un terraplén. A unos metros está el almacén carbonizado – Ve a la parte de atrás y quédate escondido entre los asientos – le indiqué.

Me hizo caso y tomé varias respiraciones. Comprobé el aparato en mi pecho con apariencia peligrosa pero técnicamente inofensiva. Saqué de debajo de mi silla un par de pistolas y las guardé, una por la cinturilla delante de mi pantalón y otra en mi espalda enganchada al cinturón.

• ¿Nervioso?
• Lo justo para atacar con fuerza si es necesario – respondí seguro.
• Bien – aprobó Zayn – yo te cubro las espaldas.
• Gracias … supongo – me sentí idiota por decir aquello.
• Eso es algo que tu padre no diría – aflojó el ambiente – Recuerda que estamos aquí por tu chica. Por mi hija.
• Es lo último que te queda, ¿cierto?

El silencio nos inundó. Lo escuché soltar el típico aire contenido antes de dar una respuesta cuando la luz de los faros de un coche se introdujeron en mi vehículo. El Jeep negro se camuflaba en la noche en medio de aquella solitaria zona a las alturas y lejos de la ciudad donde todos los habitantes vivían tranquilos. Nadie conocía la terrible escena que se iba a dar esa noche oscura sin luna.

La puerta del Jeep se abrió y fue mi señal para que yo saliera al mismo tiempo. Salí de allí y miré a los alrededores que antes de llegar con Zayn había inspeccionado con Peyton. No se suponía que allí hubiera nadie salvo nosotros.

• ¿Así que te fiaste de mí? – se mofó Drake dirigiéndose a mí.
• ¿Y ___? – saqué la pistola de mi cinturilla para apuntarlo. Se detuvo de inmediato – ¿Dónde está, Richards?
• En el coche – sonrió – ¿Quieres que la saque? – alzó las manos – Está inconsciente.

Asentí mientras él se encaminaba a la parte de atrás del Jeep y lo vi tirar de unos pies para después colocar bruscamente el cuerpo de una chica delante de su figura para protegerse mientras la agarraba por debajo de los brazos y la zarandeaba de un lado a otro. La cabeza de ____ estaba agachada hacia abajo, su pelo cayendo desordenado, reflejando su inconsciencia. Me contuve ante la urgencia de correr hacia ella.

Se veía sucia con su ropa estropeada y descalza.

• No quiso contarnos mucho – tiró de su pelo hacia atrás y le dio un beso en la mejilla de forma posesiva. Tragué saliva intentando bajar el nudo en mi garganta – Fue divertido entretenerse con ella – se burló.
• Déjala en el suelo, ¡ya! – ordené.

Drake rió soltando sus brazos del agarre, dejando que ___ cayera en caída libre al asfalto mientras, mientras sacaba un arma. Gemí en preocupación por el golpe que ella recibió, pero me contuve. Primero tenía que asegurarme de que saliéramos vivos. Ella yacía en el terreno de costado, desparramada con sus extremidades en direcciones arbitrarias.

• Vas a pagarme esto, Richards. Todas y cada una de tus mierdas.
• Siempre me amenazas y nunca llegas a hacer nada. ¿Necesitas que ame el cuerpo de esta zorra en tu cara para que realmente te lances a matarme?

Me bloqueé. Mi mundo se vino abajo. No, no quiso decir aquello. Lo entendí mal. No, esto no está pasando. Drake continuaba con su rostro condescendiente.

• ¿Has visto los hoyuelos en su espalda? Son tan sexys – rió y sentí la bilis en mi garganta. Di un paso adelante y él quitó el seguro a su pistola – No te muevas, McCann.
• Si me disparas todo esto va a salir por los aires, Richards. Solo espero que tú también hayas venido solo porque este sitio está rodeado de explosivos y créeme, no me importa cuantos muramos esta noche – apunté mi pistola a su cabeza – ¿y tú que tienes?
• A ella – cambio el objetivo de su cañón hacia ____ – Realmente es una chica increíble, me conquistó estos meses – asintió para sí. Apreté el mango de la pistola listo para matarlo en cualquier momento – ¿Quieres saber cuantas veces me la follé hoy?

