Capítulo dedicado a Patricia, Paula, Andrea, Ana, Tania, Sofía, Marijose, Marina, Lucía, Irene, ENORME ETC, por todas esas chicas que han comentado tantas veces dándome tanto apoyo y ánimo.Esas chicas en Twitter, Tuenti e incluso los ánimos en el blog, en serio, MIL GRACIAS. Lo leo todo y siempre me sacáis una sonrisa. No miento :)
Disfrutad el capítulo ;D
Narrador
Omnisciente
Mientras Jason y ____ viajaban en un avión rumbo a Nueva Zelanda,
Justin se encontraba en la parte trasera del coche de su peor
enemigo.
Iba armado. Estaba preparado para terminar con todo de una vez por
todas. Sean entró en su vehículo y lo encendió para
empezar a conducir a través de la carretera. Unos minutos después,
Sean sintió el cañón de una pistola en su sien.
- Sigue conduciendo – le amenazó Justin – No te conviene hacer ninguna idiotez.
- ¿Qué tramas Bieber? – preguntó cabreado. Aquel enfado disimulaba el temor que tenía por sus pocas posibilidades de salir vivo de allí.
- Estás a punto de hacerte dueño de Delaware, ¿cierto cabrón? – rió Justin con sarcasmo – Es una pena que las cosas no vayan a ser como tu planeabas …
- Bieber …
- ¡Conduce! – espetó Justin – Hay cosas que debías saber antes de entrometerte en mi camino y es que nadie, escúchame bien, nadie sale vivo ni puede cumplir sus planes cuando se meten conmigo. Pero, ¿sabes lo que hiciste tú? Jodiste todos mis planes – apretó el arma contra su cabeza desde la parte trasera del asiento – Mataste a mi mujer, hijo de p*ta. Y ahí es cuando a mí me dan ganas de mataros a todos y que nadie salga vivo de aquí – respiró hondo y miró la cara de pánico de Sean en el espejo retrovisor. Se sintió satisfecho – Ni yo mismo – agregó con malicia.
Justin miró la bomba que había programado y los pocos segundos que
quedaban. En ese momento su vida pasó por sus ojos, desde el día en
que había escapado de sus padres, hacia como había empezado a
sobrevivir en la calle, los amigos que hizo allí, el día que
conoció a su mujer, el día en que la hizo suya por primera vez …
pero se detuvo en un instante, el día de su boda.
Todos
me miraban al final del pasillo de asientos que se habían
organizado. La madre de ___ me sonreía tranquilizándome. ¿Quién
iba a decirme que yo acabaría casado? Yo no era de vestir traje, ni
de comprar flores, ni de música romántica. Pero aquel era el sueño
de cuento de hadas de mi ___ y a mí tampoco era que me costara
demasiado darle este gusto.
A
pesar de que yo me mostraba escéptico al matrimonio, empezaba a
sentirme nervioso. La gente me miraba. Todos estaban sonrientes. Era
una boda, no se suponía que debiera haber alguien triste, ¿no?
Además, ___ estaba embarazada. Nuestra felicidad debía ser doble …
pero teniendo la vida que yo llevaba tenía dudas de como debía
sentirme.
Empezaba
a darle demasiadas vueltas a la cabeza. Miré al juez en el estrado,
también me ofreció una sonrisa amable. Empezaba a cabrearme tanta
sonrisa … yo empezaba a querer salir corriendo.
Entonces
la música empezó a sonar de cualquier parte. Instintivamente miré
al fondo del pasillo y vi a ___ salir del brazo de su padre. Todo a
mi alrededor pasó a segundo plano. Solo la miré a ella y ella me
miró a mí. Caminaba segura sujeta por su firme padre. Estaba
hermosa, despampanante. Llevaba el vestido clásico de su madre y no
podía sentarle mejor. Parecía un ángel. Sonrió. Se veía tan
feliz que al instante se anularon mis dudas. George puso la mano de
su hija sobre la mía. Lo miré dándole un asentimiento y ___ le dio
un beso en la mejilla a su padre.
Entrelacé
nuestros dedos rozando su anillo de comprometida. También llevaba el
brazalete que yo le había regalado hacía un tiempo, aquel que decía
“No matter what happens, you're the one”. Ella siempre iba a ser
única para mí, pasara lo que pasara.
Por
primera vez sonreí de verdad. El juez empezó a hablar y yo no podía
hacer otra cosa que mirarla a ella. Estaba haciendo lo correcto, lo
sentía de verdad, íbamos a ser felices juntos; ella, yo y el bicho
que venía en camino.
Llegó
el turno de decir nuestros votos. No había ensayado mucho, pero
tenía algo en mente sobre lo que le iba a decir.
- ____ – ella me miró con sus brillantes ojos. Sonreí por su ilusión – No creo que tú y yo nos juntáramos por una casualidad. Llegaste a mi vida para ser … la única persona que me ha hecho sentir lo buena que puede ser la vida – respiré hondo viendo lo emocionada que ella estaba. Yo también empezaba a sentir el momento – Te necesito para seguir disfrutando de mi vida. Tú eres mi felicidad. Por eso quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. Prometo cuidarte y rescatarte todas las veces que sean necesarias con tal de que al final estés siempre conmigo – estreché sus manos entre las mías y ella sonrió anonadada.
El
juez le dio el turno a ___. Me dio la sensación de que sus palabras
no salían. Aún estaba estancada con mis promesas. Tragó saliva y
respiró profundamente.
- Yo, Justin … – se trabó con sus palabras. Sabía que lo había ensayado pero parecía que lo había olvidado todo – No creo que haya habido alguien en el mundo capaz de enloquecerme como tú lo haces – sonreí con humor. Estaba seguro de que eso era improvisado. Escuché alguna risita entre el público – Tú eres especial y me haces sentir especial. Tuve que esperar mucho para poder estar a tu lado. Si te marchas volveré a esperar. Si te pierdes te buscaré hasta encontrarte – solo nosotros sabíamos a que se referían esas palabras. Mi mundo era difícil – Yo me entrego como tu esposa para estar a tu lado en las buenas y en las malas, Justin. Sanaré tus heridas y te daré mi amor incondicionalmente cada día que estés a mi lado. Lo prometo.
La
intensidad de sus palabras me caló hasta los huesos. Estábamos
firmando un para siempre. Tras las firmas y que el juez nos declarará
marido y mujer, cogí a mi esposa, a mi mujer, a mi alma gemela, a la
persona por la cual mi vida tenía sentido, y la besé. La besé como
nunca pensé que podría besarla delante de tantas personas. Y sentí
su amor. Sentí que yo le transmitía el mío. Todo iba a ir bien …
con ella.
Justin recordó el día en que nacieron sus dos hijos. Recordó las
sonrisas familiares de las tres personas que más amaba en el mundo y
sonriendo miró la cuenta atrás por la explosión: 3,
Os quiero, chicos. Pensó en sus hijos. 2, Voy
contigo, cariño. Espero que si hayas esperado por mí. Justin
vio la imagen de su esposa en su cabeza. 1, Se acabó el
dolor por no haber cumplido mi promesa … 00:00:00
Narra
____
Habíamos llegado a Nueva Zelanda. Jason me había dicho que su padre
le había alquilado una casa en un sitio alejado de la humanidad. Al
parecer, los Bieber apreciaban la soledad y la buena compañía antes
que estar rodeado de un montón de gente en la ciudad.
Jase no estaba de muy buen humor. No le hacía ilusión dejar
Delaware y su padre solo. Ellos se habían dado un gran abrazo por la
mañana antes de despedirse. Jason se sintió extraño por la
intensidad del abrazo y él intuía que algo no iba bien. Y la verdad
era que yo no podía negárselo, cuando llegó mi turno de despedirme
de Justin fue también bastante emotivo.
- Él te va a necesitar tanto como tú a él. Cuidaros el uno al otro, ¿de acuerdo?
Asentí dándole un abrazo. Él me dio las gracias por todos los
riesgos que había tomado en aquellos siete meses cuando le pasaba
información de los Richards. Lo miré atentamente y vi un brillo en
sus ojos que supe que indicaba algo, algo que no llegué a descubrir.
- Gracias a ti por adoptarme – sonreí.
- Eres una chica valiente, merecías estar dentro del grupo – se encogió de hombros.
Tras un último abrazo, Jason me dio la mano y cada uno cogimos
nuestras maletas para irnos. No sin antes mirar atrás, me di cuenta
de la gran persona que era Justin Bieber. Apreciaba mucho al padre de
mi novio.
Cuando llegamos con un taxi a la dirección que nos había dejado
Justin, Jason y yo nos quedamos boquiabiertos. Se trataba de una
mansión mucho mayor que en la que alguna vez vivimos y acabó
quemada. Estábamos sobre una colina donde se veían acantilados y el
mar. Las nubes danzaban el horizonte.
Jason pagó al taxista y cogimos nuestras maletas para entrar en la
casa. Moviendo las llaves en la cerradura, Jase abrió la puerta y me
dejó pasar primero. Aquel edificio era sencillamente espectacular.
- ¿Cómo puede tu padre costearse esto? – le pregunté viendo el gran hall de recibimiento.
- No lo sé – negó con la cabeza – No entiendo porqué alquiló este sitio.
Paseándome por la casa vi enormes paredes de cristal que daban a las
hermosas vistas. En la parte de atrás había una gran piscina. La
televisión del salón parecía un cine y cada baño simulaba un
salón de spa. Todo era lujoso. Incluso empezaba a temer tocar
cualquier cosa y que se rompiera.
- ¡____ ven aquí! – gritó Jason desde arriba.
- ¡Voy! – vociferé dirigiéndome a la escalera.
Tras dieciséis escalones de madera que giraban en caracol, llegué a
la planta de arriba y lo busqué por las distintas puertas que había.
Después de dos habitaciones matrimoniales y un baño, lo encontré a
él en un dormitorio totalmente equipado, con una cama de dos metros
y dosel. Era precioso. Había espejo y un tocador. Armarios de madera
y lámparas de cristal blanco.
La pared hacia el exterior era de cristal transparente con detalles
de flores en opaco. Era hermoso ver el oleaje desde ahí. Las
cortinas doradas estaban a cada lado de la ventana, listas para ser
corridas y dar intimidad a una pareja. Al otro lado del cuarto había
una puerta, supuse que daba a otro de esos espléndidos baños.
- Yo declaro este dormitorio como el reino de Jase y ___ – dijo Jason rodeándome por detrás mirando todo a nuestro alrededor – Te parece bien, ¿no?
- Claro – sonreí acariciando sus manos en mi vientre – Será mejor que deshagamos la maleta – comenté apartándome de él.
- Está bien – me volvió a acercar a él por la cintura y me besó – pero no te alejes mucho de mí – dio otro pico en mis labios.
- No más distancia – declaré.
Abrimos las maletas que él había subido mientras yo exploraba abajo
y empezamos a desempacar la ropa ordenándola en cajones de las
distintas cajoneras y armarios. Jason cogió un sobre del interior de
su maleta y la miró con el ceño fruncido. En el destinatario tan
solo ponía “Jase”.
- ¿Qué es esto? – me preguntó confundido.
- No sé, yo no lo puse – alcé mis manos inocentemente.
Él se sentó en la cama y abrió el sobre para sacar una carta
doblada. Cuando empezó a leer lo vi relajarse por un instante y al
otro cambiar su cara en completo horror.
- ¿Qué pasa? – me senté a su lado.
Lo miré atentamente. Vi su vista perderse en el infinito a pesar de
que sus ojos estuvieran fijos en el papel. Se lo quité y empecé a
leer yo misma.
Jason,
hijo. Quería que leyeras esto una vez que estuvieras allí, por eso
metí la carta en tu maleta. La casa en la que estáis no es de
alquiler, es tuya. Tu madre la compró antes de morir, tienes una
cuenta llena de dinero gracias a todo lo que ella trabajó en sus
negocios y gracias a tus abuelos que lo han sabido mantener. Janelle
tiene otra cuenta que empezó a usar en su mayoría de edad. Tú
tendrás los dieciocho dentro de una semana y entonces podrás
disfrutar de tu herencia.
Tu
madre y yo planeábamos ir allí algún día, ya sabes … para
escapar. No lo pudimos hacer a tiempo. Ella murió y yo no podré
disfrutar de nada sin ella. Para ti no es tarde, vive con tu chica y
sé feliz allí. No vuelvas a Delaware, ni a Estados Unidos, NUNCA.
Quédate allí.
Tenéis
una nueva identidad, una nueva oportunidad de empezar de cero y
olvidar toda la mierda que habéis tenido en este lugar. Siempre
estuvo planeado que tu fueras Jesse Webber, (no me preguntes el
motivo de ese nombre, fue idea de tu madre y yo no se lo discutí).
La
casa ha sido mantenida todos estos años por el servicio. Espero que
no hagas ningún desastre. No sé si lo habrás visto, pero los
coches que también hay en el garaje son para ti.
Tu
madre le dejó a ella su piso de vacaciones en Inglaterra. Como
puedes ver, sois ricos Jason.
No
vuelvas a entrar en líos, tienes toda una vida por delante para
hacer algo que disfrutes. Olvida las armas, las venganzas … Tu
madre me dijo una vez muy enfadada, “¿Por qué no te fumas algo y
te centras en el amor?”. Sí, estaba muy loca, pero tenía razón.
Ella era mi droga … solo que a veces es más difícil de lo que
piensas centrarte en las personas que quieres. Yo tenía cosas que
solucionar … No me voy a excusar más, solo te voy a decir que
debes ser mejor que yo, y para ello debes centrarte en lo que te hace
sentir bien. Deja de pelear contra el mundo y en su lugar trata de
hacer aliados.
En
estos momentos debes preguntarte qué demonios está pasando. Jason,
no ha sido fácil decidir esto pero tú sabes bien que yo no podía
parar hasta vengar el asesinato de tu madre. He puesto una bomba en
el coche de Sean y yo voy a subir con él mientras conduce. He
asegurado que ninguno de nuestros rivales se quede con el poder …
la ciudad ha sido bombardeada en distintas zonas y todo el mundo debe
estar como loco.
Lucas
y Johnny se encargarán del trabajo. Ocuparan el sitio que yo dejo
vacío, no va a haber más “el temible Justin Bieber”. Sabes lo
mal que lo pasé por la perdida de tu madre, perdí el centro Jason …
lo único que me movía era la venganza y ahora que todo ha acabado
mi vida ya no tiene sentido. Vosotros estáis bien, sois mayores,
sabéis cuidar de vosotros mismos. Sabéis lo que queréis. Me siento
orgullosos de vosotros.
Yo
falté mi promesa de cuidar a vuestra madre, pero he estado
protegiéndoos a vosotros con mi vida. Espero que ella me haya
esperado, espero reencontrarme con ella. No quiero que lloréis mi
muerte, no quiero que estéis mal por mí. Si siguiera vivo no sería
del todo feliz nunca. Me falta mi mujer, la persona que me enseñó
todo lo bueno y no puedo disfrutar sin ella.
Lo
siento, Jason. Siento haceros esta cabronada a ti y a Janelle, pero
es lo mejor.
Os
quiere,
Papá.
Una lágrima discurrió por mi mejilla y cayó hasta chocar con el
papel, humedeciéndolo. Abracé a Jason con mi vida dejando la carta
a un lado. Como si mi abrazo lo hiciera reaccionar, se sacudió y
salió del cuarto como un alma despavorida.
Me quedé sola leyendo y releyendo la carta. No podía creer que
Justin nos hubiera dejado a todos. Que se hubiese ido aún sabiendo
el dolor que les podría causar a sus hijos a pesar de que ellos ya
fueran mayores. No hacía más de un año que Janelle y Jason habían
perdido a su madre y ahora debían enfrentarse a la perdida de su
figura paterna.
Justin y su mujer se habían preocupado lo suficiente de dejar a sus
hijos en una buena posición económica. Les habían dejado de todo
para que vivieran cómodos durante toda su vida, sin embargo,
aquellos objetos materiales no tenían ni punto de comparación con
lo que suponía poder ver, hablar o abrazar a esas personas una vez
más.
Entonces lo comprendí. Comprendí el dolor de Justin. Había tirado
todo lo posible de su vida para vengarse … después, el vacío de
no encontrar a su esposa lo debía consumir. No verla, no abrazarla …
si yo no hubiera podido tener ni una sola noticia más de Jason, si
algo malo le ocurriera … si el pilar que me mantiene en pie, Jason,
desapareciera, yo querría terminar mi vida también. Una persona
podía superar mucho dolor si al final había alguien que tendía una
mano; pero si esa persona a la que le tomas confianza y amas, se va,
todo pierde sentido. Te pierdes sin saber avanzar. Y si tu corazón
late por esa persona, entonces no es solo el corazón lo que se
detiene, sino el mundo bajo tus pies.
Me levanté de la cama esquivando la ropa que habíamos dejado
desorganizada en las maletas y bajé. La casa se sentía totalmente
silenciosa. Me moví sigilosamente por los pasillos y las distintas
estancias hasta que finalmente me asomé por una ventana. Jase estaba
sentado en el suelo más allá de la piscina de la parte trasera de
la mansión. Las vistas de aquella casa eran pacíficas. Desde la
colina el mar se veía infinito.