Aquello fue el botón que liberó toda mi energía. Como en una onda expansiva que tarda en llegar, ataqué con toda mi fuerza contra él haciendo que su arma se desviara del camino hacia Coops. Su Glock cayó al suelo y yo tiré de él hacia el suelo. Ni siquiera recordé que mis piernas no funcionaban del todo bien. La adrenalina me había lanzado y en ese momento me encontraba dando golpes en la cara de Drake con toda mi potencia sin dejarlo responder ni un momento. Toda mi rabia y mi ira surgieron en un momento. Lo iba a matar. Estaba seguro de ello. Tenía que hacerlo. Ya no solo por mí, por mis piernas, por los últimos peores meses de mi vida, ya no solo por mi madre, ahora también era por ella, por ___. En resumen era por todo lo que era mío y lo que amaba.

Continué dando golpes sin ni siquiera escuchar los quejidos y lamentos del cuerpo debajo de mí. Seguí lanzando puñetazos a su cara y su abdomen sumergiéndome en mis respiraciones mientras recordaba la sonrisa de mi madre cuando era un niño, aquella que nunca más tendría. Le seguí golpeando porque no pudiera caminar bien. Aquel ya era un cuerpo sin vida, Drake ya no se quejaba. Me levanté indignado con no poder desahogarme ni un poco más cuando saqué la pistola y empecé a disparar su cuerpo inerte maldiciendo por las lágrimas que ___ había derramado por su culpa, lo disparé por hacer de mi vida un infierno y por estar liberándome de él. Lo maté por haberme quitado la única esperanza de luz que había llegado a mi vida cuando todo estaba oscuro, a ____, la cuál ahora no sabía si algún día volvería a brillar como antes.

Disparé hasta que se acabaron las balas e iba a sacar la otra pistola cuando una mano se posó en mi hombro y me giré alterado con la respiración más rápida que a causa de una maratón.

• Basta, Jason – instó Zayn.

En ese instante mis piernas flaquearon y miré a ____. Me arrastré hasta ella y escuché a Zayn hacer algo tras de mí. No le presté atención. Me incliné hacia ella y acaricié su rostro magullado. Un sollozo seco salió de mi garganta mientras la elevaba y la llevaba a mi pecho entre mis brazos. Quería levantarla del suelo y ponerla en el coche, pero no podía. Todo mi cuerpo se había quedado entumecido y mis piernas repentinamente no volvían a responder.

• Zayn – llamé con voz ronca.

No dio una respuesta y giré mi cara para verlo meter el cuerpo de Drake en el asiento de pasajero del Jeep. Un instante después quitó el freno de mano y condujo el coche hacia el terraplén. Empujando desde atrás el Jeep hizo que el vehículo cayera al precipicio con el cuerpo de aquel desgraciado dentro. Se escuchó el traqueteo del metal siendo deformado con fuerza impacto tras impacto.

Zayn enseguida vino a mí con su rostro impasible y se agachó para coger a ____ en sus brazos y llevarla a los asientos de atrás. A trompicones me levanté para seguirlo, dando traspiés y me senté en la parte trasera para llevar a ____ con su cabeza sobre mis piernas.

Zayn empezó a conducir por la carretera y no dijo una palabra. No me importó el silencio mientras miraba a ____ y estudiaba los daños de su cuerpo. Noté su piel fría. Al instante me quité la camiseta y el estúpido sistema de pega para deslizarla sobre su cuerpo. Al verme por el espejo, Zayn encendió la calefacción al máximo de potencia. Miré el rostro de la chica que amaba. Las marcas bajo el contorno de sus ojos, sus labios agrietados, el corte en su mejilla. Me obligué a no pensar en lo que pudo haber pasado realmente mientras Zayn conducía al departamento de mi padre.

Por favor, que no esté todo perdido. Pasó por mi mente en forma de ruego. 
--------------------------------------------------------------------------
@itsBieberFanfic