Acercándome por detrás me coloqué a su lado. Su mirada estaba
petrificada en la nada. Tenía su barbilla apoyada sobre sus rodillas
mientras se las abrazaba. Pasé una mano por su espalda para hacerle
ver que estaba ahí para él. Jason respiró profundamente antes de
inclinarse hacia mi lado y dejar su cabeza sobre mis piernas.
No hacían falta palabras. No lo quería molestar. Esperé a que él
llorara, pero no lo hizo. Recordé que en la carta Justin le pedía
que no llorase nadie porque en ese momento estaría feliz. Jase se lo
iba a tomar al pie de la letra, sin embargo, nadie le iba a quitar la
amargura de haber perdido el hombre del que había aprendido todo y
del que seguramente aún le faltaban cosas que aprender.
Le acaricié el pelo mientras ambos mirábamos el horizonte y el
único sonido que llegaba a nuestros oídos era el del viento. Estaba
segura de que por la mente de Jason estaban pasando multitud de
recuerdos con su familia.
* * *
Narra
Jason
Habían pasado dos semanas desde que mi padre había muerto. ____
había tratado por todos los medios no dejarme solo … pero a pesar
de que apreciaba su esfuerzo, yo siempre me acababa escapando para
irme a pensar y darle vueltas a la cabeza. Todo lo contrario a lo que
debía hacer, se suponía.
____ había llamado a Christian, el novio de mi hermana, para que le
comunicara a Janelle lo ocurrido. Ella había venido dos días
después desde Inglatera … sin embargo, tuvo que irse de nuevo a la
semana siguiente para seguir con su vida en el trabajo.
Ninguno de los dos estábamos bien con todo lo sucedido pero teníamos
que seguir adelante … Además, antes de que se fueran les contamos
sobre el embarazo de ____ omitiendo la parte en que quizá el bebé
no fuera mío.
Me sentía hecho trizas por todo pero no tenía más remedio que
continuar la vida que me había tocado. Una parte de mí que gritaba
auxilio, había llegado a escuchar que no todo podía ser tan malo y
que quizá, después de pasar la tormenta, saldría el sol por mucho
tiempo.
- ¡Te encontré!
___ me sobresaltó, una vez más interrumpiendo mis meditaciones que
de poco servían. Ella también estaba triste, lo podía ver. Por
favor, ella había pasado por cosas peores y era yo el que se estaba
aislando de todo. ___ no tenía a su madre, había sufrido en el
hogar del que creía su padre, descubrió montones de mentiras, tuvo
que aprender a defenderse con una pistola por el ambiente en el que
YO la metí, había sido violada y abusada, además de que ahora
estaba embarazada de un hijo que pudiera ser de la criatura más
despreciable del universo.
- ¿Qué tal estás, cariño? – le pregunté con ternura.
Ella frunció el ceño. Era cierto que nos habíamos distanciado.
Ambos estábamos muy frágiles y nos habíamos dedicado pocas
palabras de afecto a pesar de haber compartido todo nuestro tiempo.
- Quiero ir a la playa – respondió sin más.
- ¿A la playa? – pregunté arqueando mis cejas. Ella asintió seria – Esta bien. Voy a por un par de cosas. Ve al coche – dije levantándome de la silla en el porche.
- ¿Cuál de ellos?
- El que más te guste – bufé yéndome de allí.
Empezaba a odiar toda la riqueza que había heredado. Los coches, la
casa, la habitación donde dormía y se suponía que debían habitar
mis padres.
Fui hacia el dormitorio y saqué un bañador del fondo del cajón. Al
sacarlo encontré uno de los recuerdos que había rescatado de mi
madre. Sabía que Janelle tenía varios que ella le había regalado
en vida y este lo apreciaba demasiado para dárselo, además, la
inscripción en la parte trasera era algo que me indicaba que era
destinado para que un hombre se lo regalara a la mujer que amaba,
como mi padre había hecho en su día.
Tras ponerme el bañador, una gorra y las gafas de sol me fui al
garaje para encontrarme con ___ en el Mustang del garaje. Cogí las
llaves de donde colgaban y me senté a su lado. Ella veía su móvil
distraída.
Encendí el coche haciendo clamar el caro motor que poseía. Saqué
el coche y empecé a conducir por la carretera que nos debía llevar
a la playa. Aún no habíamos ido allí. A penas habíamos salido de
la casa desde que habíamos llegado. El personal nos mantenía
abastecidos con todo lo que necesitábamos y no había necesidad de
salir para nada, sobre todo porque ninguno había estado de buen
humor. Realmente estaba sorprendido de que ella hubiera decidido
salir ese día sin más.
- Greg fue puesto en prisión hace unos días – me dijo con voz queda.
- Bien – apreté el manillar marcando mis nudillos. La rabia fluía por mi sistema solo de recordar a aquel desgraciado – ¿Quién te lo dijo?
- Papá – la miré y ella se sonrojó – Quiero decir … Zayn.
- Es tu padre – me encogí de hombros – Solo que aún no me acostumbro.
- Yo tampoco – torció los labios con una pizca de alegría – Greg está siendo juzgado en el tribunal … al parecer le van a caer muchos años de prisión.
- Le deseo suerte entre todos los presos de los que algún día se habrá reído – dije con todo mi sarcasmo puesto en mis palabras – ¿Qué tal está Zayn?
- Bien – sonrió – Nos mandamos mensajes a menudo. Ahora se ha ido a México. Creo que se va a dar un paseo por Latino América antes de venir a visitarnos – asentí sin entusiasmo. Ella se sumió en el silencio mirando por la ventana – También he hablado con mi primo – me tensé. No había hablado con Peyton en semanas – Mi tío y Johnny están bastante ocupados reorganizando todo como estaba antes de que los Richards se metieran en el camino de … – se interrumpió. Sabía que se refería a mi padre. Yo no quería hablar de todo lo que habíamos dejado en Delaware, sin embargo también quería saber – No están saliendo mucho porque la policía está revolucionada con todo el bombardeo que hubo el día … que nos fuimos – el día que había cambiado todo. Todas las bombas en las distintas puntas de la ciudad habían explotado por la programación de mi padre – Todo está volviendo a su cauce – Asentí sin dar más señal de atención – ¿Sabes? Peyton está saliendo con tu prima Sandy. Van en serio – rió levemente tratando de aligerar el ambiente.
Empezaba a preguntarme que quería ___ que yo dijera. No hacia más
que hablar y hablar mientras yo solo asentía. No era que ella me
molestara, más bien era que yo no sabía ya que decir y me sentía
violento cuando no le contestaba.
- ¿Quisieras volver a Delaware? – le pregunté por la reciente información del lugar donde habíamos crecido.
- No – dijo rotundamente. La miré mientras seguía conduciendo en busca de aparcamiento – Es decir, ¿qué tenemos allí salvo malos recuerdos? – tragó el nudo en su garganta mirando la carretera – ¿Y tú? ¿Tú volverías?
- No, no lo haría. Lo único que han quedado allí son los restos de mis padres y ellos no querrían que regresara – aparqué en un sitio que encontré libre y la miré a los ojos – ¿echas de menos ir a la tumba de tu madre? – negó con la cabeza y salió del coche.
- No voy a encontrar lo que necesito hablando con una piedra. Estaba bien para desahogarse cuando no tenía a nadie, cuando no había leído el diario y mi vida era una mentira. Aún así le pedí a Zayn que encargara a una floristería que pusiera flores en su tumba una vez por semana – se mordió el labio y evitó mi mirada mientras iba al maletero para sacar una mochila – también encargué flores para tus padres – titubeó.
- ¿Por qué? – le cogí la mochila que no sabía que llevaba y tomé su mano entre la mía. Ella la miró con aprecio – No conocías bien a mis padres.
- Debería decirte que fueron las personas que te dieron la vida y eso es suficiente – apretó mi mano caminando hacia la arenosa playa – pero además, llevo el nombre de tu madre porque ayudó a la mía durante el embarazo y yo apreciaba a tu padre, Jason. Justin siempre me trató muy bien y me apoyó y … – noté que su voz se ahoga. Mi padre se había metido en el corazón de mi novia – Siempre me daba consejos para nosotros. Lo admiraba por lo entregado que era con su familia y sus amigos – me miró recelosa con sus ojos brillantes conteniendo las lágrimas – Si no te gusta que les mande flores te aguantas.
- No me molesta, cariño – llevé su mano a mis labios para besar sus nudillos – Gracias.
Ella me sonrió. A pesar de que seguía habiendo distancia entre
nosotros y de que ella aún se mostraba delicada ante el tacto, ambos
seguíamos teniendo esa conexión inquebrantable que nos hacía
permanecer juntos. Su mirada cálida era suficiente para saber que
las cosas estaban bien entre nosotros sin que tuviéramos que hablar
de nuestros sentimientos.
Caminando por la arena, la vi arrastrar los pies pesadamente por
culpa de sus chanclas. Coloqué bien la mochila en mi espalda y
pillándola desprevenida la cogí en mis brazos sujetando su espalda
y la parte de atrás de sus rodillas. ___ dio un pequeño grito y
después se relajó.
Mientras me dirigía a la orilla del mar ella empezó a registrar la
mochila en mi espalda revolviéndose en mis brazos.
- Estate quieta, nena – le di una palmadita en el trasero.
Eso hacía unos meses le habría vuelto loca y se habría reído.
Hubiese soltado una carcajada y hubiera seguido molestándome
moviéndose aún más apropósito. Esa era mi novia juguetona.
En el momento en que la puse sobre sus pies vi las lágrimas
contenidas y supe que había hecho y dicho algo que la había
aturdido. Me quise matar en ese instante. No había tenido ningún
cuidado. Había veces que ella simulaba estar tan bien que yo acababa
creyéndomelo por momentos. Pedirle a una chica que había sido usada
sexualmente a la fuerza que se quedara quieta acompañado de un golpe
en el trasero no era una buena manera de ayudarla a seguir adelante.
- Lo siento, amor – sujeté sus mejillas consciente de lo estúpido que podía ser – Perdón, perdón. Yo … – ella negó con la cabeza agachando su rostro para ocultar su llanto – No era mi intención – la atraje hacia mí besando su cabello.
- Lo sé, Jase. Lo sé – siseó envolviendo sus brazos en mi cintura – Tan solo quería sacar la toalla y nuestro picnick – dio un beso sobre mi camiseta en mi pecho y se separó – No pasa nada, vamos a seguir disfrutando del día, ¿vale?
Asentí viendo su determinación en hacer como si nada. La ayudé a
poner todas las cosas en el suelo y yo me quité la camiseta para
tumbarme en la toalla.
Ella se veía recelosa para quitarse la ropa. Me di cuenta de que
hacía semanas que no la veía desnuda. Su inseguridad en sí misma y
acerca de su cuerpo había vuelto más fuerte que nunca.
- Déjame ver tu biquini, bebé – le insté con una sonrisa alentadora.
Ella me miró confusa y avergonzada. Terminé poniéndome de rodillas
frente a ella para bajarle por mí mismo la larga falda ibicenca que
llevaba. Braguitas fucsias. Puse mis manos sobre sus caderas buscando
su mirada y ella conectó sus ojos con los míos asintiendo. Me
incorporé para quitarle la camiseta por encima de sus brazos.
Redondos y deliciosos senos tapados por triángulos fucsias.
Quería tocarla. Quería hacerla mía. Quería hacerla sentir bien.
Quería que olvidara cualquier otro tacto que no hubiera sido el mío.
Quería borrar las marcas de su memoria sustituyéndolas con mis
besos y caricias por su admirable cuerpo.
- Me deseas – susurró ____.
No era una pregunta. Era una afirmación. Y no se equivocaba. Mi
mirada lo revelaba todo cuando la tenía ante mí de aquella manera.
Sin embargo se veía tan frágil que tampoco quería poner un dedo
sobre su cuerpo para no hacerla sentir mal.
- No puedo ver a otra mujer que no seas tú – respondí para cerciorar mi interés en ella. Sabía que mi chica necesitaba escuchar aquello – Siéntate conmigo – dije volviendo a ponerme sobre la toalla y abriendo mis piernas para que se colocara entre ellas. Cuando la tuve cerca rodeé su cintura para ponerme mis manos en sus voluptuosas y sensuales caderas – Te quiero, ____ – dije besando su hombro y volviendo a apoyar mi barbilla para ver el oleaje. De pronto recordé una escena semejante a aquella, hacía meses, en Delaware.
- ¿Recuerdas la primera vez que nos dijimos “te quiero”? – preguntó ella al mismo tiempo que yo estaba pensando en ello – Fui la chica más feliz del mundo, Jason.
- Cariño, yo recuerdo hasta el primer día que te vi entrando con una coletitas al instituto – sonreí con amor recordando aquel día.
Flashback
Era
un día lleno de nubes. No llovía pero si que hacía un gran
bochorno. Odiaba esos días en Delaware. Hacía media hora que mamá
me había traído al instituto porque ella tenía que llegar temprano
al trabajo. Y todavía quedaba media hora más hasta que la primera
clase diera comienzo ese curso. Mis amigos no vendrían hasta más
tarde y no había nadie conocido en el edificio a aquellas horas.
Seguramente habría algún profesor … pero no me iba a poner a
hablar con ellos.
- ¡Voy a sacarme el carnet de conducir en cuanto cumpla los dieciséis! – maldije dándole una patada a una piedra de la calle.
Miré
a mi alrededor comprobando si alguien había visto mi arrebato. Para
mi sorpresa, una chica se había quedado paralizada viendo mi
actitud. Alcé mi mano para saludarla en la distancia. Hacer como si
nada después de que te vieran en medio de un berrinche, parecía la
mejor opción. Ella negó con la cabeza como si yo no tuviera remedio
y empezó a hacer su camino hacia el interior del instituto. Fruncí
el ceño. “¿Iba a entrar tan temprano?” Estaba seguro de que era
nueva. Nueva y guapa. “¿Qué c*ño esperas aquí aburrido? Ve por
ella, idiota” me instó una voz trasera. Empecé a correr por el
camino hasta darle alcance y ponerme a su lado. Ella miró el suelo
nerviosa y se ajustó la mochila sobre sus hombros.
- Hola, ¿qué haces aquí tan temprano? – pregunté mientras subíamos las escalerillas hacia el interior.
- No tenía otra cosa que hacer – respondió sin hacer contacto visual.
Ladeé
mis labios pensando que si yo no tuviera nada que hacer retrasaría
el momento de ir a clase hasta el último minuto. Su pelo oscuro y
lacio caía en una coleta de la que se desprendían varios mechones
por delante de su cara. Era menuda, se veía frágil. Me incliné
hacia adelante para ver su rostro. Ella se detuvo y me miró por un
momento. “Oh, Dios. ¡Qué ojos verdes!”
- ¿Sabes cuál es la clase del profesor Collins? – preguntó insegura.
- Claro, es mi tutor este año. ¿También eres de primer curso? – crucé los dedos ante la idea de una chica como ella en mi clase.
- Sí – me enseñó el papel de su horario donde había otra información – Yo …
- Eres nueva – asintió mirando los pasillos del instituto. Se veía perdida – Puedo enseñarte donde están tus clases … si quieres – dije mirando su ficha. Solo coincidíamos en unas tres materias – ¿Quieres? – pregunté alzando mis ojos hacia ella.
- ¡Jason! – me llamaron por detrás. Me giré para ver a Ian – Creíamos que estarías fuera.
- Puedo ir sola – me contestó la chica ante la interrupción.
- Collins está en el piso de arriba, pasillo de la derecha – conté mentalmente las puertas hasta la clase que nos tocaba – la cuarta puerta a la izquierda – le devolví su ficha con la información del curso.
- Gracias – sus mejillas se colorearon – Adiós.
Se
dio la vuelta para cuando llegó Ian a mi lado. Este me codeó
mientras veíamos la espalda de la chica subir por las escaleras.
- ¿Ligando ya con una chica nueva? – negué con la cabeza riéndome – Tío, se nota que empiezas el instituto. Ya ves de guay – se burló Ian.
- Tío, siempre he sido guay – me reí dándole unos golpecitos en el hombro.
Nos
encontramos con Peyton y Dober en las escaleras de fuera y empezamos
a hablar. Cuando vi que empezaba a llegar gente que circulaba por los
pasillos y metían ya cosas en sus taquillas, decidí que era el
momento de ir a mi clase.
Tras
subir las escaleras y llegar a la cuarta puerta a la izquierda me di
cuenta de que la chica estaba sentada al fondo de la clase, en una
esquina pegada a la ventana.
Sin
querer agobiarla, no me senté a su lado, pero fui hacia el fondo de
clase en la otra esquina. Pasé inadvertido para ella a pesar del
ruido que hice al mover mi silla para sentarme. Más gente empezó a
entrar y a sentarse en sus sitios.
- Uh, dos tíos solitarios ya en el primer día – dijo Richards con sorna al vernos en el fondo y ambos solos.
Tragué
saliva aguantando mis ganas de estamparlo contra una mesa para que
viera con quién debía meterse y con quien no. Nos habíamos llevado mal desde muy pequeños y con los años se fue acentuando hasta el punto
de que nuestra presencia era insoportable el uno para el otro.
Cuando
estuvimos todos, el profesor entró y empezó a pasar lista.
- Jason Bieber – alcé mi mano – ____ Cooper – miré a toda la clase al no reconocer el nombre y después volví la vista a la chica que acababa de conocer.
“Buen
nombre” pensé. Ella desvió la atención de la ventana y alzó su
mano para indicar que estaba presente. La miré estudiando sus rasgos
y me di cuenta de que podría tener unas grandes vistas para todo el
curso si me quedaba allí al fondo como ella. Además estábamos
juntos por orden de lista. Sonreí. “Ojalá nos manden un estúpido
trabajo juntos”.
- Creo que tuve que esperar demasiado para que volviéramos a hablar – dije volviendo a la realidad.
- Así que siempre te gusté – dijo deslizando su peso hacia abajo y reposando su cabeza en mi pecho. Yo asentí dando un beso en su coronilla – Yo pensé que eras muy guapo – suspiró.
- Los dos nos sentimos atraídos – jugueteé con sus dedos en su vientre – Los misterios son atractivos, ¿no?
- Eso dijiste cuando me llevaste a mi casa la primera vez – noté la sonrisa en su tono – Ese día me diste miedo, ¿sabes?
- Siempre esperé que salieras corriendo – rebusqué en el bolsillo de mi bañador y noté la joya que había encontrado en el armario – pero nunca lo hiciste – puse el brazalete de platino en sus manos y ella se quedó quieta mirándolo – Debajo tiene un grabado.
- “No importa lo que suceda, eres la única” – leyó en inglés – Es precioso, Jase.
- Fue un regalo de mi padre a mi madre – ella se giró entre mis brazos con sus ojos desconcertados – ahora es tuyo – ella negó levemente con la cabeza – Escúchame – tomé sus manos poniéndome frente a ella – Tú y yo siempre hemos ido en serio juntos. No dudaría ni por un instante pedirte que te cases conmigo y que lleves mi apellido.
- Jase …
- No podemos hacer eso – la interrumpí – En el caso de que nos casemos aquí sería con nuestras identificaciones falsas y … No me importa, ____. Solo quiero asegurarme de que entiendas que no quiero un límite de tiempo a tu lado. Y eso es lo que refleja este brazalete – tomé aire para explicarme mejor. Ella me miraba anonadada – Mis padres pasaron por muchas dificultades y nunca dudaron que su lugar el uno con el otro. Yo diría que tú y yo hemos pasado por más que nadie este último año pero … ¿Qué no podemos superar juntos, cariño? – no dijo nada. Yo sabía que ella pensaba igual que yo. El uno dependíamos del otro en un nivel que nadie podía imaginar – Mañana es mi cumpleaños – sonreí – y el mejor regalo que me podrías hacer sería llevar esto.
- ¿Cómo un compromiso? – preguntó ella sin aliento.
Sonreí ante la palabra “compromiso”. No lo había pensado,
aunque realmente no había mejor palabra para definir aquella
situación. Me levanté del suelo sin soltar sus manos y ella se
incorporó frente a mí. No me importaba el público que pudiéramos
tener en la playa, aunque en realidad no se veía a nadie por aquella
zona.
Me hinqué en una rodilla tomando su mano y le besé el dorso mirando
sus ojos cristalizados.
- ¿Aceptarías este brazalete como señal de nuestra unión para toda la vida?
- Claro que sí, Jase – respondió emocionada mientras le colocaba la joya que deslumbraba por el brillo metálico y las piedras preciosas que la decoraban.
Ella se inclinó para rodear mi cuello con sus brazos mientras yo me
alzaba y la cogía por la cintura. Hacía demasiado que no la sentía
tan cercana. La abracé y la alcé del suelo haciéndole dar vueltas
en el aire. Ella rió apoyando su frente sobre la mía. La besé
dejándola sobre sus pies y ella tiró de mí más cerca. Puse mis
manos en sus caderas y las fui dejando caer hacia sus muslos. Se
tensó. Me separé de ella viendo una señal de preocupación pero me
sorprendió volviendo a tirar de mi pelo hacia su boca para besarme.
Me agaché y cogí sus piernas para que me rodeara la cintura. Sentí
una de sus manos caer por mi espalda por encima de mi hombro y los
dedos de la otra revolviendo mi cabello. Caminé por la arena dando
traspiés. Ella se burlaba de mí mientras la besaba. Pasé mi lengua
por sus labios pidiendo entrada. No sabía si estaba empujando
demasiado la situación pero ella no me detenía. Al contrario, ella
dio paso a que jugáramos con nuestras lenguas dentro de nuestras
bocas.
Me metí en el agua y cuando la profundidad me llegaba a la cadera,
doblé mis rodillas haciendo que ella se mojara al completo conmigo.
Se encogió un poco de frío y sonreí dándole un mordisquito a su
labio inferior.
- Te amo – murmuré sobre sus labios – Te amo como jamás he amado ni amaré a nadie, ____.
Ella clavó sus preciosos ojos verdes sobre los míos mieles
impulsándome a querer besarla más. Fui arrastrando mis pies para
introducirnos más en el mar. Cuando había más profundidad hice que
nos sumergiéramos y la besé bajo el agua sujetándola con fuerza.
- Guau – jadeó al emerger.
- ¿Estás bien? – pregunté dando besos en su cuello salado por el mar. No quería detenerme pero tampoco quería presionarla – Puedo parar – dije inseguro.
- Quiero intentarlo, Jase – pasó sus manos por mis bíceps sujetándose a ellos – Te necesito.
- Como yo a ti – la besé.
- ¿Para siempre? – ocultó su cara en mi cuello dejándome besos mojados.
- Siempre – zanjé empezando a desnudarla.
La acaricié por todo su cuerpo con delicadeza. La besé con dulzura
por cada rincón de su piel. Me introduje dentro de ella con cuidado,
despacio, sin dejar de mirarla a los ojos. La hice sentir hermosa,
mía y dueña de mí. Escuchar sus jadeos y gemidos, notar sus uñas
clavarse en mi espalda, hacerla llegar al clímax para dejarse caer
como un peso muerto en mis brazos … era como la certeza de que todo
volvería a ir bien. Despacio, paso a paso, hasta que todo regresara
a su cauce.
* * *
Siete Meses Después
Narra
____
- ¡Jason, tranquilizate! – grité histérica.
- ¡Joder, joder! – siguió resoplando Jase mientras conducía el coche hacia el hospital.
- Chicos, callos y respirad hondo – intervino mi padre desde la parte de atrás.
Jase conducía todo lo rápido que podía por la carretera. Yo estaba
respirando profundamente aguantando las contracciones que llegaban
cada vez con más frecuencia y fuerza.
- Van a llegar – exhalé el aire contenido en mis pulmones – Ya llegan – repetí.
- Tranquila cielo – Zayn me tendió la mano desde atrás.
- Ya llegamos cariño – me alivio Jase – todo va a ir bien – dijo manejando mejor sus nervios.
Para cuando llegamos al hospital me hicieron pasar enseguida por
maternidad. El parto se me había adelantado un par de semanas y yo
estaba aterrorizada.
La
enfermera me sonrió viendo mi rostro de pavor mientras me
cronometraba las contracciones. Jason estaba a mi lado sujetándome
la mano … o más bien dejando que yo se la apretara cada vez que
llegaba el dolor. Mi padre se había quedado en la sala de espera.
Suponía que allí se encontraría con Janelle, Christian, Peyton,
Lucas y Ally. Todos estaban allí, habían venido unos días atrás a
nuestra casa para el momento en que llegaran los bebés. Sí, eran
mellizos. Y sí, su padre era Jase. A los tres meses de embarazo me
habían hecho una prueba y habían determinado que Jason iba a ser el
padre de un niño y una niña.
Media hora después me encontraba empujando al primero de nuestros
hijos en una sala que no me esforcé por mirar con detalles. Lo único
que podía hacer era seguir las indicaciones del médico para empujar
o dejar de hacerlo. Tan solo miraba al médico y los ojos de Jason.
Su mano no dejó de estar con la mía en ningún momento para darme
todo su apoyo. Tampoco faltaron palabras de aliento.
Cuando escuché el primer llanto de un bebé sentí el alivio
inundarme.
- La niña ha ganado la carrera a su hermanito – sonrió el doctor cortándole el cordón umbilical y pasándole mi hija a una enfermera – Vamos Gabriella, tu hijo también quiere nacer.
Lo miré confundida cuando me llamó Gabriella, aún no me había
acostumbrado a mi falsa identidad. Jason me apretó la mano y yo
obedecí al doctor empujando más. El segundo bebé llegó mucho más
rápido. Jadeé cuando todo había acabado y me pusieron a mis dos
hijos sobre mi pecho, cada uno sujetado por un brazo.
- Hola – susurré a los pequeños. Miré a Jason y lo vi con sus ojos brillosos de la emoción – Ven – le indiqué – saluda a nuestros niños.
- Dios, cariño – siseó Jase acercándose a ver sus diminutos rostros – Tienen toda la cara de Jeyden y Angelina – comentó con alegría.
- Son tus hijos – dije en un sollozo.
Jason me dio un beso en la sien y me siguió sosteniendo la mano
mientras la enfermera se ocupaba de los bebés, los medía, los
pesaba y los bañaba.
- Vamos a ser muy felices los cuatro, te lo prometo – me susurró Jason al oído.
* * *
Un par de días más tarde estábamos en nuestro hogar. Toda la
familia se ocupaba con cariño de los bebés dejando que yo me
recuperara del parto, además los estaban disfrutando mientras podían
porque pronto se irían. El que más tiempo se iba a quedar era mi
padre.
Tenía la sensación de que el no haberme tenido a mi de bebé le
había afectado y por eso quería estar con sus nietos. No se lo
negué, de hecho lo agradecí y aquello hizo que quisiera a mi padre
más que por otros motivos que me había dado con anterioridad. Ni a
Jason ni a mí nos importaba si él se quedaba en la casa a vivir por
meses o años. La casa era lo suficientemente grande como para
perdernos y compartirla con alguien daba mejor ambiente familiar.
Estaba preparando la comida con Janelle y Ally en la cocina cuando
escuché a Jeyden llorar. Me disculpé con ellas y empecé a subir
las escaleras hacia el cuarto de mi bebé. Teníamos a uno a cada
lado de nuestra habitación para que estuvieran cerca por las noches
y los pusimos separados para que no se despertaran el uno al otro
cuando lloraran.
Jase y yo coincidimos en el pasillo y sonreí. Él tenía el mismo
instinto que yo por cuidar a los pequeños. Me acerqué y le di un
beso en los labios frente a la puerta de Jeyden.
- Yo me ocupo, amor. Tú tienes que estudiar.
Jason se había apuntado a un curso para terminar el instituto.
Quizá después iniciaría sus estudios universitarios pero no tenía
nada definido. Él quería ocuparse de algo fuera de la casa a
pesar de que tuviéramos un montón de dinero. Yo hubiera hecho lo
mismo, pero en ese momento estaba más preocupada de nuestra familia.
Quizá más adelante seguiría su ejemplo.
- Me gusta estar con mis hijos – dijo adelantándose a mí abriendo la puerta – Mira este campeón, ¡Qué pulmones! – bromeó por los gritos que el bebé daba.
Jason cogió al bebé con cuidado y lo puso sobre su pecho. Jeyden
enseguida bajó el nivel de su llanto pero seguía incómodo con
algo. Jase lo balanceaba en sus brazos y le dio unos besos en su
cabecita mientras se giraba para mirarme. Tenía un instinto natural
con sus hijos.
- ¿Será hambre? – me preguntó.
- Les dimos de comer hace una hora – negué con la cabeza – Yo comprobaría el pañal – me crucé de brazos con un poco de burla.
Jason no se inmutó y puso a su hijo sobre la mesa de aseo para
cambiarlo. Me puse a su lado comprobando como lo hacía. Ally nos
había ayudado mucho para darnos consejos sobre bebés. Entre tanto,
habíamos hecho bromas sobre Peyton cuando era un niño. Sonreí ante
los buenos momentos que estaba pasando nuestra familia. Jason terminó
de vestir a Jeyden y le dio un besito antes de llevarlo a la cuna.
- Eres un padre increíble – le dije abrazándolo por detrás mientras mirábamos a nuestro hijo en la cuna.
- ¿Tú crees? – me miró desde arriba – Tan solo cambio pañales y les doy de comer. Tú eres la que anoche se levantó tres veces para darles de comer a cada uno.
- Doy gracias de que Angelina no coma tanto como Jeyden – suspiré.
- Se parecen a ti – comentó acariciando mis manos sobre su abdomen.
- Son muy pequeños para hacer comparaciones – besé su espalda abrazándolo más fuerte – ¿Sabes lo feliz que soy en estos momentos?
- Creo que tanto como yo – se giró deshaciendo mi abrazo y se inclinó para besarme – Nos lo merecemos, ¿no crees?
Asentí abrazándolo nuevamente y él hundió su nariz para oler mi
pelo. Al apoyar mi cara en su pecho me di cuenta de la mezcla de su
aroma con la de bebé. Era delicioso.
Justo en ese momento escuchamos a Angelina empezar a llorar. Reí
apartándome de él.
- Es mi turno – besé sus labios.
- Te quiero – susurró mientras me iba.
No le respondí con palabras, simplemente sonreí y me fui a ocuparme
de nuestra hija.
* * *
Cinco
Años Después …
Mirando como mis hijos jugaban en la piscina con sus manguitos
puestos me sentí relajada. Era un acalorado día de verano en Nueva
Zelanda y lo único que apetecía era refrescarse. Yo estaba sentada
bajo un toldo impidiendo que el sol me alcanzara. Jeyden y Angelina
no paraban de reír y chapotear.
Dejé mis manos sobre mi barriga mientras los vigilaba. Por lo
general, no había ningún incidente entre ellos.
Estaba esperando a que Jason llegara del trabajo. Él se había
sacado una carrera de ingeniería técnica industrial. Le apasionaba
más de lo que yo podía creer que podría apasionarle una profesión.
Se le veía feliz. Amaba recibirlo en casa con los niños y
preguntarle cada día como le había ido la jornada. Me había
convertido en una gran ama de casa que cuidaba de sus hijos y de su
jardín. Para el resto de las cosas seguía teniendo ayuda del
servicio pero era entretenido estar allí, además no podía hacer
otra cosa ya que volvía a estar embarazada. En esos momentos estaba
de seis meses y no tenía ni idea del sexo que iba a ser. Jason y yo
queríamos que fuera una sorpresa. Los niños por su parte querían
que fuera o un compañero para jugar con coches o una compañera para
jugar a las muñecas.
Sentí unos besos en mi cuello mientras pensaba distraída. Miré la
mesa donde había sido colocado un batido. Poco después Jase se
colocó en cuclillas frente a mí que estaba sentada en la silla y se
inclinó para besar mi vientre.
- Hola cariño – se incorporó para besar mis labios – ¿Mucho calor?
- Bastante – respondí reteniendo sus labios sobre los míos – Te he echado de menos.
- Solo fueron unas horas, ___ – sonrió quitándose la camiseta y quedando vestido solo con un vaquero que caía de sus caderas – ¿Qué tal se han portado mis tres hijos, eh?
- Bien, Jeyden y Angelina llevan toda la mañana en la piscina. Deberían salir ya. El sol a esta hora no es bueno aunque los haya recubierto de protector solar – me preocupé. Jason sonrió sentándose a mi lado y me acercó el batido – ¿Es de sandía?
- Con nectarina – me guiñó un ojo. Últimamente tenía antojos con la fruta – ¿Y qué tal el bebé? – me acarició el vientre por debajo de la mesa.
- Ha estado tranquilo – puse mi mano sobre la suya en mi barriga y justo sentimos una pequeña patada – Acaba de decir “Hola papi” – bromeé – Sabe que estás aquí – él me miró con adoración cuando fuimos interrumpidos por nuestros hijos.
- ¡Papá! ¡Papá! ¡Papá! – corrieron empapados desde la piscina hasta lanzarse a su padre que los esperaba con los brazos abiertos para ponerlos sobre sus rodillas. Les dio un beso en la mejilla a cada uno y yo me derretí de ternura. Les susurró algo al oído y ellos vinieron conmigo dándome un abrazo más suave para no hacerme daño – No te pongas celosa, mami – dijo Angelina.
Miré a Jase, quién sonreía abiertamente. Yo sabía que les había
dicho que yo también quería un poquito de amor. Les acaricié el
suave cabello a ambos. Jeyden era un niño de pelo negro y lacio como
el mío. Moreno como su abuelo Zayn, con los ojos mieles que Jason
había heredado de Justin. Angelina por su parte tenía un tono de
piel como el de Jase y los ojos verdes, aunque más oscuros que los
míos. Además había heredado el pelo rubio de su padre. Un cabello
que yo envidiaba de lo hermoso que era.
- Tenemos hambre, mamá – se quejó Jeyden con voz infantil.
- Id a ver que está preparando el abuelo en la cocina, corred – les dije soltándolos y dándoles una palmadita que los hizo correr riendo.
- Son tan … – Jason suspiró. No había palabras para describir lo increíbles que eran nuestros hijos y cuanto los queríamos – Tengo tantas ganas de que nazca el tercero.
- ¿Cómo lo vamos a llamar?
Una vez, cuando estaba embarazada por primera vez y ya sabíamos que
él era el padre de los niños, le pregunté si él quería ponerle
el nombre de su padre si nacía un niño pero como si sencillamente
quisiera cerrar la historia y no dejar que ningún mal suceso se
repitiese, decidió ponerle un nombre que no tuviera nada que ver con
ninguna de nuestras familias.
En aquel momento, ambos estábamos mejor. Los dos habíamos superado
todos los malos momentos que habíamos tenido. El día en que me dijo
que quería tener otro hijo yo no dudé que en esa ocasión
estaríamos totalmente preparados. Toda la situación era diferente y
se sentía todo mucho más satisfactorio.
- Cuando le veamos la cara decidimos – sonrió.
- Ay, Jason – suspiré. Me levanté de la silla y fui a sentarme de lado entre sus piernas acariciando su fornido pecho – Eres de lo que no hay – puse mi cara en el hueco de su cuello y lo besé – pero me encantas.
- Y tu a mí, amor – puso su mano en mi costado rodeando mi hombro y alzando mi cara me besó en los labios – ¿Vamos a ver qué hace tu padre con los niños?
- Ve tú, yo os alcanzo ahora – señalé el folio sobre mi mesa – Tan solo quiero apuntar una cosa.
- Bueno. No tardes – me levanté de su regazo y él me miró desde abajo aún sentado – amo verte embarazada, ____. Te ves preciosa – colocó sus manos en mis caderas – además, también me encanta el proceso de plantar un bebé en tu interior – me sonrojé. Él se levantó y me dio un apasionado beso entrelazando nuestros de dedos con una mano y acariciando el brazalete que llevaba en la otra muñeca – Vamos a tener muchos hijos – dijo con una sonrisa alegre pero sin pizca de broma.
- Solo espero que vengan de uno en uno – bufé y él se carcajeó echando la cabeza hacia atrás – Espérame dentro. Voy enseguida, ¿vale?
- Está bien – besó mi frente – sexy.
Rodé los ojos y Jason se fue con la sonrisa más hermosa en su
rostro. Dándome su espalda donde se había tatuado las iniciales de
su padre, “JB”. Lo había hecho para recordar de donde provenía
a pesar de que ahora éramos los Webber. Lo había hecho en honor del
hombre que había sido su ejemplo a seguir y aquello me pareció lo
mejor que pudo hacer. Los tatuajes eran su ritual para marcar
acontecimientos importantes. También se había tatuado en el
interior de sus brazos los nombres de sus hijos.
Vi su típico anda inigualable y los músculos de sus brazos. Aquel
hombre era mi perdición. No dudaba que sucumbiera a él con tanta
facilidad por culpa de todos sus encantos.
Me senté de nuevo en la silla mientras con un bolígrafo empezaba a
hacer apuntes en un folio. Escuchaba de fondo las risas de los niños
y a mi padre haciendo bromas con ellos. Jason también se carcajeaba
con ellos. Aquello era música para mis oídos.
Zayn pasaba largas temporadas con nosotros. Se iba en ocasiones pero
básicamente vivía aquí. Era un abuelo dedicado a sus nietos y
ellos lo adoraban. Me alegra que mis hijos tuvieran lo que yo no.
No había día que tampoco me acordara de Justin y de mi propia
madre, pensando como sería tenerlos ahí para pasar juntos fiestas
familiares. Los echaba de menos. Me hubiera encantado ver a Justin de
manera tierna con sus nietos. Una lágrima corrió por mi mejilla
mientras empezaba a escribir. Estaba haciendo un diario como mi madre
lo había hecho durante mi gestación.
Querido
diario:
Hoy
los niños me han recordado la bendición que fueron el día en que
nacieron. Sin lugar a dudas, ellos cambiaron al completo el rumbo de
la vida de su padre y por supuesto de la mía. Por ellos maduramos
aún más de lo que lo hicimos en el pasado por las difíciles
circunstancias.
Quiero
decir que no creo que mi estilo de vida cambie mucho más. No nos
pensamos mover de aquí. Jason es feliz en su trabajo, yo lo soy aquí
con mis hijos dándole vida al hogar. Nadie nos molesta. El pasado no
puede alcanzarnos en Nueva Zelanda. Justin se encargó bien de ello y
le doy las gracias día a día por darnos a nosotros la oportunidad
que él no tuvo con su esposa, la mujer de la que heredé mi
verdadero nombre.
Miro
hacia atrás y veo a una adolescente maltratada y a un chico que
intentaba ser valiente por su padre para vengar la muerte de su
madre. Miro sobre mis hombros y sé que ya no hay más
responsabilidades tan difíciles de asumir. Veo en el pasado las
lágrimas, el dolor y la soledad.
No
es que piense que todo vaya a ser perfecto de aquí en adelante, pero
después de todo lo que ha pasado, ya nada puede ser peor y sé que
superaré sin mucha dificultad todo lo que venga hacia mí.
McCann,
fue enterrado por Jason en un rincón de su ser por el consejo que
Justin le había dado en su carta de despedida. Aunque bueno, yo a
veces aún presiento sus frustraciones y sus arrebatos. Jason tiene
un carácter fuerte y no hay manera de borrar eso, no es que me
queje. Una de las formas en que se desahoga es en la cama …
Tengo
claro que McCann jamás dejará de existir por muy al fondo en un
rincón que esté; en el momento en que Jase se sienta amenazado lo
sacará para proteger a todos. Siempre tiene ese instinto protector
aunque ahora lo lleve más controlado. No es que yo haya visto armas
por aquí pero no dudo que él me las pueda esconder. No me importa.
Sé que lo hace por nuestro bien.
No
creo que haya peligro, pero como dice mi padre “Del mundo donde
venimos, no podemos escapar”.
Jason
y yo sabemos nuestros orígenes. Por espantosos que sea nuestros
recuerdos en Delaware y la historia que dio pie su padre, ya no me
importaba. Lo había asumido. Y lo tenía superado.
Lo
tenía decidido. Si nuestro siguiente hijo era un niño, su nombre
sería JUSTIN.
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Habéis llorado mucho? Porque yo sí, y yo casi nunca lloro xD
Quería decir que ya hace un año que empecé a escribir todo esto, desde Behind My Steps hasta ahora mismo. Es curioso que haya terminado OMS tres días después de que se cumpliera un año de empezar a escribir la primera temporada.
Me habéis dado la oportunidad de expresarme y de mostrar un montón de cosas que imagino. Solo espero que vosotras os hayáis sentido conectadas con la historia y con los protagonistas. Que hayáis volado a otro mundo como yo lo hago cuando escribo y leo.
Sé que muchas me querréis gritar por escribir que Justin moría ... bueno, tanto BMS como OMS siempre se han tratado de dramas románticos con una pizca de misterio. Muchas os lo veías venir. Yo personalmente decidí esto porque creo que es el final feliz que Justin merece, estar en paz con su esposa antes que arrastrándose fingiendo estar bien cuando él siente que nadie lo necesita porque sus hijos ya son mayores, además de que así acabó con todo el lío de la guerra en Delaware.
Por otro lado, Jason ha sido un amor, ¿o no? Todo romántico y atento. Eso si es un final feliz. Y bueno, ya que Justin fue el que desencadenó todo el embrollo, pues decidí que el siguiente varón que naciera se llame como él para que así quede como que el propio Justin es el pone fin a la historia porque él hizo posible que se escaparan.
AAAH, Y SI QUERÉIS LEER MÁS, PUES PASAROS POR LA OTRA NOVELA QUE EMPECÉ HACE UN TIEMPO Y LLEVA 5 CAPÍTULOS. Mañana pondré el 6 :) http://wecangonowhere-butup.blogspot.com
Espero que os haya gustado. POR FAVOR COMENTAD FANTASMAS!! QUE YA NO HAY MAS ;)
Os quiere: Miriam @itsBieberFanfic http://ask.fm/itsBieberFanfic
Bueno, éste es el momento en que me toca a mi hablar .Sí,he sido fantasma, pero porque nunca tengo tiempo para comentar. Ésta novela me ha hecho llorar,reír, sonreír, sensaciones que no se pueden expresar con palabras. He muerto de impaciencia cada vez que actualizaba la página y el último capitulo subido ya me lo tenía releido varias veces. Enserio ,tienes un gran talento para escribir ,he seguido la novela desde BMS hasta aquí ,y creo que me quedare por muchas novelas más. Eres culpable de muchos ataques de impaciencia, lágrimas, sonrisas, momentos de risa floja y más.
ResponderEliminarAquí ,desde el otro lado de la pantalla , tú tocaya con y griega, la fantasma incondicional.
Myriam Believe
Soy Ana...
ResponderEliminarSimplemente gracias,mil gracias por haverme transportado a otro universo,otro mundo,una fantasia. Cuando leo tus capitulos me pregunto como a cada personaje se le distribuye un camino y no se lia y no hay nada confuso.Estas novelas son verdaderas novelas demuestra un poco de realidad y no todo ficcion de coloresny corazones,porque todo el mundo sabe q la vida no es de colores y corazones por lo tanto tus novelas no haces q digas q subrealista es todo. CONTIGO me ha gustado el drama y tambien mas el romanticismo .He llorado, he reido y pienso seguir haciendolo.ME HA ENCANTADO EL ULTIMO CAP!! desde el principio he tenido los nervios a flor de piel,me alegra q los babys fuesen de Jason(tenia q ser asi ,de lo contrario ya me encargaria de decirtelo jajajajaja),se rompio la barrera q habia entre rayis y Jason por culpa de Drake y precioso q Zayn al final me huviese caido bien y q sea un abuelazo.Me parece justo el final de Justin era logico y tenia sentido que quisiese irse con su mujer ya que sus hijos eran mayores y tenia ya sus pautas ,no tendria sentido seguir sin el amor de su vida. Jason siempre me acordaree de el y sus frases(NO TE CONVIENE VACILARME ,NENA)(HOY VAS A CONOCER AL VERDADERO JASON MACCAN).... O algo asi .Y tambien me acordare de esa rayis timida e inocente de Cooper como tambien de la Bolton alocada y decida con caracter . SIGUE ESCRIBIENDO TIENES UNA IMAGINACION QUE VALE MILLONES y aqui tendras una lectora fiel desde esa pequeña novela AS LONG AS YOU LOVE ME hasta donde quieras.Me despido aqui de mk gran comentario o espero porque lo he hecho desde el corazon. NO MATTERS WHAT HAPPENS,YOU'RE ONE.
Simplemente, no se que decir. Esto me supera y dios, me ha encantado el capítulo. He llorado muchísimo con la carta de Justin a Jason. Amo a Jason así de tierno y romántico. Me ha encantado el final de la novela. Me da mucha pena que haya acabado pero acaba como se merece :) Me ha encantado leer esta novela y se que HOF va a ser igual o incluso mejor que esta. Te Amo baby ♡♡♡
ResponderEliminarDios santisimo de mi vida!!!!!!??. Porque porque se tuvo q acabar ya??!. Esta sin.duda siempre sera mi novela favorita. He llorado en la carta de despedida!!! :"(((. Te juro que estoy sin palabras. Simplemente te digo una cosa. Ha sido perfectaaa!!! :3333. Escribes increible. He leido tu novela anterior ,esta y la q estas haciendo ahora!!. Son perfecta todas. Pero mi favorita es esta. Te lo juro q me encanta!!. Son las 4:15 de la mañana y aqui te estoy escribiendo. 30 min leyendo este perfecto final. Jason es simplemmte tan fuerte tan akhquaka y rayis ya ni te digo. Para tener gemelos y estar esperando otro hay q tener cojones. Hahahaha es broma. Bueno cielo no me enrollo mas y graciasss))
ResponderEliminarmuchos besos con swagesura! Y Que Dios te bendiga!! :))
Ooh Miriam si te tuviese que decir como estoy , decir que he llorado como nunca seria quedarse corta . Tambien decirte que me has transportado a otro mundo , otra dimension con esta novela ( pensaras que estoy exagerando como la que mas , pero es cierto, aun es un misterio para mi como simplemente la combinacion de palabras ordenadas puede hacerte sentir al leerlas , es algo impresionante y que antes no conocia , y que ahora mr muero por saber ; todo eso gracias a ti ) .
ResponderEliminarPor supuesto tengo que decirte que : ¿como pudiste hacer eso con Justin ? Me desgarro algo por dentro cuando vi que moriria , es demasiado ( y de los acontecimientos que se suceden posteriormente ya ni te cuento ) .
Solo de pensar como.se sienten Jase y rayita al leer la carta , es que se me hizo tan real ... que ... no tengo palabras en serio .
Me alegra saber que los hijos son de Jase .. ¿mellizos ? En serio Miriam ???Ha estado bn la vdd ....
Ooooh my .. como.olvidarme de la escena en la playa , se puede ser mas adorables , son un amor , y hacerlo en la playa ;) un poco arriesgado no?? Pero me encantoo , no tengo mas que decir .
Otro bebe mas , van a por todas eeh jajaja . Bueno eso es señal de que quieren tener una vida juntos y( aai perdona pero lloro es uno de los cap finales que mas me emocionan , y yo siendo una lectora inexperta , me abruma ) tener una familia .
No se que quieres que te diga mas que no hayas escuhado , solo darte mil graciias por habermelo dedicado ( junto con otras muchas mas) . Y bueno si te conociese en persona te daria un fuerte abrazo , pero de momento solo me queda este insignificante comentario escrito con todo el cariño.
Un beso muy fuerte Miriam y tambien quiero que sepas que te he cogido cariño en este corto periodo de tiempo que ( de vez en cuando ) hablamos y que seriamos muy amigas si nos conociesemos en persona , por que gente como merece la pena tener como amistad . Y ya con esto me despido ... Adios Miriam , Patricia Gon <3 .
O DIOS MIO¡ YA SE ACABA ? SI ACABAS DE EMPEZAR¡¡ bueno me tranquilizo. muchísimas felicidades por tus novelas me encantan todas ya me eh empezado a leer hall of fame y me encanta
ResponderEliminarsi escribieras otra como BMS Y OMS ya esque te merecerías un premio.
muchisimas felicidades de verdad eres un angel escribiendo.
Miriam, estoy aquí de nuevo dando por culo...
ResponderEliminarMe ha encantado tooooooda la novela, sin quitar ninguna parte.
Las dos temporadas han sido geniales, gracias por haberla escrito, un beso<3
Atte: Una antigua lectora fantasma:)
Miriaaaaaaaam.
ResponderEliminarJodia, me ha encantado.
Ha sido empezar a leer y empezar a llorar, siento haber sido tan sumamente pesada con tu novela... Pero es que era como una puta droga, la necesitaba. Quería leer y leer y que jamás se acabara, ojalá pudiera ser así, me gustaría más seguir a delante. Tu novela me ha ayudado mucho, en los momentos en los que estaba mal con esa típica persona especial, me ponía a leer, y con Jason, Justin y demás, se esfumaban mis problemas, aunque solo fuera por un rato.
Era todo justo como un sueño, del que no se quiere despertar.
No puedo decirte parte favorita de todo el capítulo, porque me ha encantado todo claramente, me sería imposible decidir.
Justin con su mujer, en el cielo, aunque sería mejor si rayis madre siguiera entre todos, y Justin también... Me hubiera gustado leer la parte en la que Jase presentaba a _______Malik a su madre, pero claro, si no hubiera muerto rayis madre, tal vez la relación de _____Malik y Jase no hubiera ido así, supongo.
No puedo pedir un siguiente ya, pero te estaré agradecida hasta el resto de los días, no tienes ni puta idea de cómo me ha ayudado la novela. Gracias cielo, mil gracias por todo.
Estoy que el corazón se me va a salir por la boca, aun no puedo creer que se termine... Es tan.. Uf, estoy sin palabras, y no suele pasarme eso.
Un beso... Y ya sabes, sigue así princesa, vales muchísimo, tienes ideas geniales, y las plasmas estupendamente.
Atte; La lectora más pesada de la historia.
Duele, me suena a despedida, pero siempre estaré aquí, y aún me queda HoF.
Adiós.
He llorado como cosa mala con este capítulo jaja me ha dado mucha pena que Justin muriese pero al menos ____ y Jason han podido tener un final feliz, que se lo merecían después de todo por lo que han pasado.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con esta novela, yo creo que ha sido de las mejores que he leido, me tenías enganchada jaja
Dime como quieras empece tu novela me encanto pero no tube tiempo de escribirte ni leela soy tonta escribiendote el dia 5 de noviembre pero nunca nunca nunca e dejado d leer tu novela si me queda tiempo paa mañaa leo tu otra novela es el penulyimo capotulo LLORE a mares y este fue el remate mi madre preguntandome porque lloraba y todo eso. Jajaja un besote y nunc dejes de escribir porque eres lo mas grande.
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